American Horror Story: Las brujas de Salem

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Tras las declaraciones de Dylan McDermott en las que hablaba acerca de Kathy Bates y advertía que era una mujer perfecta para encarnar a una de las Brujas de Salem, muchos aseguran que la temática escogida por los creadores de la serie para la nueva temporada es ahondar y mostrar una peculiar versión estas brujas vista desde la mirada de Ryan Murphy y Brad Falchuck. Tras el salto, la verdadera historia de las Brujas de Salem.

Las brujas de Salem. Escuchar estas palabras provoca que, de inmediato, pensemos en persecuciones, en juicios, en injustas horcas que pretendían purgar los pecados de las que, en la mayoría de los casos, eran simplemente mujeres que, bien sea por envidias o venganzas, eran acusadas de practicar brujería y posteriormente condenadas al fuego, a morir quemadas vivas.

Una de las razones que daban los que decían luchar contra "las brujas" para esta cacería humana era simple: la mera pretensión de querer luchar contra el demonio y contra prácticas poco ortodoxas para ellos. Todo esto culminó con unos juicios a brujas que forman parte de la historia de América. Hoy en día, y pese a que no logran ponerse de acuerdo y nadie sabe realmente que es lo que sucedió, se ha llegado a comparar estos juicios con la Inquisición Española. Fuere como fuere, esto es lo poco que conocemos de la historia.
 
Mañana de 20 de enero de 1692. Poblado de Sanvers (perteneciente a Salem, Nueva Inglaterra). Todo comenzó como una sospecha. Betty y Abigail Williams, hija y sobrina del ministro de la villa, el reverendo Samuel Parris comienzan a sentir cierta indisposición que parece agravarse con extraños comportamientos, raros ataques y desmayos. Las mismas niñas dicen sentirse amenazas por una presencia inhumana y maléfica. Como una mecha encendida, el tema explota. Tanto los doctores de la época como las máximas autoridades afirman estar delante de una obra del demonio y obligan a que las niñas confiesen la causa de tales males. 

Las pequeñas acusan a su cuidadora, Tituba, una esclava de raza negra que procedía de la isla de Barbados. Según ellas, Tituba acompañada de Sarah Good y Sarah Osburn había obligado a las menores a comer un pastel hechizado a base de orina de niño y harina de centeno. Esta revelación y el hecho de que Sarah Good vistiese como un hombre y fumase en pipa (intolerable para los puritanos) y Sarah Osburn que vivía amancebada con un hombre hicieron que las tres mujeres fuesen llamadas a declarar. Pese a haber sido amenazas con morir en la horca si no se autoinculpaban, solo Tituba afirmó ser bruja. Según la esclava, el demonio se le había presentado con el cuerpo de un cerdo-perro y ella misma había firmado en el libro del demonio y había sido encomendada a provocar ese mal a las niñas. Tras esto, las tres fueron encarceladas en Boston y Osburn murió en prisión al poco tiempo de entrar.

La veda se había abierto. Se creó una Corte en Boston en la que siete jueces trataban los casos de brujería. Bastaba con que la acusada se confesase bruja, que dijese quién la había iniciado en el Mal, un simple lunar o marcas que creían estigmas de la brujería como cicatrices para que esta corte dictase veredicto. Muchas mujeres, en un intento de salvar su vida, fueron empujas a confesar sus prácticas y mucha gente inocente fue condenada. Mientras los juicios pasaban, la lista de acusados crecía enormemente. 

La villa que antaño había sido un lugar pacífico se mutó en un lugar en el que las diferencias entre familias, las rencillas del pasado se transformaron en denuncias y juicios. Tal llegó a ser la desconfianza instaurada que un vecino acusó a una anciana que vivía sola y no acudía a misa de ser la responsable de haber envenenado el abrevadero en el que bebían sus animales. La caza había comenzado.
 
Los juicios de Salem.

Más de ciento cincuenta personas fueron detenidas y encarceladas. En mayo de 1693 comenzaron los juicios. Unos juicios injustos en el que, los propios jueces se dejaron llevar por una histeria religiosa en la que la comunidad de Salem pedía enérgicamente condenas duras a las brujas. Un total de trece mujeres fueron ahorcadas en Gallows Hill (pendiente cercana a Salem) por llevar una vida distinta al resto de sus vecinos, haber discutido con algún vecino o por una simple mirada. Trece mujeres ahorcadas entre mayo y septiembre de 1693. Aunque otras informaciones elevan el número a diecinueve ahorcadas.

No solo las mujeres fueron víctimas de esta locura. El pueblo era un hervidero de mentiras, de falsas acusaciones de las que nadie estaba libre. Todo se había teñido de un oscuro fanatismo y una enorme ignorancia que hizo que el reverendo Broughs, que precedió a Parris como reverendo de la parroquia, fue acusado de ser el jefe del clan de las brujas y murió ahorcado. Un capitán de barco, llamado John Alden fue ahorcado tiempo después con cinco hombres más, siendo acusados de ser los responsables del libro que Tituba mencionaba. Este bucle de locura llegó incluso a lapidar a un anciano que se negó a declarar. Tituba, la persona que había ocasionado toda esta locura, fue indultada por haber delatado a sus convecinos y, finalmente, fue vendida por la familia Parris. De esta forma se deshicieron de su esclava y apartaron el negro episodio vivido.
   
Pasados los años, la Corte de los siete jueces pidió perdón por tales crímenes y afirmó que se había dejado llevar por el fanatismo imperante y por la sed de venganza de la localidad para dar sus veredictos. Los acusados de brujería que todavía permanecían en la cárcel fueron liberados por el gobernador del Estado y, todas las personas que habían sido ejecutadas fueron exoneradas de cualquier culpa.

Ahora sabemos que existe un hongo que puede adulterar y envenenar el centeno. Este hongo se llama cornezuelo y, al igual que otros puede provocar alucinaciones, epilepsias... En la actualidad, el LSD es uno de los muchos derivados del cornazuelo. Esto explicaría el malestar de las niñas y las alucinaciones de Tituba . Pero, ¿por qué fueron acusadas cientos de personas y ejecutadas algunas? 

Para terminar, hay escritos en los que, supuestamente, se cuenta el procedimiento que se seguía para enjuiciar a un acusado. O acusada.

1. Una persona era acusada. No era necesario presentar pruebas. Bastaba con elegir una víctima, un posible motivo y denunciar.

2. La persona acusada era llamada para ser examinada por dos o más jueces. Se le permitía declarar y, si tras esta declaración, el juez consideraba culpable a la persona, era encarcelada a la espera de juicio. Muchos murieron señalados como brujos a la espera de juicio.

3. La persona acusada escucha su condena. Casi siempre la horca. Se fijaba una fecha de ejecución y, llegado el día, se procedía a cumplir la condena.

4. El sheriff era el encargado de ejecutar la pena de muerte. Con sus ayudantes preparaba la horca y la persona era ahorcada. 

Gracias a historiasdenuestrahistoria y mujeresdeleyenda por la información.
Fotografías y grabados de amuletos.org, y felixcasanova

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