Game Of Thrones 2x01 - 'The north remembers': Review

El Norte recuerda, y nosotros, aunque tardemos un poco, también. Aquí está la review del primer episodio de la segunda temporada de "Game Of Thrones", 2x01 - "The North remembers", que, como el año pasado, está hecha desde la perspectiva de alguien que no ha leído las novelas y como tanto la valora como serie y no como adaptación. ¿Qué os ha parecido este esperadísimo regreso?

Si la frase característica de la primera temporada que se nos vendía en las promociones era el famoso "Winter is coming", ahora queda claro que, una vez más, han acertado con ese "War is coming". Si bien la guerra entre Stark y Lannister ya había estallado en la primera temporada, ahora surgen, como dice Catelyn, "un rey en cada esquina". La situación en Poniente es cada vez más explosiva, y, para el espectador, no puede ser más emocionante.

Robert Baratheon murió, y ahora la corona reposa sobre la cabeza de Joffrey, el hijo de Cersei y Jaime que el rey creía suyo. La primera víctima del odioso adolescente fue Ned Stark, lo que ha desatado la furia y el ansia de venganza de la familia de este. Mientras Stark y Lannister se masacran en guerra... al otro lado del ancho mar, tres dragones nacen en el regazo de la descendiente del Rey Loco, Daenerys Targaryen. El músculo y el acero llevan un tiempo actuando, pero ahora parece que la magia entrará en escena.

Targaryen.

De todos modos, el nacimiento de los dragones no convierte mágicamente a Daenerys en una poderosa pretendiente al trono. Seguramente a la larga lo sea, pero ahora mismo se encuentra en una situación desesperada.

Caminando por el desierto junto a lo poco que queda de su Khalasar, el hambre y la sed están haciendo estragos en sus hombres y sus caballos, lo que hace que los Dothraki a sus órdenes comiencen a cuestionarse el liderazgo de la chica. Ella trata de mostrar fortaleza, pero ya no tiene demasiadas salidas, ni siquiera los sabios consejos de Jorah son de utilidad. Por eso, toma la desesperada medida de enviar a sus mejores hombres en direcciones diferentes en busca de una ciudad, un campamento, algo.

Antes de siquiera poder pensar en luchar por el trono, Dany debe salir de esa mortal trampa que es el desierto. Y debe aprender cómo cuidar a los dragones, ya que, tras siglos extintos, el conocimiento sobre las bestias es muy limitado. Aún le queda mucho camino por recorrer, pero una cosa está clara: ella está dispuesta a llegar hasta el final. Ya no es aquella frágil chica que conocimos en la primera temporada.

Al norte del muro.

Pasamos del desierto a la nieve. Aunque no lo parezca, al norte de esa letal masa de hielo que separa los siete reinos de los salvajes y oscuros parajes del norte, existe más vida de la que pensábamos. Aunque nos vamos encontrando con personajes... curiosos.

Es el caso de Craster, un hombre que se casa con sus propias hijas y tiene más hijas con ellas. Esto disgusta especialmente a Jon, quien salta a la primera provocación del hombre, cuando este les llama "sureños", poco menos que un insulto para los orgullosos habitantes del norte de los siete reinos.

Craster se ofende por la afrenta de Jon, y el comandante de la Guardia se ve obligado a recordar al chico dónde está, quién es y a quíen sirve, dejándole claro que, si algún día quiere llegar a mandar, antes tiene que aprender a servir.

Si hacemos caso a Craster, al norte del muro aparentemente hay otra persona que desea hacerse con el trono de hierro: un tal Mance Rayder, un ex-guardia de la noche que ha reunido un enorme ejército con la intención de proclamarse rey. Aún no le conocemos, pero todos parecen temerle.

Y, por cierto... un montón de hombres que han estado en celibato mucho tiempo se cruzan con un montón de mujeres... problema asegurado.

Starks.

Un poco más al sur, en la tierra de los Stark, Invernalia, ya sólo quedan dos portadores del apellido: Bran y Rickon. El mayor de los dos, incapaz de caminar por culpa de Jaime Lannister, debe hacerse cargo del señorío de Invernalia, al no encontrarse allí los sucesores que venían en primer lugar. Apoyado por los hombres de confianza de su padre, el pequeño Bran demuestra que tiene en su interior el sentido del honor que seguro Ned trató de inculcarle.

Al mismo tiempo, esos extraños sueños que el niño ha venido teniendo se intensifican, y él trata de buscarles un significado, del mismo modo que todos tratan de identificar ese extraño cometa que surca los cielos. Osha afirma que ese cometa anuncia la llegada de los dragones, algo que seguro no anda muy desencaminado.

Otros afirman que se debe a las victorias de Robb Stark en su avance hacia el sur, tres aplastantes victorias sobre los Lannister que hacen que el ejército del norte se revele como una fuerza temible. Y la arrogancia de Jaime Lannister palidece ante la presencia de Robb, quien se encuentra en una posición en la que puede aplastarle.

Tras sus recientes victorias, está dispuesto a ofrecer la paz a los Lannister, pero tiene trampa. Los términos de la tregua son unos que sabe que nunca aceptarán. Robb está dispuesto a llevar la guerra hasta el final, a asaltar King's Landing, y para ello necesita tiempo para terminar de reunir su ejército. Por eso, envía a Theon para que trate de convencer a su padre de que una sus hombres y barcos a las fuerzas del norte, y por eso envía a su madre, Catelyn, al encuentro de Renly Baratheon, tratando de unir a su casa al pretendiente al trono.

Baratheon.

Hablando de los hermanos Baratheon, en cierto momento del episodio, viajamos a un lugar que hasta ahora no conocíamos, y nos encontramos en medio de un grupo de extraños personajes que se reúnen alrededor de unas estatuas ardientes en una playa.

Enseguida vemos que se trata de una especide de ceremonia religiosa, que resulta ser una herejía a ojos de los sacerdotes de los Viejos Dioses. Esa ceremonia está conducida por una mujer de rojo, una especie de sacerdotisa que prepara todo para que Stannis Baratheon, el hermano que no conocíamos del difunto Rey Robert, y legítimo heredero del trono, se corone como "guerrero de la luz", ya que "la noche es oscura y está llena de terrores".
 

Stannis parece confiar ciegamente en esa sacerdotisa, y profesa con toda su fe esta religión del Nuevo Dios, creyendo que le ayudará en su empresa de conquistar los Siete Reinos. Es normal que crea, cuando vemos que la sacerdotisa realmente tiene poderes, como aquel del que hace gala cuando tratan de envenenarla. Por eso, Stannis está tan seguro de sí mismo que no aceptará alianzas con otros ejércitos, ni siquiera con su propio hermano. Él es el guerrero de la luz, el que está destinado a salvar al mundo de la oscuridad... un hombre de principios firmes que, según dice, "dará a los ladrones lo que se merecen". Y el primer paso es hacer público el secreto que costó la vida de Ned Stark: los hijos fruto del incesto de los Lannister.

Lannister.

Por su parte, la crueldad de Joffrey sigue aumentando. El pequeño psicópata celebra su "día del nombre" (que imagino sea el cumpleaños o el santo) con una especie de torneo de lucha. En los primeros segundos del episodio ya vemos al Perro machacar el cráneo de un caballero sin nombre, algo que el rey disfruta. Y cuando otro de los caballeros aparece borracho, ordena que sea asesinado brutalmente con grandes cantidades de vino.

Seamos sinceros, el chico no es un gran rey. Salvo sus ataques de ira que provocan cosas como la decapitación de Ned, el resto del tiempo lo emplea en diversiones y entretenimientos, que para él es sinónimo de aterrorizar a Sansa y humillar y martirizar a sus súbditos. El verdadero poder descansa sobre los hombros de Cersei y el consejo, quienes son los que toman las decisiones importantes que afectan a los siete reinos.

Digamos que Joffrey es algo así como un mono con una pistola cargada: tiene un gran poder pero no sabe qué hacer con él, lo que le convierte en peligroso. Pero, aún así, algunos tienen la capacidad de manejarle. Cersei no, ha fracasado en ello y por culpa de ese fracaso ha estallado la guerra. Por eso Tywin envió a Tyrion... para que se ocupe de arreglar el desastre. Al mismo tiempo, vemos a Sansa hacer tímidos intentos de manejar a Joffrey, como cuando se aprovecha de su gusto por la humillación para conseguir salvar la vida de un caballero.

Tyrion ha llevado a Shae con él a la ciudad, pese a la oposición de su padre a ello, y se muestra enamorado de ella. Y quizá, aunque se encuentra en una situación de poder, este sea su punto débil.

Mientras, Cersei también ve tambalearse la fidelidad de los que le rodean cuando Stannis hace público su incestuoso secreto. Pero sigue teniendo el poder, y como bien demuestra a Meñique, sabe cómo usarlo para mantener a raya a sus enemigos.

Pero pronto descubre que hay otro peligro delante de ella:  se trata de su hijo, Joffrey, quien, obcecado con que el trono es suyo, amenaza de muerte a su madre debido a que ella le abofetea, y luego, conocedor del rumor sobre sus padres, ordena asesinar a todos y cada uno de los hijos bastardos del rey. La masacre se extiende por toda la ciudad, y supone un peligro para Arya, porque, recordemos, Gendry, aprendiz de herrero e hijo de Robert, viaja junto a ella en la expedición que se dirige al Muro.

Opinión.

La esperadísima "Game Of Thrones" ha regresado por todo lo alto, con un gran episodio que nos mete de nuevo de cabeza en este mundo de fantasía medieval. Ahora sin Sean Bean, pero con un multipremiado Peter Dinklage dando el salto al centro del reparto, esta premiere ha batido todos los records propios de la serie, duplicando en audiencia al estreno del año pasado.

Es innegable que "Game Of Thrones" se ha convertido en un fenómeno mundial, y con episodios como este queda claro por qué. Es capaz de manejar decenas de personajes de modo magistral y equilibrado, y es capaz de comunicar intencionalidades, motivaciones, pensamientos, incluso a aquellos que no han leído las novelas y no cuentan con ese apoyo para conocer a los personajes.

El capítulo nos devuelve a esos personajes que ya aprendimos a amar el pasado año, y los mete en situaciones peligrosas y épicas que prometen que el resto de la temporada será enorme. Como siempre, no ahorra en crudeza y nos deja unos momentos finales que hacen que el espectador pida la sangre de Joffrey.

Quizá podíamos quejarnos de que la introducción de los personajes nuevos es un poco difícil de ubicar y comprender, pero recordemos que, el año pasado, ocurrió lo mismo en el episodio piloto, y enseguida aprendimos a amar u odiar a cada uno de ellos. Seguro que esta vez ocurrirá lo mismo. Por ahora, un regreso de diez.