The Walking Dead: Entrevista a Andrew Lincoln para The Guardian

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Si miras la lista de papeles que Andrew Lincoln ha interpretado durante sus 16 años de carrera, se ven unos pocos patrones. Puede hacer drama histórico ("Bramwell", "The Woman in White", "The Canterbury Tales"), y también se atreve a aparecer en papeles más actuales y complejos ("This Life", "Human Traffic", "Teachers"). Pero su último papel, el más exitoso hasta la fecha, está lejos de éstos.En la piel de Rick Grimes, Lincoln es un sheriff de Kentucky quien, malherido en un tiroteo, despierta en un hospital abandonado con la única compañía de una puerta encadenada que encierra a unos no-muertos. No tarda en aprender a defenderse. Su brújula moral comienza a girar como un tornado, y este atrevido papel ha hecho que Lincoln sea el más reciente actor británico en hacerse popular interpretando a un americano. [Continúa tras el salto].

"Soy nuevo", dice, tomando un café en una oficina del centro de Londres. "Eso es algo importante para la psique americana. No podrías poner a Tom Cruise a interpretar este papel, no funcionaría".

Es muy diferente de ser el tío enamorado de Keira Knightley en "Love Actually". "Bueno, sí", ríe. "Hay algo bastante emocionante en ser un policía que despedaza seres humanos. Un hachazo al intestino delgado, frotarse la sangre de la cavidad torácica, volverte loco...".

En la apocalíptica versión de Atlanta que vemos en "The Walking Dead" conocemos un mundo paralelo que nuncaha oído hablar de los zombies, y menos visto uno de ellos. No se intenta explicar su procedencia, ni se usa la palabra con "Z". Estas figuras de ojos blancos se llaman "caminantes", y nadie sabe quién sigue con vida.

"Todos aceptamos la idea de que eso es todo", dice Lincoln. "No vendrán aviones a rescatarnos. No hay nada ahí afuera, que sepamos".

Lo sorprendente es lo cinemática que es la serie. El concepto es viejo, pero funciona de modo brillante, debido a la profundidad de los personajes, como la del de Lennie James, cuya esposa ahora es un zombie, y al que vemos luchar con la idea de acabar con ella. El éxito de la serie ha supuesto que, varios meses tras su estreno, y justo antes de rodar la segunda temporada, Lincoln - quien ha firmado un contrato de seis años más - sigue "vendiéndola". Sólo ahora llega a comprender cómo funciona la TV americana.

"Paso mi vida laboral fingiendo ser otra persona. Me gustaría hacer algo diferente, pero tras 16 años de trabajo, ahora es como empezar en una nueva industria. Lo que sé es que la siguiente cosa que haga debe ser completamente diferente y absolutamente genial".

Fuente: Guardian.co.uk