Bates Motel 3x08 'Taxidermy' - Review
Bates Motel comienza ya la recta final de su tercera temporada. Una temporada monótona e irregular que apenas ofrece episodios con la tensión suficiente como para evitar la fuga de espectadores que, semana tras semana, ha ido sufriendo la serie. "Taxidermy" profundiza en las tramas abiertas a lo largo de la presente entrega y nos ofrece un episodio a la altura de sus dos anteriores en el que nadie está a salvo y no solo Norman Bates representa una amenaza para los conocidos de los Bates.
En episodios anteriores de Bates Motel... La locura de Norman y su evidente obsesión por su madre hacen que el joven comience a mostrarse tal y como es. Incluso llegando a amenazar la integridad de varias personas. Emma, cuya enfermedad está avanzando, cuenta con el apoyo de Dylan que, como agradecimiento, hará un ilegal trabajo para obtener el dinero necesario para que ella pueda ser operada. Mientras tanto, Bob Paris se perfila como el villano de la temporada. Un malo malísimo que no eclipsa a Norman Bates y su incipiente deseo sexual hacia Norma...
Serpiente de cascabel.
En la cena de la noche anterior, todo parece haber salido a la perfección. Norma está encantada con la velada y respira tranquila sin sospechar si quiera que, detrás de su ajetreada vida, un nido de serpientes de cascabel aguarda esperando el momento oportuno de atacar. Incluso, con esa nueva y efímera existencia que parece inundar todo, Norma es consciente de que, más pronto que tarde, deberá afrontar los problemas mentales de Norman. Y lo hará con la ayuda de Dylan.
Si recordamos el trato que Romero y Norma hicieron con Bob Paris a cambio del USB, ese pacto en el que Norma recibiría una piscina como parte del trato y, para ayudar a su motel, Paris construiría dos salidas a su negocio. Ese era el trato. Pero, tratándose de Bob Paris, la amenaza puede venir disfrazada de buenos gestos. Como una piscina. O, mejor dicho, un profundo agujero que, previsiblemente, se convertirá en la tumba del futuro de Norma.
Pese a que Norma intenta hablar con el mafioso, este se encuentra ocupado en otros menesteres: intentar sacar información contra Norma. Y, para ello, secuestra a James y, tras amenazarlo, decide que uno de sus matones use un martillo automático para clavar el pie del psiquiátra en el suelo. Bob Paris conoce la relación de Norma y James y, pese a la reticencia del doctor a ayudar al matón a obtener algo contra Norma, finalmente, parece que termina contando todos los secretos de Norma al hombre: desde el affaire de Norma con Zack Shelby, el corrupto ayudante de Romero, hasta la confesión de que Norman había asesinado a su padre tiempo atrás.
Romero decide visitar a Bob Paris para advertirle que cese en sus chantajes contra Norma y él pero, como buen embaucador, Paris le cuenta todo lo que ha podido sonsacar mediante tortura a James y, disimulando sus verdaderas intenciones bajo lo que él denomina como "lo mejor para el pueblo", intenta que Romero vuelva a su grupo y, de este modo, tener a la policía a sus órdenes para que sus ilegalidades queden impunes. Pero Romero rehúsa tal alianza y, tras viajar a Portland, recupera el viejo coche de Norma que, tras arreglarlo, decide entregar a su legítima propietaria.
Norma, ajena a todo esto, intenta hablar con James quién, tras ser presa de los matones de Paris, llega a su casa ensangrentado y presa del pánico.
Todo por Emma.
El momento de realizar el transporte de armas para Chick ha llegado y Dylan, en un intento para ayudar a Emma con su transplante, se dispone a realizar el trabajo. La argucia que usará es sencilla: dirá que lleva unas obras de arte hasta el Museo Webber de Victoria, Canadá.
Caleb, que no se fía del extraño vecino de su hijo, intenta en vano que ese viaje no tenga lugar pero, tras ver que Dylan no cejará en su propósito, decide acompañarlo en el viaje. Durante el trayecto, Dylan se interesa por Emma y su salud. Es evidente que la atracción entre ambos jóvenes está creciendo. Esos instantes a solas son aprovechados por Caleb para esconder una pistola en los bajos del coche de Dylan.
Y quizás esa atracción sea la que. momentos después, lleve a Emma a romper la relación con Norman que, por enésima vez, sufre un nuevo bloqueo que le mantiene ausente durante horas. Y, de nuevo, comienza a dar vida en su mente a Juno, su fiel amigo, aquel que regresa del cielo de los perros para acompañar a Norman y su locura.
Emboscada mortal.
El trayecto de Caleb y Dylan toca a su fin junto a una cabina telefónica. Pero no hay nadie presente para el intercambio. Caleb está en busca y captura por algo de su pasado y Dylan comienza a saber la verdad: un trabajo fácil que salió mal y que hizo que todos buscasen a Caleb. Pero esta conversación es interrumpida por una llamada a un móvil escondido en la cabina. Alguien cita a Caleb y su hijo en un granero a las afueras de Victoria.
Padre e hijo son fruto de una emboscada. En realidad, Chick evitó ese viaje a sabiendas de que, tras traicionar a sus socios y conseguir que muchos fuesen encarcelados, los restantes habían puesto precio a su cabeza. Pero, al no aparecer en la entrega, uno de los hombres de la emboscada quiere mandar un mensaje a Chick: el cuerpo muerto de Dylan. En un descuido del hombre, Caleb evita que su hijo sea ejecutado como parte del macabro mensaje al recuperar la pistola de los bajos del coche y matar a casi todos los hombres que amenazaban con matar a Dylan. Pero uno de ellos logra escapar tras el tiroteo.
Aceptando la verdad.
El veneno inyectado por Bob Paris comienza a surtir efecto en Romero y en James Finnegan. Para el policía, esas advertencias sobre el pasado de Norma han hecho que el policía acuda a casa de la matriarca de los Bates con la única intención de obtener la verdad sobre la muerte del padre de Norman. Pero Norma se reafirma en la coartada de que su marido murió en el garaje familiar víctima de un accidente.
Mientras que James ha aceptado el peligro que supone ser amigo de Norma y, tras confesarle a la mujer que ha contado todo a Bob Paris, termina escapando de la ciudad en busca de una seguridad que en Pine Bay es imposible.
Otro que tiene que aceptar la verdad es Norman. Las duras palabras de James han hecho mella. Y, el hecho de que se colase la noche anterior en el dormitorio de Norma con fines sexuales, han terminado de confirmarle la verdad hiriente de que está atraído sexualmente por su madre. Ayudándose de la oscuridad, Norman cuenta toda esta verdad a su madre. Pero Norma le tranquiliza y le hace saber que esas dudas son normales, que son fruto de su despertar sexual.
.Regresando de entre los muertos.
Norma, consciente del inminente peligro, decide informar a Norman de todo y le cuenta que, la noche que abandonó a sus hijos, se vio en la necesidad de contar toda la verdad a James. Norman increpa ese hecho a su madre que, finalmente, explota y asegura a Norman que no es fácil ser su madre, que está cansada y que, para su propia seguridad, Norman debe pasar desapercibido durante un tiempo.
La discusión provoca la entrada en la locura de Norman. Pese a no estar presente, Norman ve a su madre. La madre protectora que, desde la mente de Norman, mata a quién ose atacar a su hijo cuando, en realidad, Norman es el asesino.
Juno, el perro aparece nuevamente y termina escapando. Una ilusión más de la mente perturbada de Norman que, intentando coger a su mascota, corre apresuradamente por la carretera cuando una figura rompe la luz proyectada por un coche. Bradley ha vuelto.
Imágenes gentileza de Recap Guide.
AUDIENCIAS.
Según Tv by the numbers, el octavo episodio obtuvo nuevamente un 0.7% sobre la franja 18/49 años congregando a poco más de tres millones de espectadores frente a la pantalla.
OPINIÓN.
Capitulazo. Por fin un episodio que recuerda a las temporadas pasadas en los que apenas queda un ápice de tiempo para respirar. Es de alabar que, de cara a la season finale, hayan querido poner toda la carne en el asador y nos regalen un episodio redondo que, sin duda, abre el comienzo del fin de la temporada. Y, de seguir así, ojalá nos regalen una nueva temporada.
Bob Paris es el gran villano de la temporada y sus tentáculos son más alargados de lo que pensaba. Su maldad no conoce límites y, o mucho me equivoco, o ese pozo que querrá ser una piscina, es, en realidad, un arma para que él se salga con la suya.
El hecho de que Norma haya explotado y del homenaje a Psicosis en la escena en la que Norman ve a su madre vigilándole desde la ventana es de lo mejor de la presente temporada. Un acierto.
Esperemos que mantenga esa calidad. Un servidor ha recordado por qué adora esta serie. Norman Bates is coming...again.
Serpiente de cascabel.
En la cena de la noche anterior, todo parece haber salido a la perfección. Norma está encantada con la velada y respira tranquila sin sospechar si quiera que, detrás de su ajetreada vida, un nido de serpientes de cascabel aguarda esperando el momento oportuno de atacar. Incluso, con esa nueva y efímera existencia que parece inundar todo, Norma es consciente de que, más pronto que tarde, deberá afrontar los problemas mentales de Norman. Y lo hará con la ayuda de Dylan.
Si recordamos el trato que Romero y Norma hicieron con Bob Paris a cambio del USB, ese pacto en el que Norma recibiría una piscina como parte del trato y, para ayudar a su motel, Paris construiría dos salidas a su negocio. Ese era el trato. Pero, tratándose de Bob Paris, la amenaza puede venir disfrazada de buenos gestos. Como una piscina. O, mejor dicho, un profundo agujero que, previsiblemente, se convertirá en la tumba del futuro de Norma.
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Pese a que Norma intenta hablar con el mafioso, este se encuentra ocupado en otros menesteres: intentar sacar información contra Norma. Y, para ello, secuestra a James y, tras amenazarlo, decide que uno de sus matones use un martillo automático para clavar el pie del psiquiátra en el suelo. Bob Paris conoce la relación de Norma y James y, pese a la reticencia del doctor a ayudar al matón a obtener algo contra Norma, finalmente, parece que termina contando todos los secretos de Norma al hombre: desde el affaire de Norma con Zack Shelby, el corrupto ayudante de Romero, hasta la confesión de que Norman había asesinado a su padre tiempo atrás.
Romero decide visitar a Bob Paris para advertirle que cese en sus chantajes contra Norma y él pero, como buen embaucador, Paris le cuenta todo lo que ha podido sonsacar mediante tortura a James y, disimulando sus verdaderas intenciones bajo lo que él denomina como "lo mejor para el pueblo", intenta que Romero vuelva a su grupo y, de este modo, tener a la policía a sus órdenes para que sus ilegalidades queden impunes. Pero Romero rehúsa tal alianza y, tras viajar a Portland, recupera el viejo coche de Norma que, tras arreglarlo, decide entregar a su legítima propietaria.
Norma, ajena a todo esto, intenta hablar con James quién, tras ser presa de los matones de Paris, llega a su casa ensangrentado y presa del pánico.
Todo por Emma.
El momento de realizar el transporte de armas para Chick ha llegado y Dylan, en un intento para ayudar a Emma con su transplante, se dispone a realizar el trabajo. La argucia que usará es sencilla: dirá que lleva unas obras de arte hasta el Museo Webber de Victoria, Canadá.
Caleb, que no se fía del extraño vecino de su hijo, intenta en vano que ese viaje no tenga lugar pero, tras ver que Dylan no cejará en su propósito, decide acompañarlo en el viaje. Durante el trayecto, Dylan se interesa por Emma y su salud. Es evidente que la atracción entre ambos jóvenes está creciendo. Esos instantes a solas son aprovechados por Caleb para esconder una pistola en los bajos del coche de Dylan.
Y quizás esa atracción sea la que. momentos después, lleve a Emma a romper la relación con Norman que, por enésima vez, sufre un nuevo bloqueo que le mantiene ausente durante horas. Y, de nuevo, comienza a dar vida en su mente a Juno, su fiel amigo, aquel que regresa del cielo de los perros para acompañar a Norman y su locura.
Emboscada mortal.
El trayecto de Caleb y Dylan toca a su fin junto a una cabina telefónica. Pero no hay nadie presente para el intercambio. Caleb está en busca y captura por algo de su pasado y Dylan comienza a saber la verdad: un trabajo fácil que salió mal y que hizo que todos buscasen a Caleb. Pero esta conversación es interrumpida por una llamada a un móvil escondido en la cabina. Alguien cita a Caleb y su hijo en un granero a las afueras de Victoria.
Padre e hijo son fruto de una emboscada. En realidad, Chick evitó ese viaje a sabiendas de que, tras traicionar a sus socios y conseguir que muchos fuesen encarcelados, los restantes habían puesto precio a su cabeza. Pero, al no aparecer en la entrega, uno de los hombres de la emboscada quiere mandar un mensaje a Chick: el cuerpo muerto de Dylan. En un descuido del hombre, Caleb evita que su hijo sea ejecutado como parte del macabro mensaje al recuperar la pistola de los bajos del coche y matar a casi todos los hombres que amenazaban con matar a Dylan. Pero uno de ellos logra escapar tras el tiroteo.
Aceptando la verdad.
El veneno inyectado por Bob Paris comienza a surtir efecto en Romero y en James Finnegan. Para el policía, esas advertencias sobre el pasado de Norma han hecho que el policía acuda a casa de la matriarca de los Bates con la única intención de obtener la verdad sobre la muerte del padre de Norman. Pero Norma se reafirma en la coartada de que su marido murió en el garaje familiar víctima de un accidente.
Mientras que James ha aceptado el peligro que supone ser amigo de Norma y, tras confesarle a la mujer que ha contado todo a Bob Paris, termina escapando de la ciudad en busca de una seguridad que en Pine Bay es imposible.
.Regresando de entre los muertos.
Norma, consciente del inminente peligro, decide informar a Norman de todo y le cuenta que, la noche que abandonó a sus hijos, se vio en la necesidad de contar toda la verdad a James. Norman increpa ese hecho a su madre que, finalmente, explota y asegura a Norman que no es fácil ser su madre, que está cansada y que, para su propia seguridad, Norman debe pasar desapercibido durante un tiempo.
La discusión provoca la entrada en la locura de Norman. Pese a no estar presente, Norman ve a su madre. La madre protectora que, desde la mente de Norman, mata a quién ose atacar a su hijo cuando, en realidad, Norman es el asesino.
Juno, el perro aparece nuevamente y termina escapando. Una ilusión más de la mente perturbada de Norman que, intentando coger a su mascota, corre apresuradamente por la carretera cuando una figura rompe la luz proyectada por un coche. Bradley ha vuelto.
Imágenes gentileza de Recap Guide.
AUDIENCIAS.
Según Tv by the numbers, el octavo episodio obtuvo nuevamente un 0.7% sobre la franja 18/49 años congregando a poco más de tres millones de espectadores frente a la pantalla.
OPINIÓN.
Capitulazo. Por fin un episodio que recuerda a las temporadas pasadas en los que apenas queda un ápice de tiempo para respirar. Es de alabar que, de cara a la season finale, hayan querido poner toda la carne en el asador y nos regalen un episodio redondo que, sin duda, abre el comienzo del fin de la temporada. Y, de seguir así, ojalá nos regalen una nueva temporada.
Bob Paris es el gran villano de la temporada y sus tentáculos son más alargados de lo que pensaba. Su maldad no conoce límites y, o mucho me equivoco, o ese pozo que querrá ser una piscina, es, en realidad, un arma para que él se salga con la suya.
El hecho de que Norma haya explotado y del homenaje a Psicosis en la escena en la que Norman ve a su madre vigilándole desde la ventana es de lo mejor de la presente temporada. Un acierto.
Esperemos que mantenga esa calidad. Un servidor ha recordado por qué adora esta serie. Norman Bates is coming...again.
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