The Big Bang Theory 8x20 –“The Fortification Implementation”: Review
Por Alex Crespo: Encaramos la recta final de temporada, con turbulencias en el aire en la relación entre Penny y Leonard. Sí, otra vez.
Lo reconozco, cuando tengo por delante un episodio tan flojo como este, me cuesta horrores realizar la review. Como no soy de esos que se deleitan sacando punta a cada defecto, mi naturaleza bondadosa sufre cuando no puedo escribir apenas nada positivo sobre un capítulo. Desgraciadamente, casos así hemos padecido en esta más que discreta temporada. La fórmula está agotada desde hace tiempo, y sólo las enormes audiencias que cosecha la serie año tras año entre los sectores más apreciados por los anunciantes mantienen el barco a flote. Innecesariamente, en mi opinión. Los personajes ni las situaciones dan ya más de sí. A lo máximo a lo que podemos aspirar es a que los capítulos nos arranquen varias sonrisas. Y como digo, este no lo consigue.
Las tres tramas de las que consta el capítulo son muy poco atractivas, y peor desarrolladas. La que da nombre al capítulo nos muestra por enésima vez al Sheldon más caprichoso y egocéntrico, para el que todo tiene que girar alrededor suyo, y principalmente Amy. Y ésta, como siempre, se pliega a sus deseos. Ya aburre esta dinámica. Amy debería mandarle a paseo de una maldita vez, y demostrar todo el crecimiento personal que ha conseguido en estos años abandonando de una maldita vez ese rol de novia sumisa a los deseos del señorito. Por mi parte no dudaría que ese es el siguiente paso que se debe adoptar en la serie, más que nada para darle un poco de chicha a las dos temporadas que quedan. Porque si no, madre mía la que nos espera. Francamente, no destaco ningún gag de esta trama, salvo quizá el que le da inicio cuando Howard adivina a la primera que Sheldon está enfadado por una niñería.
Hablamos de parejas cansinas, y por supuesto el primer premio se lo llevan Leonard y Penny. De verdad, ¿a estas alturas otra pelea por lo mismo? ¿Es que la imaginación ya está tan atrofiada? A ver, esta temporada hemos tenido a Penny triunfando como profesional y ahora volvemos a sus anhelos como actriz. Pos fueno, pos fale, pos malegro. Y Leonard a estas alturas también debería saber llevar mejor estas situaciones. Y por supuesto, no discutirlas en antena en el programa de Will Wheaton. Penny vuelve a mostrar en esta trama su lado más rastrero restregándole en la cara a Leonard que gana mucho más que él. Precisamente a un Leonard que durante años le ha estado alimentando de gratis y que le regaló un coche para ayudarla cuando ella no tenía un chavo. Y todo lo que se le ocurre decir a Penny es “deberías conseguir más dinero”. Justo lo que le dijo Sheldon allá por la segunda temporada cuando ésta no podía ni pagar el alquiler. Muy bien, Penny, muy justo. Hay veces que los guionistas se empeñan en que la odiemos. Hoy lo han conseguido con creces. Esta trama destaca en lo positivo únicamente por el intercambio de puyas entre Wheaton y Kevin Smith, director que no es que esté viviendo los mejores momentos de su carrera, precisamente. Si ya Clercks 2 fue mala, tiemblo al imaginar Clercks 3.
Y para terminar, lo del hermanastro de Howard. Irrelevante. Un personaje que no ha aportado nada, de lo anodino que ha sido. Toda la trama se ha resumido en una conversación de sofá entre lo normal y lo banal. Ni la siempre incisiva Bernadette ha tenido ocasión de lucirse. Y Raj, bueno, Raj pasaba por allí. Poco más. Eso sí, para pronunciar el mejor chiste del capítulo, el que hace referencia a la idoneidad de Howard para formar parte de una banda tributo a The Beatles, dado su nariz y su peinado. Aquí sí que han estado finos. Pero salvo eso, poco más. Me temo que el final de temporada va a girar en torno a las desavenencias entre Leonard y Penny, con posible ruptura y cancelación de la boda. Sí, todos hemos suspirado al mismo tiempo lo mismo: “¿Oootra vez?” Pues eso.
COMPÁRTELO
0 comentarios :