The Big Bang Theory 9x10-The Earworm Reverberation- Review
Muchas cosas han pasado por aquí. Y jugosas. Por cierto, ¿no os vuelve locos cuando se te mete una melodía en la cabeza y no logras identificarla? Pues imaginad si eso le sucede a Sheldon, que muy cuerdo de por sí no está…
Bien, pues ya está. Sheldon y Amy vuelven a estar juntos. Y al contrario de lo que me pasó con el anterior episodio, en esta ocasión me ha parecido que todo ha estado bien hilado y llevado a la perfección hacia la conclusión que se deseaba. Otra cosa es que personalmente esté de acuerdo con esa conclusión, pero de eso ya hablaré un poco más adelante.
El que escribe suele prescindir de ver avances e indagar en las sinopsis de los capítulos a emitir, principalmente para que la experiencia del visionado sea lo más pura posible, y para no estar condicionado por dichos avances a la hora de escribir estas reseñas. Digo esto porque no tenía la menor idea de que se planeaba el regreso de la pareja para este episodio. Y me alegro de haberlo hecho así, ya que gracias a eso he podido disfrutar del episodio y de la manera que han tenido de conectar las tramas de Sehldon y Amy sin esperarme que eso fuera a suceder. Y eso hay que aplaudírselo a los responsables de la serie.
Las tramas, en principio sin conexión entre sí, funcionan bastante bien como entes propios. Quizá algo menos por el lado de Amy, ya que Dave es un personaje curioso pero creo que no daba para más de una aparición. No digo que haya estado mal, pero al ser Dave el elemento que articulaba esta trama, su aportación no ha dado de sí lo mismo que su primera aparición. Fuera del tema de su pasión por Sheldon, no es un personaje que tenga mucho que ofrecer salvo en los momentos finales cuando se cruza con su idolo. Sí que sirve sin embargo para mostrarnos el momento de debilidad por el que atraviesa Amy, que acepta salir de nuevo con él tras el rechazo de Sheldon más que nada por miedo a verse sola. Y es algo que no me gusta, la verdad.
Por su lado, la trama de Sheldon y la melodía que se le ha quedado grabada en el cerebro ha sido de lejos lo más divertido de esta entrega. Fijaos que al principio pensé que este iba a ser un episodio para desengrasar y aligerar el tono dramático del anterior con algo de comedia sin tocar el asunto “Shamy”. Obviamente me equivoqué, y es un punto a favor de los guionistas que hayan sabido entrelazar ambas tramas sin que pudiéramos sospecharlo desde el principio. Quedándonos en la trama en sí, sus gags me han resultado de lo más entretenidos y bien llevados, con un Sheldon de protagonista absoluto pero en esta ocasión sí que muy bien escudado por Leonard y Penny. Quizá sea de esta forma como mejor funcionen, de secundarios de Sheldon, pero daría pena que la pareja protagonista se quedara en eso. Pero os decía que si bien el camino me ha parecido muy bien tratado, no estoy nada de acuerdo con la conclusión. A mi modo de ver, Amy no debería haber estado tan predispuesta a volver con Sheldon, razón por la que reniego del anterior capítulo, y debería haber sido ella quien rechazara su proposición de volver a estar juntos, obligándole a currárselo muchísimo más si de verdad quiere estar con ella. Sea como sea, lo hecho hecho está y ahora tendremos que ver cómo se desarrolla la relación, si continúa en los mismos términos en los que la dejaron o ésta evoluciona.
En lo que respecta a la otra trama, la que reúne de nuevo a Howard y a Raj y a su “exitoso” dúo músico-vocal “Huellas en la Luna”, siempre es un placer ver actuar de nuevo juntos a la pareja de secundarios por excelencia de la serie, aunque su trama no de mucho más de sí que un par de secuencias graciosas, lo cual no está mal. Imagino que todos pusimos la misma cara de asco que los dos amigos al ver la afición “minera” de su ya-no-tan-perfecto fan. Madre mía, casi vomito. No recuerdo que en la serie se hayan decantado nunca tanto por la escatología como en esa secuencia. No hay mucho más que añadir en esta trama, salvo un detalle que me lleva chirriando bastante tiempo. Bernadette es una profesional de reconocido éxito, o al menos eso dicen. Entonces ¿por qué no vemos nada apenas de esta faceta, y sin embargo sí la contemplamos numerosas veces haciéndose cargo de las tareas de la casa? Todos sabemos que Howard es un niño consentido de la vieja escuela, pero me mosquea que los guionistas quieran destacarnos a Bernadette dedicada casi exclusivamente a su hogar, cuando sabemos que no es su papel más importante, o al menos no debería serlo. Salvo este detalle, podemos decir que es una trama ligera pero efectiva. Eso mientras esperamos con ansia nuevas canciones de “Huellas en la Luna”. O no.
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