The Big Bang Theory 7x16: “The Table Polarization”: Review

Por Alex Crespo: Parte del grupo quiere comprar una mesa para poder cenar a gusto y a Howard le ofrecen la oportunidad de volver a la Estación Espacial Internacional. Un montón de cambios que Sheldon no está dispuesto a tolerar. Y Bernadette tampoco…

Manipulación. Todos tratamos de manipular a alguien en algún momento de nuestra vida para conseguir nuestros objetivos. Y en el caso de las parejas, esta situación se da constantemente. Ya sabéis, la confianza da asco. Penny manipula a Leonard para comprar la mesa. Amy manipula a Sheldon para intentar que se vaya a vivir con él. Bernadette manipula a Howard para que no vuelva al espacio. Y Sheldon manipula a todos para salirse con la suya como siempre. Y todo por la compra de una mesa para que puedan cenar todos juntos sin que nadie se tenga que sentar en el suelo ni dejarse el espinazo. Es uno de los aspectos que de siempre más me ha llamado la atención de la serie, por incomprensible para mí. Tras un porrón de años, ¿a nadie se le había ocurrido que una mesa de café no es precisamente lo más cómodo para cenar? Es que ni siquiera tienen unas bandejas para poner la comida. Es que no quiero imaginarme la escoliosis que deben estar desarrollando todos, leñes. Pero claro, “cambio” y “Sheldon” son dos conceptos que difícilmente casan. Y la alteración del mobiliario del apartamento sin la aprobación del Comité correspondiente según el Acuerdo de Compañeros de Piso, comité que curiosamente se reúne sólo cada dos años, como que no es muy bien encajado por el doctor Cooper. Pero aunque él no se dé cuenta, el cambio es algo inherente a nuestras vidas. Cambio que él mismo ha experimentado principalmente gracias a Amy, tal y como se bien insistiendo habitualmente. Y eso es algo que Sheldon no va a consentir.

El hecho de que en la promo del capítulo plasmaran abiertamente la intención de Sheldon de romper con Amy a mí personalmente me dejaba claro que en ningún caso se iba a producir esa circunstancia, sino que  se trataba más de un truco para llamar la atención sobre el episodio. Sí me ha parecido muy ingenioso el giro de utilizar ese amago de ruptura como parte de la trama de engaños y manipulaciones, en la que Amy ha demostrado no ser manca precisamente, aunque desafortunadamente para ella se ha pasado de frenada. Prácticamente el grueso del capítulo se ha basado en este juego de enredos entre las distintas parejas de Big Bang Theory. Recurso clásico de toda comedia romántica que se precie, es la parte de Amy con Sheldon la que mejor funciona, no pudiendo decir lo mismo desgraciadamente de Leonard y Penny, cuya aportación me ha resultado tan flojita como viene resultando su interacción toda la temporada. Muy distinto opino de todo lo que se refiere a Howard y a Bernadette, cuya trama se ha centrado en la nueva oportunidad de Howard de volver al espacio, pese a todas las penurias que pasó “Fruit Loops” en su estancia anterior. Pero bueno, todo son minucias comparadas con la gloria de poder estar en el espacio exterior. Hacerte pis encima, vomitar y tragarte tu vómito y volver a vomitar y así sucesivas veces, pasar de nuevo por el entrenamiento de supervivencia… Espera ¿otra vez el entrenamiento? ¿Pasar por esa tortura medieval de nuevo? Huy, pues va a ser que, qué lástima, qué presión sanguínea tan elevada tengo, vaya, con las ganas que yo tenía de volver a la I.S.S… El momento de Howard llamando a su madre para ponerse taquicárdico ha sido de lejos el mejor gag del capítulo. Pero también tengo que decir que echo de menos un “intercambio de parejas” al estilo del episodio del juego de pistas que vimos a inicios de la temporada. Porque ya nos tenemos muy sabida la química (o falta de ella) entre las parejas “formales” de Big Bang Theory, y un poco de variedad le va haciendo falta. Porque los últimos capítulos han sido decentes, pero poco más. La línea de la temporada ha sido mantener la regularidad, pero no le vendría mal un subidón en forma de capítulo memorable. A ver si los siguientes nos dan esa alegría.