How I Met Your Mother 6x04 - “The Broken Code”: Review

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Por Alex Crespo: Una botella de 600 dólares hecha añicos, aparte de llevar a las lágrimas a un par de hombres adultos, no presagia nada bueno. Sobre todo para Ted y su relación con Barney. ¿Pero qué habrá pasado realmente? Si ya lo sabes, entra y lo comentamos. 

Tras el cliffhanger de la semana anterior y conociendo el título de este episodio, creo que todos esperábamos algo bastante más intenso entre Ted y Barney que lo que ha acabado siendo. Vale, todo el asunto de las putadas que le hace Barney a Ted aprovechando su obsesión por ser el perfecto padrino tiene cierta gracia, pero ceo que el capítulo ha sido demasiado ligero para lo que la situación demandaba. El quebrantamiento del Bro. Code (en los mejores hoteles y vuelos) no debería ser tomado tan vanamente. La escena de ambos en la playa cogidos de la mano por indicación del Marshall-Almohada (si esta serie no tuviera esos puntos surrealistas no sería lo que es –o fue-) mientras Ted le confiesa sus sentimientos a Barney me ha parecido bastante ridícula y fuera de lugar, muy anticlimática. Que esos sentimientos van a seguir jugando malas pasadas hasta la boda parece bastante claro, sobre todo cuando Robin descubra que Ted se marcha de Nueva York. Y lo que dice Ted es cierto. No existe ningún interruptor que permita desconectar los sentimientos hacia alguien, así que lo único que se puede hacer es tratar de vivir con ello lo mejor posible. Y sobre todo, ser honesto, como lo es Ted con Barney, cosa que parece éste parece aceptar y valorar. Ahora habrá que ver cómo se lo toma el Auténtico Karate Kid Billy Zabka el haber sido despojado de su momentáneo reinado como padrino. Y por lo que parece, no va a ir muy bien. Corre Ted, corre. (¿aunque no os parece que Zabka tiene una cara de buenazo que no puede con ella?)

Por el otro lado, esta semana tenemos a Robin y a Lily tratando de buscar otra amiga para la canadiense. Que Scherbatsky nunca ha sido especialmente “femenina” (que no quiere decir que no esté como un tren, que quede claro) es algo que siempre nos han dejado translucir. Al igual que los sentimientos homoeróticos de Lily hacia Robin, que suelen dar algunos de los mejores momentos y gags de la serie. Me parto con las caras de Lily cada vez que lanza alguna indirecta sobre ello. Esa ensoñación de Lily con la posible nueva amiga de Robin viendo juntas el partido y decidiendo tener una experiencia es de lo mejor del capítulo, junto con los patéticos intentos de Robin por trabar conversación con otras chicas (¡si es que no es tan fácil, leñes!). Ah, y por supuesto, el volver a escuchar ese ya mítico “¡¡¡Patriiiice!!!!”. Lo único que me falla en esta trama es la resolución. Está muy visto eso ya de “eres mi mejor amiga y te quiero sólo para mí”. Honestamente, yo pensaba que iba a ser el momento en el que Robin conociese a La Madre y se hiciesen amigas. Parece ser que vamos a tener que esperar. Y por cierto, el chiste de Lily y su “gracias Linus” hizo gracia las dos o tres primeras veces. Ahora ya cansa.

Marshall sigue siendo el gran desaprovechado de la temporada. Y eso que esta vez ha sido cuando más tiempo ha tenido para lucirse, paradójicamente apareciendo sólo a través de la pantalla de una tablet. No entiendo el por qué han decidido tenerle tanto tiempo alejado del núcleo de la panda, quizás por diversificar un poco los escenarios ya que esta temporada va a estar reducida al hotel. El gag de la “Marshpillow” está simpático, sobre todo con ese pequeño desliz de Lily comentando cierta, ejem, “acción” frustrada la noche anterior. Por poco más. Marshall necesita más lucimiento, y mejor llevado. Ojalá que llegue pronto al hotel.

Un capítulo normalito, sin grandes fallos pero tampoco grandes aciertos, al que le pasa factura la sensación que está presidiendo la temporada: que no termina de arrancar. Cada vez se va comprobando el tremendo error que está siendo el concentrar toda la temporada en unas pocas horas y en un único espacio, como venimos diciendo desde el principio. Se está obligando a meter situaciones y tramas absurdas que impiden que la acción avance hacia la dirección que debería. Y si lo hace, de manera muy lenta. A ver si en las próximas semanas esto coge otro ritmo.