The Big Bang Theory 8x19 –“The Skywalker Incursion”: Review


Por Alex Crespo:
Tranquilos que las reviews de The Big Bang Theory no han desaparecido de Llegaron Para Quedarse. Una serie de obligaciones laborales me han impedido estar aquí con vosotros estas semanas, pero ya estamos de vuelta, así que don’t worry. Expresada la excusatio non petita, vamos al lío.



En The Skywalker Incursion” tenemos por un lado la trama que da nombre al capítulo, protagonizada por el tándem Leonard-Sheldon, y otra que reúne al resto del reparto en torno a una mesa de ping-pong, con protagonismo destacado para la Bernadette más maquiavélica y manipuladora que hemos visto hasta el momento. Y nos mola…


Leonard y Sheldon van juntos en un coche y… No, no es el comienzo de ningún chiste, pero sí de una de las partes del capítulo que lleva a los dos científicos y a pesar de ello, amigos, de viaje hacia Berkeley para pronunciar una conferencia sobre su artículo. El descubrimiento científico de Leonard y el hecho de que ambos hayan trabajado juntos en él está siendo utilizado profusamente esta temporada, lo que está bien porque nos da la oportunidad de observar a los en principio protagonistas de la serie compartiendo escenas como hacía mucho tiempo que no hacían. Pero por otra parte, a punto de terminar ya la temporada, ¿no había por ahí una boda que celebrar? Me pareció escuchar algo de eso al final de la temporada pasada. Serán imaginaciones, mías, no sé. Sea como sea, el viaje termina en desastre como no puede ser de otra forma. De ocasiones anteriores ya sabemos que Sheldon no se corta precisamente a la hora de acosar a sus ídolos y allanar sus viviendas, como puede dar fe Stan Lee. Y claro, lo normal es que acabe  frito a taserazos. Por lo menos hemos podido contemplar la entrada al Rancho Skywalker y su sala de detención. Decorada con preciosos posters de la saga, a todo esto. Una trama ligera, entretenida y con el mejor momento con las referencias involuntarias de Sheldon grandes éxitos del Pop. Play that funky music, white boy.



Pasamos al hogar familiar de los Wolowitz. Todo apunta, como es lógico, a que el matrimonio se trasladará allí, así que hay que hacer limpieza de trastos inútiles. La consideración de trasto inútil de una reproducción de la nave TARDIS del Doctor Who la dejo a consideración del respetable. Desde luego, Bernadette lo tiene muy claro, y va a hacer todo lo posible para desembarazarse de ello, lo que desemboca en un duelo a muerte  en el campo de batalla de una mesa de ping-pong. Eh, a mi no me miréis, es lo que ha pasado –por muy surrealista que suene. En realidad, al igual que la de Leonard y Seldon, tampoco es una trama que tenga mucho recorrido, pero hey, es una telecomedia, tampoco se puede pedir siempre la excelencia. Lo cierto es que resulta entretenida y con momentos divertidos, con la mayor dosis de referencias frikis concentradas en un capítulo que recuerdo. Pero sobre todo, como mencionaba en la entradilla, Bernadette emerge con luz propia como la manipuladora mayor del reino. Si estuviésemos en el mundo de Juego de Tronos que tanto mencionan en el capítulo, Bernadette sería una más que digna contrincante para Meñique o Varys. Ahí lo dejo. Por cierto, resulta que Kaley Cuoco fue de niña una avezada jugadora de ping-pong, y su marido es tenista profesional. Y según cuentan, las partidas de ping-pong entre los miembros del reparto son frecuentes durante los descansos del rodaje. Cosas curiosas, oigan…

Capítulo entretenido y con mogollón de referencias nerdys, pero a cinco capítulos de terminar la temporada, de la boda ni nones. Y yo ya tengo ganas de saber qué será de eso  ¿Será que he leído demasiado el Hola estas vacaciones?

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