Game of Thrones 5x06- “Unbowed, Unbent, Unbroken”: Análisis

Nos adentramos a la recta final con un episodio que baja el ritmo respecto a sus predecesores pero que nos entrega igualmente grandes escenas. Os invito de nuevo a que me acompañéis a lo largo de Poniente y analicemos este episodio que está dando tanto de que hablar en Internet.




Hora de cambiar de rostro

Tras su llegada a la Casa del Blanco y Negro, Arya se encuentra atrapada en un bucle aparentemente sin salida. No son pocas las personas que se acercan a este templo para solicitar una muerte digna e indolora. Una vez encontrada la paz, Arya se encarga de desnudar y limpiar cada uno de los cadáveres. Desconoce el motivo de su tarea, que continúa una vez cruzada una misteriosa puerta. ¿Hacia dónde nos llevará? La chica se repite la misma pregunta una y otra vez.

La misteriosa chica que la adiestra en sus obligaciones, le narra el cómo llegó a trabajar para los Hombres Sin Rostro. La historia trata sobre venganza, venganza alcanzada gracias a esta hermandad. Arya, por momentos, siente que por fin se encuentra en el lugar correcto. Tras tantos pesares va a poder llevar a cabo su plan de terminar con su lista. Todo se desmorona cuando la chica le pregunta: ¿era verdad o mentira? En ese momento baja de la nube y entiende que se trata del juego que tantos quebraderos de cabezas le ha dado.

Jaqen vuelve a darle una oportunidad a la recién llegada. Tras una ristra de mentiras y verdades sale a la luz algo bastante interesante. Parece ser que Arya, a pesar de todo, no odia al Perro. No es del todo una sorpresa, pero lo que si lo es es una afirmación tan rotunda.

Un padre desesperado entra en la sala central. En sus brazos descansa su hija enferma. Arya acostumbra a ver como hombres y mujeres alcanzan la fuente central por su propio pie, no a chicas que no son capaces de dar un solo paso. Beber de la fuente es el último recurso que le queda al hombre para poner fin al sufrimiento de su hija. Arya nos demuestra una vez más que es un personaje cuya evolución no cesa. Toma la decisión de actuar como un Hombre Sin Rostro más y vencer el juego.

Ya está preparada para atravesar la puerta. Lo que se encuentra al otro lado se escapa a nuestra imaginación. Una inmensa sala, que a más de uno evoca recuerdos de las Minas de Moria, adornada con inmensas columnas esconde el asombroso secretos de esta orden religiosa. Ofrecen misericordia a todo aquel que quiera encontrarse con la muerte, a cambio del obsequio de sus rostros. Cientos y cientos de rostros envuelven las columnas en la oscuridad. ¿Qué hacen con ellos? ¿los utilizan exclusivamente como adornos? Sin responder a la pregunta os invito a que visioneis el último encontronazo de Jaqen y Arya en la tercera temporada, y por qué no, recordaros sus últimas palabras en este episodio: La chiva no está preparada para convertirse en nadie. Pero está preparada para convertirse en otra persona.


El cazador cazado

Tras el encontronazo con los Hombres de Piedra esta singular pareja continúa su travesía hacia Meereen. Tyrion, una vez más en esta temporada, nos saca el tema paterno filial. Si alguno os preguntais a estas alturas qué hacia un ponienti como Jorah al otro lado del Mar Angosto, os recuerdo que fue condenado al exilio tras descubrirse que trataba con esclavos. Debido a ello su pésima relación con su padre Jeor Mormont, antiguo Lord Comandante. Cuando Mormont fue asesinado por sus propios hombres, los lectores nos quedamos descontentos por no ver en pantalla sus ultimas palabras. Antes de exhalar su último aliento le pide a Sam que transmita a Jorah su perdón y su deseo de que este algún día vista el negro. Por ello podemos interpretar esta escena como una justicia televisiva a Jeor Mormont, tras su muerte por fin nos da la sensación de que podemos dejarlo ir.

Es brillante como Tyrion en un par de lineas le comenta a Jorah el por qué de seguir o no a Daenerys en su futura conquista. Todos nos lo hemos planteado una vez u otra, y Tyrion no deja de dar voz al espectador. Por muy fan de Daenerys que seas (yo el primero), los argumentos de Tyrion son innegables. Siempre comentamos que Daenerys es una extraña en Meereen, y como bien nos recuerda el enano no podemos olvidar que la chica dragón nunca ha pisado suelo ponienti. Jorah en cambio se reafirma en que no espera un gobernador perfecto, con llegar a ver a Dany en el Trono de Hierro tiene suficiente.

Jorah prueba de su propia medicina cuando divisan en el horizonte una galera esclavista. No es la primera vez que Tyrion mira a la muerte a los ojos, pero a diferencia de las anteriores ya no puede emplear su apellido como arma arrojadiza. Siempre hemos visto a Tyrion desenvolverse con relativa sencillez en estas circunstancias, pero en esta ocasión lo hemos visto sudar la gota gorda. A pesar del mal rato nos encontramos ante un mago de las palabras. En pocos segundos su destino vuelve a encauzarse a Meereen. Daenerys acaba de reabrir las arenas de combate, algo me dice que vamos a disfrutar de una buena escena de acción con Jorah en dichos reñideros.


Culpable

Petyr vuelve a emplear su máquina de teletransporte secreta y se planta en la capital en pocos días. Martin siempre ha sido muy meticuloso en sus novelas con el tema de la geografía, puedes observar el mapa de Poniente y ver todo el trayecto que realizan los personajes.En cambio HBO hace que viajar por Poniente sea como ir a comprar el periódico; unas veces los personajes tardan semanas en realizar el recorrido que otro te hace en pocas horas.

Críticas a parte, Meñique vuelve a mostrarnos su próximo movimiento en el Juego de Tronos. Me tiene bastante desconcertado el plan que este hombre tiene en mente. He dicho en más de una ocasión que Petyr piensa exclusivamente en su propio beneficio, pero Sansa está en el juego, y esto es un factor muy importante. A pesar de dejar a Sansa a merced de los Bolton, Petyr planea su futuro junto a la joven Stark. Acabe donde acabe Meñique, su plan es que Sansa se siente a su diestra.

HBO sabe mimar a los personajes queridos por el público. Ejemplo de ello es que volvemos a disfrutar de la magnífica Reina de las Espinas. El heredero de Altojardín ha sido apresado por la Fe, motivo suficiente para regresar a Desembarco. A Lady Olenna no le tiempla el pulso a la hora de mantener una conversación con la Reina Madre, y agradecimos estamos de que alguien se atreva a decirle las cosas claras a esta mujer. Cersei continúa negando cualquier responsabilidad de los actos de la Fe. Todo ello nos lleva a un juicio en el que se Loras es acusado de homosexualidad. Todo apuntaba a un final feliz hasta que Olyvar cruza la puerta. No solo el heredero de Altojardín irá a las mazmorras, sino que la actual Reina le acompañará. No me ha parecido realista la actitud de Tommen; dos guardias reales contra cinco tíos con palos, no lo compre. Es cierto que el Tommen de las novelas tiene unos seis años, por lo que nunca llegaría a mover un dedo, pero este Tommen que nos ha presentado HBO queda insulso en situaciones como esta.

En las novelas Margaery continua virgen. A diferencia de la noche de bodas que hemos visto esta temporada, en las novelas Margaery pasa la noche jugando con gatitos y sus criadas junto a Tommen. Como podéis ver las cosas son bastante diferentes en este Desembarco televisivo. El caso es que la Fe acusa a Margaery de mentir sobre su virginidad. Debido a las diferencias en la trama respecto a los libros, muchos lectores dábamos por extinta la situación de Margaery tras unos barrotes.

Cersei está pagando muy caro el no tener a su padre con vida. Ya fue una decisión estúpida entregar armas a estos fanáticos religiosos, y ahora para mejorar la situación tienes a tus aliados en las mazmorras.Veremos en próximos episodios como afecta todo ello a Cersei.


La conjura

Estamos ante un ejemplo práctico de como no hay que adaptar una línea argumental. En ateriores análisis os expresé mis esperanzas de que HBO supiera retomar esta trama, pero a estas alturas me doy por vencido. Tenían todos los ingredientes para entregarnos escenas para el recuerdo, lo único que están consiguiendo es que queden para el olvido. Diálogos bochornosos, coreografías de serie B, personajes planos... Es que no se me ocurre nada que salvar de lo que llevamos visto de Dorne, bueno sí, los Alcázares.

Nos tenían enganchados con Oberyn, estábamos deseosos de visitar su hogar. A todos aquellos que no habeis leido las novelas os prometo que Dorne cumple las expectativas en el papel, que es una tierra digna de Oberyn Martell, y que sus hijas son personajes espectaculares que se merecen hasta un spin-off si hace falta. Estas chicas son grandes guerreras, el combate que habéis visto es completamente de chiste. Tratan de vendernos que un hombre que combate con su mano mala es capaz de poner en jaque a una Serpiente de Arena, pena me da Jaime si en los libros llega a enfrentarse a una de estas chicas.

Ya os dije que más vale que Jaime tuviese en mente un plan digno de Tom Cruise, pero para qué si visto lo visto entrar en Dorne es como pasearte por tu casa. Y no solo eso, sino que te topas con el heredero de la familia y este ni pestañea cuando ve a Jaime Lannister vestido de soldado dorniense, ¿de verdad has tenido que ver la sangre para olerte que algo va mal? Un poco de coherencia por favor.

Ya no se que esperar de las siguientes escenas dornienses la verdad. El último resquicio de fe que puedo encontrar es que por fin vamos a ver a Doran Martell en su plenitud y no diciendo un par de líneas de guión. Hagan lo que hagan no puede ser peor, esperemos que sepan renacer de sus cenizas.

Como apunte final remarcar el corte que Obara le hace a Bronn en el brazo con su lanza, ¿estamos ante otro caso de lanza envenenada?


Vuelta a empezar

Llegamos a el tramo final del episodio. Tramo que ha vuelto a reabrir el debate entre el fandom debido a una controvertida escena que ahora comentaremos.

Sansa, mediante la conversación con Myranda, nos vuelve a demostrar que ya no es la chica que dejó Invernalia años atrás. Esta Dark Sansa ha entrado con fuerza en el Juego de Tronos, y más aun si está jugando en su propio terreno.

Quién nos iba a decir que íbamos a ver a Sansa de blanco en Invernalia, y junto a un Bolton ni más ni menos. La nueva pareja se da el "si quiero" bajo el Árbol Corazón. Escena bastante inquietante, ya que no deja de ser un escenario hermoso en el que sucede una escena demente. Un dato que nos aporta la escena, por si alguno lo ha pasado por alto, es que tras cuatro temporadas podemos decir que el invierno ha llegado.

Más de uno confió en las palabras de Ramsay a Meñique. Esperábamos que dentro de lo que cabe se llegara a comportar con su nueva esposa. Hemos descubierto que somos bastante ingenuos. Sansa va a ser "violada" en su noche de bodas ante la mirada de aquel que supuestamente asesinó a sus hermanos pequeños. Duro no, lo siguiente. Empleo las comillas ya que hay un debate sobre si se puede llamar violación o no, ya que en cierto modo ella sabía que tarde o temprano tendría que acostarse con él esa noche. Se interprete como se interprete la escena no deja de grabarse en nuestras retinas, y más aún cuando Alfie Allen (Theon) consigue transmitir tanto con tan pocas palabras. Y es que este actor lo está bordando esta temporada; muchos fuimos los que estábamos descontentos con su caracterización de Hediondo, pero Allen nos ha cerrado la boca a todos cuando aparece en pantalla. Retomando el tema de Sansa, a pesar de ser una escena muy potente, en mi opinión es errónea. Sansa estaba en su punto álgido de evolución, estábamos ante una mujer que iba a dar mucha guerra. Todo ello desaparece en los minutos finales del episodio. Tras la escena final Sansa ha retrocedido a la casilla de salida. Por muy terrible que era la situación, Sansa debería haber mantenido la compostura, está claro que no es sencillo, pero es lo que se espera del personaje tras toda la evolución que nos ha brindado a lo largo de la temporada.