House: Primeras impresiones de la sexta temporada
Finalmente, para acabar con este día de locura de series, nos dedicaremos a analizar nuestras primeras impresiones sobre esta premiere doble de "House". Tras la risas que nos han traído "How I Met Your Mother" y "The Big Bang Theory", siempre viene bien algo más serio (que también tiene sus toques de humor en los comentarios del omnipresente Dr. House) para terminar.
Vamos a ello entonces. ¿Dónde nos quedamos con nuestro cínico doctor favorito? Tras el salto comenzaremos este pequeño análisis, y responderemos a las preguntas que se nos plantearon al final de la pasada temporada. ¡Y como siempre, todos vuestros comentarios y opiniones son bienvenidos! Empecemos:
La pasada temporada de House terminó con una enorme y desconcertante sorpresa. Al principio parecía que el Dr. House y Cuddy finalmente estaban juntos y él había dejado la vicodina gracias a la insistencia y cuidados de ella. Pero entonces, para enfado de muchos y sorpresa de todos, nos dimos cuenta de que todo ello no era más que una alucinación provocada por la terribe adicción de House. En la última escena vimos al fiel Wilson acompañar a House hasta una institución psiquiátrica.
Y allí... justo allí, es donde esto da comienzo. Prometedor y emocionante.
La temporada comienza con un ojo abriéndose, el ojo de House. Todo se ve borroso, confuso... para el pobre Gregory es triste, porque entendemos que está pasando el duro síndrome de abstinencia, pero para nosotros, los espectadores... esto promete. No pasamos a un milagroso "House vuelve y está curado", no. Vamos a ver su estancia en la institución con toda su crudeza.
Y eso se traduce en un pedazo de capítulo. Una de esas joyas que esta serie consigue crear, que destacan brillantemente sobre el resto de episodios. Pensemos en "Three stories" o en ese increíble par de episodios que fueron "House's Head/Wilson's Heart". Pues... ahora entenderéis lo que es este "Broken".
El inicio es atípico, con un montaje musical (la canción me suena, de algún anuncio de Xbox o algo así, pero no sé deciros el título o artista... se escapa de mis gustos), mientras vemos a House lidiar con el dolor, con los síntomas del síndrome de abstinencia, y sobre el cual se han montado los títulos de crédito. Sublime.
Está desesperado... intentando por todos medios salir de ahí... siendo el mismo House, intentando hacer lo que siempre hizo... abusar de su inteligencia, de su poco respeto a las normas... pero esta vez no le funciona. Ni siquiera su sarcasmo tiene efecto. Sus armas están invalidadas. Poner a House en esta situación, en este escenario, nos dará un genial revulsivo para esta serie que muchas veces ha sido acusada de estática y estancada.
Las escenas de House con sus compañeros son geniales, con su compañero de cuarto, con el resto. Pero sus intentos de desestabilizar a sus cuidadores no tienen más efecto que castigos para él. Y eso le hace rendirse poco a poco.
La escena del partido de baloncesto es brutal, con House reconociendo y aprovechando las enfermedades de sus compañeros para desmoralizarlos. La escena por otra parte es cruel, pero esta serie tiene el poder de hacer que, por alguna razón, perdonemos todo al cínico y maleducado doctor.
Todo se va conviertiendo poco a poco en una lucha de poderes entre House y la doctora a su cargo, pero evidentemente ella tiene todas las de ganar.
Y allí... justo allí, es donde esto da comienzo. Prometedor y emocionante.
La temporada comienza con un ojo abriéndose, el ojo de House. Todo se ve borroso, confuso... para el pobre Gregory es triste, porque entendemos que está pasando el duro síndrome de abstinencia, pero para nosotros, los espectadores... esto promete. No pasamos a un milagroso "House vuelve y está curado", no. Vamos a ver su estancia en la institución con toda su crudeza.
Y eso se traduce en un pedazo de capítulo. Una de esas joyas que esta serie consigue crear, que destacan brillantemente sobre el resto de episodios. Pensemos en "Three stories" o en ese increíble par de episodios que fueron "House's Head/Wilson's Heart". Pues... ahora entenderéis lo que es este "Broken".
El inicio es atípico, con un montaje musical (la canción me suena, de algún anuncio de Xbox o algo así, pero no sé deciros el título o artista... se escapa de mis gustos), mientras vemos a House lidiar con el dolor, con los síntomas del síndrome de abstinencia, y sobre el cual se han montado los títulos de crédito. Sublime.
Está desesperado... intentando por todos medios salir de ahí... siendo el mismo House, intentando hacer lo que siempre hizo... abusar de su inteligencia, de su poco respeto a las normas... pero esta vez no le funciona. Ni siquiera su sarcasmo tiene efecto. Sus armas están invalidadas. Poner a House en esta situación, en este escenario, nos dará un genial revulsivo para esta serie que muchas veces ha sido acusada de estática y estancada.
Las escenas de House con sus compañeros son geniales, con su compañero de cuarto, con el resto. Pero sus intentos de desestabilizar a sus cuidadores no tienen más efecto que castigos para él. Y eso le hace rendirse poco a poco.
La escena del partido de baloncesto es brutal, con House reconociendo y aprovechando las enfermedades de sus compañeros para desmoralizarlos. La escena por otra parte es cruel, pero esta serie tiene el poder de hacer que, por alguna razón, perdonemos todo al cínico y maleducado doctor.
Todo se va conviertiendo poco a poco en una lucha de poderes entre House y la doctora a su cargo, pero evidentemente ella tiene todas las de ganar.
House se pasa la vida en la celda acolchada, pero allí le vemos pensar una y otra vez... y poco a poco va asumiendo que tiene un problema, y que debe enfrentarlo.
Vamos viendo cosas inusuales, como House disculpándose... a su modo. Cuando parece que lo está haciendo, lo que hace realmente es tratar de poner a los enfermos en contra de los doctores. Nada le cambia... sigue siendo el mismo, pero... en el jefe de la institución ha encontrado un rival a su altura, al cual no le resulta nada fácil doblegar.
Y vemos a House pensar y pensar... intentar descontrolar todo de un modo u otro, dando vueltas a la cabeza... pero cada vez más escaso de ideas. Pero como siempre, terminamos viendo su cara de "tengo una idea".
Y vemos a House pensar y pensar... intentar descontrolar todo de un modo u otro, dando vueltas a la cabeza... pero cada vez más escaso de ideas. Pero como siempre, terminamos viendo su cara de "tengo una idea".
Y vaya si la tiene... cada mínima cosa que puede aprovechar en su favor... tratará de aprovecharla, utilizando al resto de internos a su antojo. Por cierto, Alvie es un gran personaje, me encanta cuando le pillan haciendo lo que House le pide, y dice "Sólo quería un bocadillo, puedo estar embarazado, tengo antojos".
Un detalle extraño es cuando fingen la pelea... y la cámara enfoca la TV, en la que vemos la escena de "Family Guy" en la que Stewie da una brutal paliza a Bryan. Raro.
Poco a poco se hace con la mecánica del sitio... los permisos, los favores... y comienza a moverse con más libertad.
Consigue llamar a Wilson para pedirle ayuda, pero este, por más que le duela, decide dejarle las cosas claras, diciendole que el unico modo de ayudarle es dejar que siga el tratamiento y le recuperen.
Poco a poco comienza a cooperar, a ganar nivel de permiso, a respetar la mecánica de la institución... quizá viendo que ese es el único modo de salir adelante. Con una salvedad, no toma su medicación. Y esta vez está prevenido contra que puedan pillarle. Cada vez va ganando terreno, siendo más libre dentro de la institución.
Parece tomar cierto "cariño" a Freedom Master, el chico que se cree un superhéroe, y que vemos tiene una historia muy triste detrás. House cree que no lo hacen bien con él... y trata de hacerlo ver a los médicos.
Un detalle extraño es cuando fingen la pelea... y la cámara enfoca la TV, en la que vemos la escena de "Family Guy" en la que Stewie da una brutal paliza a Bryan. Raro.
Poco a poco se hace con la mecánica del sitio... los permisos, los favores... y comienza a moverse con más libertad.
Consigue llamar a Wilson para pedirle ayuda, pero este, por más que le duela, decide dejarle las cosas claras, diciendole que el unico modo de ayudarle es dejar que siga el tratamiento y le recuperen.
Poco a poco comienza a cooperar, a ganar nivel de permiso, a respetar la mecánica de la institución... quizá viendo que ese es el único modo de salir adelante. Con una salvedad, no toma su medicación. Y esta vez está prevenido contra que puedan pillarle. Cada vez va ganando terreno, siendo más libre dentro de la institución.
Parece tomar cierto "cariño" a Freedom Master, el chico que se cree un superhéroe, y que vemos tiene una historia muy triste detrás. House cree que no lo hacen bien con él... y trata de hacerlo ver a los médicos.
Y como siempre, el jefe está un paso por delante de él. Cuando él creyó que estaba engañando a los médicos, realmente ellos le engañaban a él, ya que le habían cambiado la medicina por placebo.
Y House se rinde. Esta vez... no puede ganar.
Pero ha encontrado un pequeño motivo para seguir adelante, el ayudar al chico que se cree un superhéroe. Y poco a poco lo va haciendo. Y rie, y hace reir al chico, le ayuda a sentirse bien... pero todo sale mal... y el chico se hace daño.
Y House se rinde. Esta vez... no puede ganar.
Pero ha encontrado un pequeño motivo para seguir adelante, el ayudar al chico que se cree un superhéroe. Y poco a poco lo va haciendo. Y rie, y hace reir al chico, le ayuda a sentirse bien... pero todo sale mal... y el chico se hace daño.
Y eso, acaba con House de nuevo. Y le hace admitir que necesita ayuda.
"Nadie me rompió. Ya estoy roto". Gran frase de House.
Pese a todo, a ser vencido y aceptar el tratamiento, le queda la espinita clavada del jefe de la institución, y sigue intentando vencer sobre él. Y en cierto modo parece reconocer el modo de ser del hombre... porque le recuerda a sí mismo.
Seguimos viendo durante todo el capítulo a House luchar intensamente consigo mismo, hasta llegar al punto en que reconoce que da más importancia a sus fracasos que a sus éxitos. Y de nuevo eso vuelve a atacarle, cuando cree encontrar el modo de curar al chico superhéroe, pero fracasa.
Y eso es en lo que se basa la historia completa de las dos horas, en ver a House luchando y aceptando sus demonios, sus defectos, sus errores. La historia, que ya de por sí es una historia de personajes, en este episodio profundiza mucho más en la psique del doctor, en su modo de ser, en sus motivaciones. Le vemos privado de todo, de todo lo que le hace identificarse... y le vemos perdido. La única manera que tiene de sentirse cómodo... es formar una situación en la que él tenga el control... pero sus continuos fracasos... el fallar una y otra vez en sus intentos, van minando su determinación y su orgullo... demostrándonos que bajo su máscara de cinismo hay un ser humano que se alegra, se deprime, lucha, y se rinde.
El show de talentos de la institución es una escena genial, sobre todo el rap de Alvie, y cómo House le ayuda y sube con él al escenario.
Y vemos que de algún modo todas esas vivencias ablandan a House, que finalmente pide disculpas sinceramente al chico superhéroe, y que, casi por casualidad, consigue "devolver su voz" a la chica sin habla y al chico superhéroe. Genial escena.
House... en cierto modo, curó, o comenzó la curación de esa chica, lo cual le devuelve un poco la fe en sí mismo. Y poco a poco se está curando, aunque él cree que está perdido. El jefe le hace ver que está mejorando... que las cosas están cambiando en él.
Y finalmente consigue salir, dejando allí gente que lo echará de menos, dejando marca en todos ellos... quizá sin ser consciente de que su lucha consigo mismo ha tenido consecuencias en otros... empezando por Alvie, que al ver recuperado a House, decide aceptar su propio tratamiento.
Vamos allá, con las conclusiones finales. En una palabra, capitulazo, quizá el mejor de la serie. Atípico completamente, pero genial. El único miembro regular del cast, salvo por unos pocos segundos de Wilson, es el propio Dr. House, y Hugh Laurie llena la pantalla él sólo durante los 85 minutos de episodio. Sublime.
En definitiva, House vuelve por todo lo alto, con uno de esos capítulos que se quedan en tu cabeza y te hacen pensar "Joder, qué bueno fue". Grande House, y cómo se le echaba de menos. ¿Qué opináis vosotros? ¿Os ha entusiasmado tanto como a mí?
"Nadie me rompió. Ya estoy roto". Gran frase de House.
Pese a todo, a ser vencido y aceptar el tratamiento, le queda la espinita clavada del jefe de la institución, y sigue intentando vencer sobre él. Y en cierto modo parece reconocer el modo de ser del hombre... porque le recuerda a sí mismo.
Seguimos viendo durante todo el capítulo a House luchar intensamente consigo mismo, hasta llegar al punto en que reconoce que da más importancia a sus fracasos que a sus éxitos. Y de nuevo eso vuelve a atacarle, cuando cree encontrar el modo de curar al chico superhéroe, pero fracasa.
Y eso es en lo que se basa la historia completa de las dos horas, en ver a House luchando y aceptando sus demonios, sus defectos, sus errores. La historia, que ya de por sí es una historia de personajes, en este episodio profundiza mucho más en la psique del doctor, en su modo de ser, en sus motivaciones. Le vemos privado de todo, de todo lo que le hace identificarse... y le vemos perdido. La única manera que tiene de sentirse cómodo... es formar una situación en la que él tenga el control... pero sus continuos fracasos... el fallar una y otra vez en sus intentos, van minando su determinación y su orgullo... demostrándonos que bajo su máscara de cinismo hay un ser humano que se alegra, se deprime, lucha, y se rinde.
El show de talentos de la institución es una escena genial, sobre todo el rap de Alvie, y cómo House le ayuda y sube con él al escenario.
Y vemos que de algún modo todas esas vivencias ablandan a House, que finalmente pide disculpas sinceramente al chico superhéroe, y que, casi por casualidad, consigue "devolver su voz" a la chica sin habla y al chico superhéroe. Genial escena.
House... en cierto modo, curó, o comenzó la curación de esa chica, lo cual le devuelve un poco la fe en sí mismo. Y poco a poco se está curando, aunque él cree que está perdido. El jefe le hace ver que está mejorando... que las cosas están cambiando en él.
Y finalmente consigue salir, dejando allí gente que lo echará de menos, dejando marca en todos ellos... quizá sin ser consciente de que su lucha consigo mismo ha tenido consecuencias en otros... empezando por Alvie, que al ver recuperado a House, decide aceptar su propio tratamiento.
Vamos allá, con las conclusiones finales. En una palabra, capitulazo, quizá el mejor de la serie. Atípico completamente, pero genial. El único miembro regular del cast, salvo por unos pocos segundos de Wilson, es el propio Dr. House, y Hugh Laurie llena la pantalla él sólo durante los 85 minutos de episodio. Sublime.
En definitiva, House vuelve por todo lo alto, con uno de esos capítulos que se quedan en tu cabeza y te hacen pensar "Joder, qué bueno fue". Grande House, y cómo se le echaba de menos. ¿Qué opináis vosotros? ¿Os ha entusiasmado tanto como a mí?
¡Dr House is in da house, yo!
COMPÁRTELO
Totalmente de acuerdo con tu post, agregaría la no menos relevante mini relación con Lydia, el hecho que House se haya atrevido a involucrarse, sabiendo que puede perder, que puede salir herido (uno de sus mayores miedos). Capitulazo, nada más que decir.
ResponderEliminarAh! La canción es No Surprises de Radiohead, del disco Ok Computer, de fines de los '90.
Cariños,
Lore, desde Chile.
Gracias, Lore, por la información sobre la canción.
ResponderEliminarY tienes razón, me faltó mencionar la relación de House con Lydia... que quizá fue el detonante de su recuperación completa... ya que fue lo que le hizo tener esa iluminadora charla con el jefe de la institución. Muchísimas gracias por comentar y por tu aporte, y espero que te veamos de nuevo por aquí.
Un saludo!
la cancion del principio se llama "no surprises", de Radiohead, del disco ok computer (1997)
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