The Big Bang Theory 6x16 - “The Tangible Affection Proof”: Review

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Por Alex Crespo: Ya os lo avisaba en la anterior review: esta semana tocaba episodio de San Valentín, por lo que los alérgicos a que la serie adopte tono de comedia romántica lo habrán pasado regular con este capítulo. Pero como es muy difícil que en The Big Bang Theory no haya al menos un puñado de buenos gags, siempre nos hace más fácil digerir el empacho de azúcar ¿vemos cómo?

Pruebas tangibles de cariño ¿De verdad se necesitan? Yo entiendo que no, que precisamente el cariño por una persona se demuestra en esos detalles que no podemos ver ni tocar, pero que están ahí y nos hacen sentirnos reconfortados y queridos. Por supuesto, también es de justicia reconocer que hay ciertos regalos físicos que pueden producir el mismo efecto, pero más por el detalle que suponen y el mimo que se ha puesto en hacerlos que por su valor monetario propiamente dicho. Un ejemplo sería Howard grabando sus iniciales y las de Bernadette en un grano de arena –un micro corazón para su microbióloga de parte de su micromarido-. Claro que eso no a mí no me vale de nada si, primero, se te cae al suelo, y segundo y más importante, eres incapaz de poner una mísera lavadora por jugar al Assassin’s Creed III, condenado vago.

El San Valentín de Howard y Bernadette no ha sido precisamente para enmarcar, pero sí manifiestamente mejor que el de Leonard y Penny. Y si eso ha sido así, ha sido por culpa de la rubia. Vale que avisa que no es muy fan de esa fecha –en lo que no puedo estar más de acuerdo con ella, pero por otra parte tampoco la recuerdo quejarse cuando Leonard la iba a llevar a Suiza hace tres temporadas-, pero su comportamiento a lo largo del capítulo hace que se merezca mucho las cuatro verdades que le suelta Leonard. Si, de acuerdo, encontrarte en el mismo restaurante a un antiguo novio que te dejó por una antigua amiga y encima ver cómo le pide matrimonio no es plato de buen gusto. Pero no es excusa para hacer ese menosprecio al “ninja del amor” Leonard –buenísimo el gag de “dos pueden jugar a lo mismo –levántate- vale”-. Porque he de decir que Leonard ha estado de chapeau en esta situación. Una vez más demuestra ser el más sensato de la pareja. Esa frase de "Tuvo un final feliz para ti. Estas aquí conmigo" es algo que jamás tendría que recordar nadie a su pareja. Y me parece estupendo que sea tan directo y que le reproche a la cara su actitud. Desde luego que hace mucho tiempo que perdimos al hobbit asustadizo e inseguro de las primeras temporadas. Vosotros decidís si ese cambio ha sido bueno para la serie, pero personalmente me gusta que los personajes evolucionen y crezcan. Y hablando de evolución: al final también la observamos en Penny, sincerándose de una vez por todas con Leonard y soltando todos sus miedos. Esa prueba no tangible de cariño de la que hablábamos al principio. Vamos, lo lógico que deberías poder hacer con tu pareja. Ya lo comenté la semana pasada, pero o meten un giro brutal en la trama, o vamos derechitos hacia Leonard y Penny viviendo juntos para final de temporada. Por cierto, un pequeño detalle: Gretchen, “la zorra que le robó a su antiguo novio”, resulta que es Briana Cuoco, la hermana pequeña de Penny. Todo queda en familia.

Pero el título de “Mister y Miss Romanticismo 2013” sólo puede recabar en Sheldon y Amy. Con todos los honores para la pareja más interesante y entretenida de Big Bang Theory. El San Valentín de “Shamy” es toda una prueba de comprensión afecto y cariño mutuo. Claro que eso podría ser discutible si tenemos en cuenta el hecho de que Sheldon decide quedarse con el regalo que iba a ser para Amy, el dibujo de la neurona hecha por Ramón y Cajal (curiosamente vi esos dibujos en una exposición en Madrid hace poco). Volvemos a ver a Alex sólo para comprobar que tiene más paciencia que un santo. Porque el trato de “becaria sirvecafés” al que le somete Sheldon es para estamparle la cabeza contra la pared repetidas veces. Claro, quién necesita un precioso mapa de los Cuentos de Canterbury teniendo Google Maps... Pero lo que cuenta es el final, y primero el detalle de Amy de celebrar San Valentín como querría Sheldon, con una pizza y viendo una de “esas cosas de Star Wars Trek”, y sobre todo, el regalo de Sheldon, demuestra que ahí hay amor. O lo que narices signifique “amor” para él. La prueba de afecto tangible de Sheldon, esa que hace que a Amy se le salten las lágrimas, es lo más cercano que estará nunca de una declaración de amor. Ahora, que es un regalo de doble filo. Porque que un hipocondriaco te ponga de contacto de emergencia yo lo veo más como una condena. Y me parece que Amy también…

La subtrama más divertida del capítulo la ha protagonizado Raj y su propuesta de un San Valentín para solteros en la tienda de comics. Impagable el momento homoerótico entre Raj y Stuart, aunque a este último le haya parecido escalofriante. Qué brutito puede ser Raj cuando se lo propone, madre mía. El discurso que se marca en la tienda es para enmarcar. Claro que es una lástima que al final lo fastidie con su “triunfal” despedida. Dos detalles: Uno, a Lucy la veremos de nuevo esta semana en “The Monster Isolation”, en el que la trama se centrará en ellos dos antes de un prologado parón de la serie; y dos: ¿alguien ha visto a Raj beber alcohol para poder hablar con ella? Me imagino que en la fiesta habría alguna cerveza, pero normalmente el Raj borracho suele ser más catastrófico que el que hemos visto en este capítulo.

“The Tangible Affection Proof” ha sido el episodio con más carga ñoña de la temporada, normal por la fecha, lo que ha hecho que los gags hayan sido menos vistosos que en capítulos anteriores. Sin embargo, hemos profundizado en la evolución de los personajes, y sobre todo se marca mi parecer lo que será la dirección de la recta final de la temporada. Porque… ¿veremos por fin a Raj emparejado? La semana que viene lo comprobamos y lo comentamos aquí.