The Big Bang Theory 6x17 – “The Monster Isolation”: Review

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Por Alex Crespo. El final del capítulo de la semana pasada ya nos indicaba que la acción se centraría, por fin, en el señor Koothrappali, y así ha sido. Pero los aplausos del episodio se los ha llevado, una vez más un nuevo choque Sheldon-Penny de esos que hacen nuestras delicias ¿Vemos qué ha pasado?


Lo primero de todo, quiero hablaros de Lucy, la huidiza cita de Raj. Lucy está interpretada por Kate Miccuci, quien junto a la también actriz Riki Lindholme forman el dúo de folk-cómico Garfunkel and Oates. Ellas son, entre otras cosas, las autoras de la canción más desternillante que he oído en las últimas fechas. Aviso, no apta para oídos sensibles o gentes sin mínimo atisbo de sentido del humor. Lagrimones se me saltaban cuando la escuché por primera vez, lagrimones. Pero es que resulta, lo que son las cosas, que la otra componente del dúo es también una vieja conocida de The Big Bang Theory ¿Os acordáis de Ramona, la fan de Sheldon que no le dejaba ni a sol ni a sombra en el capítulo “The Cooper-Nowitzki Theorem” de la segunda temporada? ¡Pues aquí la tenéis! Qué vueltas da la vida, oiga…


Si lo saben hacer bien, una relación Lucy-Raj puede dar mucho juego en la serie. Porque si Raj tiene problemas para dar y tomar, lo de Lucy no se queda atrás. Miedo me da lo que puede salir de ahí, aunque no se me ocurre mejor pareja ahora mismo para Raj. Y eso que ha empezado como ha empezado, con esa fuga de Lucy de la improvisada cita después de conocerse en la tienda de cómics. Evidentemente, eso deprime a cualquiera, pero un consejo, Raj: la primera vez que acudes a una cita, no es conveniente lanzar muy pronto las campanas al vuelo. Y mucho menos pensar en comprar condones…

Total, que como es lógico, el pobre Raj se nos hunde en la miseria más absoluta. A todos nos ha pasado cuando nos ha rechazado alguien, así que no puedo por menos que solidarizarme con él. Eso sí, la cosa tampoco es como para convertirse en un ermitaño y abandonar cualquier tipo de higiene, prescindir de pantalones y vivir a base de langosta comprada a través de internet. Langosta por internet, yum… qué tendrá ese bicho que hace que incluso tus amigos se olviden de intentar animarte para comprar una, en uno de los mejores puntos del capítulo coronado por Bernadette y su "Podemos ir a la Langosta Roja y hablarlo. ¡Oh vamos lo estábamos pensando todos, yo solo he tenido la decencia de esperar a que se fuera!". He de decir que me ha parecido muy emotiva la defensa que hace Howard de su mejor amigo cuando encuentran a Lucy en la tienda de comics. La complicidad entre ambos siempre ha sido una de las bases de la serie (y hasta qué punto, mejor no quieras saberlo, Bernadette). Eso sí, muy previsible la escena de Raj corriendo por la calle en calzoncillos después de rechazar el teléfono de Lucy. Total, que por fin consigue un segundo encuentro en el que Raj saca la artillería pesada. Que tus profundos problemas sico-emocionales sean tu mejor baza para convencer a una chica para que vuelva a salir contigo. Ole. No sé por qué, pero me da que esto sólo funciona con chicas como Lucy, tan quebrada emocionalmente como el propio Raj. Esta trama, más que por lo que hemos visto en el capítulo, que también nos ha dejado buenos gags, me gusta más por lo que nos puede deparar en el futuro. Soy de los que opinan que la progresiva incorporación de las chicas a la serie ha  sido para mejor, y si saben sacar partido a Kate Micucci la cosa puede ser grande.


¡Fun With Flags! Cada vez que aparece en pantalla el portentoso programa educativo de Sheldon, sólo podemos esperar lo mejor. Como os decía al principio, los grandes momentos del capítulo nos los dejan las escenas que comparten Sheldon y Penny. Cuando se juntan, son la mejor pareja cómica de la serie. Y lo comprobamos con esos consejos sobre expresión corporal que Sheldon adquiere a su peculiar manera: “Venga Penny, abre las piernas, invítales”. Sobran las palabras. Lo que sí es a destacar es el hecho de que Sheldon valore y agradezca un consejo de Penny. Claro que, de nuevo, a su manera. Tiene que ser Amy la que le obligue a ir a darle las gracias, lo que nos deja un momento “Penny knock knoc” espectacular. De los mejores que hemos visto. Si Sheldon tiene una némesis, esas son las habilidades sociales. Sólo él es capaz de ir a decirle un cumplido a Penny y acabar insultándole. Y menos mal que tiene a Amy para que le guíe en las procelosas aguas de las reglas sociales. Para desgracia de Amy, claro. Las apariciones de Amy a través de Skype suelen ser geniales, y esta ha sido de las mejores. Si me tuviera que enfrentar a la vez a Sheldon y a monos nicotinómanos, también acabaría de los nervios. O dándome al alcohol. El capítulo termina con la reluctante asistencia de Sheldon a la representación de Penny, previo registro de Leonard (creo que prefiero no saber cómo tenía escondido ese telesketch). Y por primera vez, Sheldon admira a Penny. Pese a que “Un tranvía llamado deseo” no vaya de tranvías.


Uno de los mejores capítulos de estas últimas semanas. E insisto, si los guionistas saben sacarle partido a la relación Raj-Lucy, la cosa puede prometer, y bastante. Pero tendremos que esperar un par de semanas a verlo, porque la semana que viene tenemos parón. Mientras tanto, podéis entreteneros con la discografía de Garfunkel and Oates. Qué pedazo de descubrimiento, madre…

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