The Big Bang Theory 7x03 - “The Scavenger Vortex”: Review

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Por Alex Crespo: Con un pelín más de retraso del habitual, por el que me disculpo, aquí os dejo la review del tercer capítulo de The Big Bang Theory, “The Scavenger Vortex”. Venga para dentro, no os hago esperar más.

Es una muletilla habitual cuando hablamos de Big Bang Theory el decir que los mejores capítulos son los más frikis. Y visto lo visto en este, vamos a seguir utilizándola un tiempo más. Porque de la ligera decepción que supuso la doble premiere, este “The Scavenger Vortex” nos ha reconciliado con la serie con un episodio de lo más divertido. El recurso de la clásica búsqueda del tesoro nos ha traído unos curiosos intercambios de parejas, que se agradecen. Salvo el más habitual y siempre efectivo Sheldon-Penny, no es frecuente ver interactuar juntos a Leonard y a Bernadette, y mucho menos a Howard y a Amy. Pero como también suele suceder frecuentemente, estas mezclas a priori extrañas funcionan, aunque sea sólo para sacar de la rutina habitual. En el intercambio de parejas no figura Raj, al ser la mente maquinadora y ejecutora del juego que propone para divertir a sus amigos. Cosa que no se si merecen tras el vacío que le hicieron en su –vamos a reconocerlo, poco atractiva- oferta de ocio anterior. Y que visto como acaba esta, es decir, teniendo que salir por patas, dudo que se le ocurra volver a proponer. Se le habría podido juntar con Stuart, pero los guionistas prefieren utilizar al dueño de la tienda de comics como recurso cómico-patético. Y aquí tengo que decir que estoy bastante harto de la manera en que tratan a Stuart. La humillación constante y el ponerle de forever alone perpetuo a mí ya me empieza a cansar, y lo que es peor, a no hacer ninguna gracia sino todo lo contrario. Creo que Stuart es un personaje con mucho potencial al que se le puede sacar partido sin pisotear su dignidad en cada aparición. Pero vamos, esto es lo único que me chirría del capítulo.


Las interacciones entre las distintas parejas son de lo más variadas. Claro que antes está el espinoso asunto de la elección de compañeros. Nuevo frente abierto entre Leonard y Penny, por la habitual desconfianza de él (y del resto del grupo) hacia sus habilidades intelectuales. Al contrario que en ocasiones anteriores, en las que las peleas entre la pareja me parecen anodinas, esta vez han medido bien los tiempos como para introducir la situación y medio resolverla, pero sin abusar de ella ni convertir el capítulo en una ñoñez. Esta vez tocaba primar la comedia disparatada, y bien que ha funcionado. De la pareja resultante por sorteo Penny-Sheldon, poco podemos decir ya que no se haya dicho antes. Son de largo el mejor dúo cómico de la serie, y se nota. Tanto como cuando se enfrentan como cuando colaboran. Y como en esta ocasión hemos tenido un poco de ambas cosas, pues perfecto. Impagable el momentazo de Sheldon con la bola de bolos con la que ha cargado (Dios sabe por qué) todo el camino como parte de su pack de caza del tesoro, extasiado ante la bolera y gritando “My brain is better tan everybody’s!!!!!” Frase convertida en inmediato meme de internet, por supuesto.


Más que divertida también la pareja Leonard-Bernadette. Ya sabemos por qué Howard estaba tan aliviado al no formar equipo con su esposa. La pequeñita Bernadette es un ogro competitivo que Leonard va a sufrir en sus carnes de manera bastante cruel, casi hasta el punto de la muerte por asma o por accidente de coche. Me encanta cuando Bernie se pone en plan gritón, Melissa Raunch lo clava siempre que su personaje se pone en esas tesituras. Y aunque menos relevante en lo que es la caza del tesoro, muy buena también la pareja Howard-Amy y ese descubrimiento de su admiración mutua por Neil Diamond. Es, de todos los personajes recurrentes de la serie, a los que menos habíamos mezclarse, cosa que ellos mismos señalan, y por eso me hubiera gustado a lo mejor el descubrimiento de una mayor conexión que no el recurso típico de una música común. Pero lo cierto es que en esta ocasión funciona y arranca unas cuantas sonrisas, que es de lo que se trata. ¡Así que, qué narices, adelante con el Neil-Móvil!


Como hemos dicho en la entrada, un capítulo de lo más divertido, con bastantes buenas bromas como el pique recurrente entre universidades, y sobre todo, montado con un ritmo muy ágil y dinámico, que es que le corresponde a este tipo de historias de tipo comedia de enredo. Señores, esta es la línea a seguir (junto con un poquito más de evolución de los personajes). A ver si continúa.

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