How I Met Your Mother 9x16-“How Your Mother Met Me”: Review



Por Alex Crespo. 
Capítulo 200. Cómo vuestra madre me conoció. Centrado casi exclusivamente en The Mother. No me digáis que no estabais como locos por verlo y por leer esta review. Pues para qué haceros esperar más. Adentro.



Voy a empezar la review de este episodio tan especial reiterando una vez más algo de lo que ya he dejado constancia casi enfermiza en este blog: Cristin Milioti es el mejor acierto de casting de la serie en muchísimos años. Con su expresión (¡esos ojos!), su interpretación, el encanto que le sabe dar a su personaje, ha conseguido lo que parecía imposible: que no pueda imaginarme a nadie mejor para Ted. Ni siquiera Robin. Y este es el mayor triunfo, desplazar a Robin del imaginario popular como “the One”, aquella que aunque sabíamos desde el principio que nunca sería ella, siempre había sido la mujer perfecta para Ted. Hasta ahora.


Porque para mí, lo de menos son las coincidencias (evidentemente forzadas) en los gustos y aficiones que comparte con el que será su futuro marido. No, ella, The Mother hasta que nos desvelen su nombre, es la pareja ideal de Ted, y Ted la de ella, porque son espíritus afines. Y esto es lo que el capítulo 200 nos ha querido demostrar. Por supuesto, el juego tenía que pasar por conectar esos momentos en los que a lo largo de la serie se nos ha revelado que estuvieron tan cerca de encontrarse, junto con otros que no conocíamos y que nos devuelve a momentos míticos. Tan míticos como ese primer “¿Conoces a Ted?” con el que arrancó la serie allá por 2005, momento en el cual arranca también la narración de la historia de The Mother. La primera sorpresa del capítulo viene con la revelación de que esa noche, The Mother perdió a su novio Max, probablemente en un accidente de tráfico. Ese trasfondo trágico a su historia le confiere otra dimensión a The Mother. No es alguien como Ted que haya pasado su vida buscando a esa persona especial, sino que ella ya la tuvo y la perdió. Y ese dolor le ha impedido seguir adelante durante muchos años, con la certeza de que nunca más volverá a encontrar a alguien como él. Y no será hasta que logre desprenderse de esa gran carga, esa “maleta” que lleva encima, cuando esté por fin preparada para volver a amar. Porque esa es la principal conclusión que saco del capítulo y de la historia de Max: The Mother conocerá a Ted en el momento preciso. El Destino (ese gran jugador que ha estad manejando los hilos de los personajes durante toda la emisión) les ha puesto a ambos en el lugar, y sobre todo, en el momento preciso. Cuando Ted está listo para cerrar el capítulo de Robin, y cuando The Mother ha cerrado el capítulo de Max, con ese monólogo en la que es quizás una de las escenas más conmovedoras de toda la serie y en la que Cristin está de 10. Lo que Carter y Bays han tratado de hacernos ver es que si se hubieran encontrado antes, probablemente no hubiera surgido el amor entre ellos, porque no era el momento para ninguno de ellos. Y que ahora ya lo es. Y que todo el camino recorrido ha sido para llegar a ese preciso instante.


En la vida de The Mother ha habido espacio para más cosas, obviamente. Como para conocer al Hombre Desnudo(me ha encantado volver a ver a Mitch, sin duda el momento más cómico de todo el capítulo) una noche de San Patricio en la que perdió un paraguas amarillo, paraguas que apareció misteriosamente años después en su apartamento, justo momentos antes de enterarse por las bravas de que su compañera de piso era lesbiana. Compañera a la que conoce en clase de Económicas el día que un profesor despistado confunde el aula y empieza a dar clase de Arquitectura, creando una situación bastante estrafalaria. Eso sí, suelta un chiste bastante gracioso, aunque ella sea la única que se ríe con él. También le dará para fundar su propia banda, Superfreakonomics, en la que para su desgracia dará cobijo a un parásito llamado Darren, que le hará la cama hasta casi lograr echarla. Menos mal que por el camino se cruza Louis, un chico bastante majo, tanto que hasta empezarán a vivir juntos, pero del que no está enamorada. De lo que se dará cuenta el día que éste le proponga matrimonio y ella decida declinar la propuesta y que ya es hora de encontrar de verdad al amor de su vida. Todo ello durante un fin de semana en Farmhampton, en cuyo hotel se tendrá que alojar en la única habitación vacante, una habitación en la que el recepcionista Curtis sabe que al lado está la otra persona soltera del hotel. Y así Curtis, ese romántico empedernido, logrará que Ted escuche por la terraza una preciosa voz entonando triste al ukelele La Vie en rose. Y a partir de ahí, todo vendrá por sí solo.


 Las anteriores reviews os expresaba mis temores de que este episodio no estuviese a la altura de las expectativas desatadas. Una vez visto, os puedo decir que afortunadamente no sólo no ha defraudado, sino que la sensación ha sido más que positiva. De los capítulos “aniversario”, de largo el mejor. El repaso a los momentos definitorios de la vida de The mother que le conducirán hasta Ted está plagado de referencias a hechos ocurridos durante la serie, como no podía ser de otra forma y como tanto nos gusta. Pese a que nos hayan engañado en el título y no nos hayan contado cómo The Mother conoció a Ted. Pero nos queda ya muy poco para averiguarlo. Nada más que dos meses para cerrar un camino de nueve años. Y si este capítulo os ha hecho soltar alguna lagrimilla (venga, no me vengáis de duros, que aquí hay confianza), no quiero ni pensar lo que puede pasar cuando llegue ese momento en el que Ted diga “y chicos, así fue como conocí a vuestra madre”.

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