Dexter 5x05 - 'First blood': Análisis

Otra semana más, y otro gran episodio de "Dexter". Está claro que esta quinta temporada, de seguir este camino, va a ser redonda. Este "First blood" avanza en todas las tramas, haciendo que aumente la intensidad y emoción de todas ellas, dejándonos, como siempre, con ganas de más. ¿Qué os ha parecido a vosotros el episodio? ¿Qué opináis de cómo se está portando Dexter? ¡Vamos allá con este episodio, y no olvidéis comentar!

Primera sangre.

"First blood", aparte de ser el título original de la primera película de Rambo, es un término generalmente utilizado en algunos deportes de lucha donde el primero que sangra pierde la pelea.

Pero, en "Dexter", evidentemente, tiene una acepción diferente. Aunque durante todo el episodio tiene la pinta de que esta frase del título se va a referir a Lumen cometiendo un primer asesinato, no resulta ser así. "First blood" se refiere al pequeño Harrison, quien, con 10 meses solo, provoca la primera (leve) hemorragia a un niño de su parvulario, al arañar su mejilla al más puro estilo de papá con su escalpelo. Por tanto, este episodio trata básicamente de eso, de la actitud de Harrison y de la intención de Lumen, todo ello adornado con una constante referencia a luces, oscuridad, color y reflejos. Pero esto es "Dexter", y, tarde o temprano, será el color rojo el que predomine.

Luz y color.

Dexter comienza muy profundo este episodio, comentándonos que el mejor modo de combatir la oscuridad es cubrirla con color, con luz. Y quizá él ha encontrado esa luz, aquella que le ayudará a recubrir, a difuminar su oscuridad. "Lumen" es un nombre relacionado con esa luz, concretamente se refiere a la unidad usada por el sistema internacional para medir el flujo lumínico. Dejándonos de tecnicismos, lo importante es que, como podremos ver a lo largo de este episodio, Lumen podría ser de ayuda para Dexter, podría marcar una diferencia en lo referente a su Pasajero oscuro.

Y así es como comienza el episodio, lleno de colores, aunque, cómo, no, el primero que vemos es el rojo. Todo esto tiene lugar en una especie de actividad de la guardería en la que padres e hijos participan, y los padres cubren a sus hijos con una tela de muchos colores. Dexter observa a un sonriente Harrison mientras lo hace, esperando que la sonrisa del pequeño sea sincera, que no esté herido, dañado por dentro por la muerte de Rita... que no haya "nacido en sangre" como él.

Dentro de esa tela, una pequeña "kill room" infantil, llena de luz, colores y calidez en lugar de plástica, fría y oscura como las de Dexter, el pequeño Harrison comete su primer "crimen", hiriendo en la mejilla a otro pequeño de un modo que nos resulta extremadamente familiar.

Aunque la terapeuta dijo que era imposible que Harrison se hubiese visto afectado por lo que vivió, muestra algunas alarmantes señales que, por otra parte, seguramente no resulten más que coincidencias. Pero que el niño, como dice Dexter, "esconda las pruebas" y "huya de la escena del crimen" ante las miradas de la madre del otro niño, es algo que da mala espina.

Tras dejar al niño, la pequeña luz de su vida, Dexter va a reunirse con la que podría ser la grande, aunque no lo sabe. Su deseo realmente es que Lumen se marche, para librarse de ella, de los problemas que podría suponerse. Pero ella ha sufrido algo tan horrible que no puede hacerlo, y le pide a Dexter, sin el menor cuidado, voceando prácticamente, que le ayude a acabar con los que le hicieron eso. Él, sabiendo que matar para olvidar no sirve de nada, le da un billete de avión a su hogar, pero ella ofendida se marcha, aunque llevándoselo. Dexter piensa, por un momento, que podrían acabarse sus problemas... pero inmediatamente se quita la idea de la cabeza, sabiendo que no será así.

La pista del tatuaje.

Tras la conversación entre ambos al final del episodio anterior, parece que finalmente Quinn y Debra están juntos. Pero cuando vemos que Quinn se ha inventado una historieta sobre días libres de uso obligatorio para no contarle la verdad, que como sabemos es que fue suspendido por investigar a Dexter.

Cuando Deb va al hospital para interrogar al chico cuya vida salvó por los pelos en el anterior episodio, descubrimos que Laguerta tampoco ha contado a Ángel la verdad sobre Quinn. Mientras, la agradecida madre abraza a Deb y accede a que interroguen al chico, quien, asustado, no es capaz de darles nada, hasta que finalmente les dice que recuerda un tatuaje en la mano del sujeto.

No tienen ni idea de qué significa el tatuaje, así que deciden pedir la ayuda de un experto.

No, no hemos podido evitar poner esta foto XD. Masuka no es el experto, pero sí que es quien les dice a quién deben consultar, a un tal Michael Angelo, que en realidad resulta ser una mujer, que conoce a Masuka como "Sugar". Realmente las cosas que vamos descubriendo de la vida de Masuka son inquietantes y, desde luego, extrañas. Por desgracia, la pista no sirve de mucho, pero Cira ha encontrado otra, que les lleva hasta un nuevo par de cadáveres, altamente descompuestos y plagados de insectos.

Tras más investigación, los asesinatos encajan con los perpetrados por los hermanos Fuentes, pero probablemente sean los primeros, ya que aún no usaban los rituales de Santa Muerte ni nada parecido. Pero todo ello tiene una parte positiva, y es que Deb descubre que el supuesto tatuaje de los hermanos Fuentes en realidad es el sello de un club nocturno. Una buena pista para el caso, después de todo.

Desconfianza.

Angel, mientras, tiene la extraña sospecha de que su esposa puede sentirse atraída por el tipo de asuntos internos, algo que la actitud de ella no ayuda a aclarar, especialmente cuando ella le da largas para marcharse con el hombre, regresando de noche, tarde, y con una actitud casi tan sospechosa como lo que hay en su teléfono móvil.

Por eso, Ángel sigue a su esposa hasta ese motel, e irrumpe en la habitación al ver algo sospechoso por la ventana, sólo para descubrir que Laguerta había hecho un trato para ayudar a atrapar a un policía corrupto a cambio de cerrar el caso contra Ángel. Pero, ahora, lo que ha ocurrido ha abierto una gran brecha entre ellos.

Luz y sombra.

Dexter, mientras tanto, ha sido tocado en su punto débil, y cuando Lumen le ha sugerido matar a gente, comienza a investigarlos porque "necesita gente para su mesa". Como a partir de fichas y perfiles no consigue nada, decide regresar a casa de Boyd en busca de alguna pista. Alguien se le ha adelantado y se ha llevado todos sus archivos, pero... por desgracia (para el que lo hizo), no es muy cuidadoso, y ha dejado sangre y una huella que Dexter intenta analizar, sin conseguir nada al primer intento.

Mientras, la preocupación por la agresividad de Harrison sigue rondando su mente, y aunque la niñera le dice que Harrison es un niño muy bueno y que "nada puede cambiar eso", probablemente el que Dexter muestre al niño sus investigaciones y demás no le haga mucho bien. Y en ese momento descubre que el aficionado que entró en casa de Boyd no es otro que Lumen, quien va un paso por delante de él en buscar a la gente que le hizo cosas tan horribles.

Al buscar a Lumen, Dex descubre algo inquietante sobre la chica:

Lumen, quien, como Harry dice, parece desequilibrada, duerme en un armario porque es el único lugar en el que se siente segura, tiene una especie de "tablón" al más puro estilo Michael Scofield o Mark Benford, lleno de recortes, información, para guiarse en una importante búsqueda, la de esa gente que le hizo daño. Todos los recortes parecen guiarse por un tema común, el de las violaciones.

Al encontrar la carta que había en casa de Boyd, Harry le advierte que Lumen no está del todo cuerda, algo comprensible tras el horror vivido, y que, si no la detiene, eso puede tener consecuencias terribles para ella... y para él. Por eso, la enfrenta para decirle que se detenga, pero ella no está dispuesta a hacerlo.

Caza a contrarreloj.
Dexter consigue más detalles sobre el tal Robert Brunner, al que Lumen persigue.

Brunner resulta ser un violador que tortura a sus víctimas, dejándoles unos cortes en la espalda como los que Lumen tenía en la espalda cuando Dexter la encontró. Ahora se encuentra "desterrado" a vivir bajo un puente con un montón de pedófilos ex-convictos que no pueden ir a otro lugar.

Dexter, asumiendo otra identidad, se acerca a Brunner, quien le cuenta que tras salir de la cárcel pasó un tiempo con su compañero de celda (Boyd) "divirtiéndose", algo que probablemente tenga que ver con Lumen y las otras chicas. Cuando le comenta sus planes de ir al norte y seguir con sus delitos, y comienza a hablar de una horrible violación múltiple a una chica. Al pensar que se refiere a Lumen, Dexter se da cuenta de que no puede dejar vivo a ese tipo, de que es alguien horrible. Pero ese impulso es algo peligroso y erróneo, como Harry, desesperado y a gritos, le hace ver, diciéndole que piense en lo que está haciendo, porque, una vez más, se está jugando el ser descubierto.

El hecho de que lleve un localizador en el tobillo, al ser un delincuente sexual convicto, hace que quede descartado como autor de lo que ocurrió con Lumen... pese a que todo apuntaba a ello. Dexter, furioso, desmonta la habitación y devuelve al tipo a su "hogar".

Dexter regresa al apartamento, agotado y descuidado, y se encuentra a Deb y Quinn allí. Dexter demuestra su hostilidad hacia el agente, mientras que éste se fija en que él lleva asomando sus guantes del bolsillo. Cuando se marcha, los hermanos discuten por Quinn, a quien Dexter no quiere ver cerca de su hijo.

Nada de primera sangre.

Dexter, sabiendo ahora la verdad sobre Brunner, decide buscar a Lumen para contársela, pero es tarde. La chica también ha descubierto su paradero, y ahora se encuentra bajo el puente Tuttle, dispuesta a vengarse del que, para ella, es uno de los hombres que le hicieron eso.

Por suerte, su indecisión y la oportuna aparición de otro hombre permiten que Dexter llegue a tiempo para detenerla y decirle que está equivocada. Lumen se desmorona, diciendo que lo único que quiere es sentirse mejor, dejar atrás el dolor que siente, y finalmente accede a regresar a casa... o al menos eso es lo que dice.

¿Adiós...?
Dexter, para asegurarse de que Lumen se marche, le acompaña al aeropuerto para que tome su vuelo. En cierto modo, la despedida entre ambos es cariñosa, ya que comparten una extraña relación íntima, al conocer ambos sus secretos.

Por desgracia, cuando se dispone a subirse al avión, Lumen es sometida a un cacheo rutinario, que le devuelve los horribles recuerdos de su violación, algo que le hace darse cuenta de que no está lista para marcharse, de que no puede hacerlo... de que necesita quedarse y hacer algo para dejar todo atrás. No han acabado los problemas para Dexter, ni mucho menos.


Alianza peligrosa.

Por si el hecho de que Lumen se quede fuera poco, en otro frente las cosas también se complican para nuestro asesino favorito.

Si bien la persecución de Quinn, tras su fracaso al acercarse a la familia de Trinity, los problemas debidos a su suspensión, y el inicio de su relación con Debra, parece estar en pausa, eso no quiere decir que todo vaya a terminar, porque al final del episodio, nos encontramos con que Quinn está en un bar junto al agente Liddy, de narcóticos, aquel al que Laguerta ayudó a cazar. Ambos policías se encuentran suspendidos por culpa de la teniente, y no hay nada más fuerte que el odio común para unir a dos personas. Por eso, Quinn se aprovecha de esa situación y le ofrece al agente un trabajo... espiar a Dexter, para conseguir la verdad.


Reflejos.

Dexter, un poco más optimista ahora que cree que el problema con Lumen parece haberse solucionado, comienza a creer que lo que está viendo en Harrison, esa posible oscuridad, no es más que fruto de su propio miedo, una ilusión. Cuando dos madres hablan de Harrison, él responde "no ocurre nada malo con mi hijo".

"Siento haber pensado mal de ti. Cualquier cosa que tengamos que enfrentar, la enfrentaremos juntos", dice Dexter a su hijo, quien le responde con un arañazo en la mejilla. Desde luego, nada nos ha quedado claro sobre sí en realidad Harrison tiene dentro esa oscuridad, o, como Dexter cree, sólo se debe a su miedo, a su obsesión por pensar que el pequeño pueda ser como él.


Opinión.

Interesantísimo episodio que nos muestra la lucha de Dexter por que una persona, Lumen, no cometa sus mismos errores, y su preocupación por que otra, Harrison, vaya a tener el mismo tipo de vida que él ha tenido. Todo esto parece ser un intento de perdón hacia sí mismo por la muerte de Rita, pero al no ser ya capaz de poder salvarse a sí mismo... intenta resarcirse salvando a otros.

Aunque la trama de Batista y su esposa parece ya casi cerrada, en el resto de ellas, como la de los hermanos Fuentes, la persecución de Quinn o el tema Lumen, se abren nuevos y prometedores frentes que de seguro nos encaminan a una genial segunda mitad de la temporada.

Como cada semana, poco podemos decir de "Dexter" que no nos haya dicho ya el episodio al verlo. Porque, cuando uno termina de ver un capítulo como este, sabe que está en medio de algo bueno. Y que siga por mucho tiempo.

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