Bates Motel 3x01 - 'A death in the family' : Review


Bates Motel ha regresado a nuestras pantallas. El pasado lunes, día 8, se estrenó la tercera temporada de la serie. Una temporada que, según los responsables de la ficción, promete ser más oscura e indagar en profundidad en la psique de Norman Bates. Tras el salto, la review del 3x01 "A death in the family".
En episodios anteriores de Bates Motel... Norman se encontraba en dependencias policiales acusado de ser el asesino de su profesora, la Srta. Watson. Pero, como era de esperar, el joven psicópata logró salir indemne de tales acusaciones y pudo continuar con su perfecta vida al lado de su madre. Pero nada es lo que parece en la mente de Norman. Norma ahora conoce los problemas mentales de su pequeño y es incapaz de ver más allá del amor que siente por su hijo. Ajena a sus propios problemas, Norma desconoce que Dylan está en peligro por su implicación en el mundo de la droga.

Los golpes del pasado.



Comenzamos la temporada en la mansión de la familia Bates. Norma duerme al lado de su madre ajeno a todos los problemas que se le avecinan. Como si de un infante se tratase. el joven parece disfrutar al lado de su madre. Una vez que ha amanecido, Dylan va al dormitorio de su hermano y descubre que, lejos de dormir en su cama, Norman ha dormido con su madre. Visiblemente preocupado por este hecho, Dylan advierte a su madre de lo contraproducente de dormir junto a Norman: él es ya un adolescente y, poco a poco, debe de ir saliendo del cascarón y comenzar a entablar relaciones personales con otras mujeres.

Norma, consciente de las palabras de su hijo mayor, recibe una llamada que trastoca su futuro: su madre ha muerto. Pero Norma parece no dar importancia a esa pérdida. Algo que se nos escapa sucedió en la infancia de Norma e hizo que sintiese una aparente animadversión por su madre.


Pasado el verano, es hora de regresar al instituto. Además, este será el último año de Norman antes de su graduación. Antes de subir en el coche para ir al instituto, Norma cuenta a su hijo que su abuela ha muerto. Únicamente lo hace por si, en un futuro, Norman necesitase saber el dato para cualquier hipotética gestión. Lejos de mostrarse compungida, Norma aparenta una fría normalidad que no escapa a los ojos de su pequeño Norman.


Tras los acontecimientos pasados y la aparente implicación de Norman en el asesinato de su profesora, el joven Bates ha pasado todo el verano ayudando a su madre en el motel. Pero la hora de enfrentar la realidad ha llegado. Norma obliga a su hijo a entrar en el edificio a empujones y ante las risas de sus compañeros. Lo que ambos desconocen es que el pasado golpeará al joven dónde más le duele.

Nada más entrar en el instituto, Norman ve un altar dedicado a la memoria de su profesora. Todos han querido dejar sus condolencias en la vitrina homenaje a la Srta. Watson.


Mientras almuerza, Norman recibe la visita de una persona inesperada; Blaire Watson. La profesora se muestra contenta de que Norman haya regresado y le cuenta los planes de estudio de los primeros meses del último año: los poetas modernos. Pero, a medida que Blaire va contando su materia, la realidad de hace presente. En un instante, la señorita comienza a sangrar por el cuello. Justo en el corte que Norman dejó al asesinarla.  Todo es fruto de su mente como si de un escarmiento se tratase. Norman sale despavorido en dirección a su casa. A su llegada, cuenta a Norma lo acontecido. Ella, a sabiendas de los problemas mentales de su hijo, finalmente decide que ella misma será la encargada de impartir clases a su pequeño. ¿Lo hará para intentar evitar nuevas muertes en el entorno de su desequilibrado hijo?

Annika. 



Tras la conversación de Norma con su hijo, una nueva huésped llega al motel. Ella es Annika (Tracy Spiridakos). Pretende pernoctar en el motel durante un par de noches por motivos laborales. Desde un comienzo, Norman se siente fascinado con la joven. Un detalle que no escapa a los ojos de Norma quién, por enésima vez, resta importancia a la locura de su hijo que se está convirtiendo en obsesión.

Norma, en una imperiosa necesidad de mantener controlado a su hijo, decide otorgar más responsabilidades a Norman y decide nombrarlo director el motel.  En su primer día como gerente del lugar. Norman presume delante de Emma de su nuevo cargo. Pero no todo son buenas noticias: la fibrosis quística de Emma ha empeorado y su capacidad pulmonar se ha visto mermada considerablemente. Norman decide pedir a la dulce joven que den un paso en su relación y se conviertan en pareja. Emma sospecha que ese repentino interés de Norman por ella obedece a la idea que se pueda estar muriendo. Algo que Norman niega rotundamente. Una vez aclarada la situación, ambos comienzan a ser novios. Pero ¿qué intenciones se esconden en la mente de Norman para dar ese paso? Incluso llega a espiar, en un claro homenaje a la película original, a Annika mientras se dispone a disfrutar de un baño.



Las luces del dormitorio de Annika se han fundido y decide pedir ayuda a Norman. Él, compotándose como un caballero, cambia las bombillas de la habitación número cuatro y charla distendidamente con la nueva inquilina. Minutos más tarde, Norman acompaña a Annika al centro de la ciudad para llevarla hasta el lugar dónde será la fiesta. Pero nada saldrá como esperamos. Durante el trayecto, Annika y Norman hablan del pasado de la joven. Annika es prostituta. Tal y como ella cuenta a Norman, se encuentra en la ciudad para asistir a una fiesta privada con hombres ricos. Es su trabajo. Sexo es sexo. Y, a veces, placer. Annika admira la relación entre Norman y su madre. Para la joven nada ha sido fácil durante toda su vida. Y la prostitución es una forma digna de ganarse la vida y poder seguir adelante.



 Cuando Emma ha cerrado el motel, el coche de Annika aparece en el aparcamiento del local pero es Norman quién se baja del vehículo. ¿Qué ha pasado con Annika?


Redada.



El negocio de la marihuana de White Pine Bay parece haber tocado a su fin. Durante una redada de la policía, los agentes incautaron una enorme cantidad de droga y se dispusieron a quemarla para su eliminación. Las cosas parecen complicarse par Dylan que, pese a contar con la protección del Sheriff Romero, es consciente de que está en constante peligro por su trabajo. En una cabaña alquilada en el bosque, Dylan decide proseguir con el negocio ilegal junto a Gunner (Keenan Tracey), el amigo especial de Emma y trabajador de Dylan. Remo, el jefe del cotarro, ha decidido que Gunner ayude en todo lo necesario al hijo de Norma. 




Pero el pasado también golpeará a Dylan. Caleb, el hermano de Norma y padre de Dylan, regresa a la ciudad. El tío/padre de Dylan cuenta a su hijo que su abuela ha muerto y decide entregarle una suma de dinero como herencia de la fallecida. Dylan conoce la verdad de quién es realmente Caleb y así se lo hace saber. Aunque Caleb sea su padre, Dylan no quiere saber nada de él.  De nada servirán los intentos del hombre por acercarse a su hijo. Dylan le deja claro que debe desaparecer de su vida para siempre.

Problemas.


Romero es uno de esos policías corruptos que, amparándose en la idea de que la droga traerá ganacias a la ciudad, decide hacer la vista gorda con el tema de las plantaciones de marihuana y los negocios turbios de la ciudad que debe proteger. Mientras se toma una cerveza en un bar, es increpado por dos hombres de la droga que le amenazan abiertamente. Romero decide atajar la situación golpeando a uno de ellos contra la barra del bar y dejándolo inconsciente. Romero es la autoridad y así debe de ser tratado: como la fuerza de Pine Bay.


AUDIENCIAS DEL EPISODIO.

Tal y como recoge el portal tvbythenumbers, el regreso de la serie tuvo una audiencia de 2.139.000 espectadores con unos demográficos de 0.9% en la franja 18/49 años. Un regreso por debajo de lo marcado en el inicio de la pasada temporada pero que, al contrario de lo que pueda parecer, marca unas buenas cifras para la cadena que emite la serie.


OPINIÓN.

Con calma y abriendo nuevos frentes. Así ha sido el regreso de la serie en su tercera temporada. Tras poner muchas expectativas en esta serie, me he encontrado con un episodio que podía haber dado más de sí. La muerte y el pasado golpean a todos los personajes: Norma debe velar por la seguridad de su hijo teniendo presente que ha perdido a su madre. Norman comienza a ser consciente de lo que supone la pérdida de Blaire mientras que Emma y Dylan deben de enfrentar que la muerte y el pasado llaman continuamente a la puerta y, llegará un momento que logre darles alcance.

En definitiva, un episodio algo lento que establece nuevas tramas pero deja una sensación de pobreza tras visionarlo. Esperemos que la cosa mejore con los futuros episodios....


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