The Big Bang Theory 7x12-'The Hesitation Ramification': Review
Por Alex Crespo.
The Big Bang Theory ha vuelto, y con fuerza. Con investigaciones teóricas sobre la naturaleza de la comedia, y con una incógnita final que espero no tardemos mucho en ver desvelada.
Porque tras mucho
tiempo, siete años, de preguntarnos qué leches era de la carrera de Penny como
actriz, aquí tenemos la respuesta: muerta. Nada que no supiéramos, por otra
parte. Pero para Penny ha supuesto un duro golpe darse cuenta de ello, a tenor
de que cortaran su (escasa) intervención en un episodio de Navy (o la serie que sea, que yo también tengo un lío con estas
importante). Por supuesto que el bajón ha sido considerable, ahogado en vino
como suele hacerlo Penny. Y los esfuerzos de Leonard por animarla no hacen sino
empeorar la cuestión (aunque a todos nos encantaría ver a Penny en la nueva
franquicia de Star Wars. O algún cameo de Sheldon como guiño sería genial. Tome
nota, señor Abrahams). Lo cierto es que Leonard no puede ser más sincero en su
respuesta a Penny: su camino es difícil, y otras muchas antes que ella lo han
intentado y no lo han conseguido. Y es algo que Penny debe asumir. Como os
digo, ya venía siendo hora de que la serie abordase la cuestión del futuro
profesional de Penny, para meter una nueva línea argumental ahora que parece
que las clásicas están estancadas. Y con esto me refiero a todo el asunto de la
relación entre Leonard y Penny, motor de la serie. Por mucho que el final del
episodio quiera dejarnos con la duda, estoy convencido de que no van a romper y
de que la pareja seguirá adelante. Otra cosa será cuando Penny consiga
convertirse en una estrella y su vida cambie. Porque estoy seguro de que esa
trama se acabará desarrollando en un momento u otro de la serie. Probablemente
hacia el final de la misma, a modo de cierre. Dejando aparte el futuro, una
cosa que llama muchísimo la atención del capítulo es que el tono general es
triste. En este caso, y casi por primera vez en toda la serie, el drama ha
ganado terreno frente a la comedia. Me parece bien dado el argumento, y las
interpretaciones de Kaley Cuoco y de Johnny Galecki son lo suficientemente
convincentes como para que asumamos este giro un poco más “oscuro” en lo que
venía siendo la tónica general de la serie.
Porque si lo que
queremos es comedia, nadie mejor que Sheldon para ilustrarnos sobre los
mecanismos para crear el mejor chiste del mundo. Lo que el científico texano no
sabe, es que por un lado, eso ya lo hicieron los Monty Python unas cuantas
décadas atrás, y por otro, que lo realmente gracioso es él intentando ser
gracioso. Lo cierto es que esta trama ha pasado sin mayor pena ni gloria. Es
sintomático que el mejor momento cómico haya sido el remedo de Bernadette de la
famosa escena de “Cuando Harry encontró a Sally” con su falsa risa histérica.
Porque el resto, simpatiquete sin más, aunque como siempre, la presencia de Amy
eleva el conjunto. Y qué decir de lo de Raj y Stuart. Exasperante. Ese no es
Raj. Raj nunca ha tenido problema con hablar con el resto de personas, siempre
que no fueran mujeres. Qué leches, si ni siquiera Stuart es tampoco el Stuart
que consiguió una cita con Penny en su primera aparición. Los guionistas siguen
creyendo que destrozar a estos personajes hasta hundirlos en la miseria
absoluta es tronchante. Pues vale. Yo no lo compro, pero parece que va a ser la
tónica de la temporada. Lo que nos queda al final es un episodio extraño, por
el tono inusualmente melancólico que ha tenido, y en el que los mejores
momentos nos los brindan tanto Penny como Bernadette, cada una en un registro
distinto. Afortunadamente no tendremos que esperar mucho para conocer qué
respuesta tiene esa pregunta que se ha quedado en el aire y que atormenta a
Leonard. El viernes, capítulo. A disfrutarlo.
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