The Big Bang Theory 8x23 –“The Maternal Combustion”: Review

Por Alex Crespo: En una esquina, la doctora Beverly Hofstadter, psiquiatra y madre castradora. En la otra, Mary Cooper, texana y fanática religiosa. Round One! Fight!

Bien, lo habíamos pedido y aquí lo tenemos: el encuentro entre Beverly Hofstadter y Mary Cooper. Desde la aparición de ambas en las primeras temporadas, en especial las gloriosas intervenciones de Beverly en la segunda y tercera, era algo que los seguidores de la serie habíamos esperado con expectación, ese encuentro entre las madres de Leonard y Sheldon, tan diferentes entre sí como lo son respecto a sus propios hijos. Y después de tanta espera, el resultado ha sido… bueh.

Francamente, como tantas otras veces en esta temporada, se ha desaprovechado un material potencialmente impactante y explosivo. Lo que hemos visto en este capítulo se ha correspondido muy poquito con las expectativas que nos habíamos ido creando durante estos años. Era previsible que las creencias ultrarreligiosas de Mary chocaran frontalmente con el racionalismo extremo de Beverly. Pero ese choque ha resultado algo aburrido, carente de la chispa y el ingenio que antaño caracterizaron a la serie. Y uno de los problemas es precisamente ese, que ha sido previsible. Hubiera funcionado mucho mejor presentar alguna situación que les hiciera a ambas tener que salirse de sus papeles y actuar de forma distinta a como esperamos de ellas. De hecho, precisamente eso es lo que funcionó en las apariciones previas de Beverly, cantando (perpetrando más bien) en el Guitar Hero con Sheldon, o borracha como una cuba con Penny. Aquí se ha preferido tirar por el enfrentamiento directo, con el mar de fondo de la forma que han tenido ambas de educar a sus hijos y la preferencia de Beverly por Sheldon por encima de su propio vástago. Podríamos asegurar que esta ha sido la vez que Beverly se ha mostrado más odiosa y carente de cualquier mínimo sentimiento filial, por mucho que al final trate de enmendarse esto. Pero se hace de manera tan forzada y precipitada (marca de la casa), que nos deja ciertamente fríos. No voy a negar que varias de las réplicas  contrarréplicas entre ambas no tuvieran su gracia, pero el conjunto sabe demasiado a poco para lo que debería haber sido.

Curiosamente, la trama de relleno de este capítulo, ha sido la que sala el apartado cómico del mismo. Quizá precisamente por eso, por ser tan de relleno que su carencia de pretensiones le haga dejarse llevar por el desenfreno más alocado. Los mejores gags del capítulo están concentrados en esta mini trama, que realmente no tiene apenas minutaje en el capítulo, pero que en esas pequeñas dosis nos hace soltar las mayores carcajadas del mismo. Desde la gloriosa aparición de Howard en ropa interior hasta el numerito musical final, sobre todo con ese aparezco-desaparezco de Bernadette no queriendo saber nada de lo que allí está ocurriendo. Lo dicho, trama menor, de absoluto relleno, pero por momentos hilarante.

Y así tenemos ya encima la season finale. En nada veremos el capítulo 8x24 y no os voy a engañar, ya estaba deseando que esto terminara. Solo espero que el cierre de temporada nos deje con mucho mejor sabor de boca que lo que nos ha venido deparando los veintitrés capítulos anteriores. Crucemos los dedos.