The Big Bang Theory 8x11 –“The Clean Room Infiltration”: Review
Por Alex Crespo.
Esta semana no tenemos capítulo, pero al menos tenemos review. Sí, sé que no es lo mismo, peeero menos da una piedra. ¡Adentro!
Todos sabemos que la Navidad no es precisamente la fiesta preferida de Sheldon. Pero es que aquí le hemos tenido en más modo Grinch que nunca. Tanto como para intentar sabotear las navidades a su novia, una Amy entusiasmada con su cena navideña al estilo victoriano. Claro que para Sheldon sabotea significa hacerla feliz en su extraño pensamiento creyendo que eso va a hacerla sentirse miserable. En fin, sheldonadas. Una pena que no se haya dado más cancha a la interacción entre Sheldon y Bernadette, porque podía haber dado muchísimo juego teniendo en cuenta el ya famoso genio de la señorita, por mucho que parezca de lo más inocente entonando esas cancioncillas de navidad. Sí, yo también habría apagado la radio, arrancado el aparato del salpicadero y arrojado por la ventanilla del coche. ¡Qué suplicio de semanas nos esperan, madre mía! A lo que iba, que se ha desaprovechado la ocasión de desarrollar la dinámica de estos dos personajes juntos, de carácter tan fuerte y marcado y que en raras ocasiones ha compartido escena ellos solos. De hecho diría que esta es la primera vez. A estas alturas de serie, se necesita explorar nuevos territorios que activen y agilicen el panorama, y el unir a Sheldon y a Bernadette en ciertas tramas podría resultar muy positivo, siempre que se sepa hacer bien, claro. De momento nos hemos quedado con la miel en los labios.
Lo cierto es que
las escenas “navideñas”, principalmente las que se desarrollan en el
apartamento de Amy, no han estado del todo logradas, en lo que a comedia se
refiere. Y eso que teníamos un elemento novedoso en la ecuación, el padre de
Raj. Tras su divorcio, el señor Koothrappali aparece en carne y hueso por
primera vez tras temporadas de contemplarle solo tras la pantalla del portátil.
Y aunque para ser la primera vez no ha estado mal, el meter a un elemento
extraño en un entorno ya de por sí bastante extraño como es el que conforman
esta pandilla, podría haber dado para más que para verle despotricar contra su
esposa y soplar un ovillo de lana. Y es que la cena victoriana de Amy resulta
tan aburrida como su tema presagiaba, pero lo malo es que no encontramos
grandes gags que aprovechen esto, contagiándose esta trama de la misma apatía
que sólo una cena victoriana sin asesinato a los postres puede transmitir.
Mira, hubiera estado bien que Raj se hubiera compinchado con Amy para ofrecer
un juego de “descubre al asesino”. Menudo giro le hubiese pegado esto a la cena
y a la trama. Sheldon no podría quejarse del espíritu navideño en ese caso.
´
Lo más divertido del capítulo lo
encontramos con los abnegados científicos, que tienen que estar trabajando en
el laboratorio en Nochebuena. Obviamente, como bien estipula una ley científica
conocida por todos, todo lo que puede salir mal saldrá mal. ¿Qué es lo peor que
puede pasar en una sala de aislamiento? Que se contamine por el pájaro-rata por
excelencia, una paloma. En una trama en ocasiones con ciertos guiños a Breaking
Bad y su célebre episodio de la mosca, el pique entre Howard y Leonard es de lo
mejor del episodio, con Raj no perdiendo ocasión para meter puyas. Reconozco
que me dio un poco de asquito lo del boca-pico a la paloma, más que nada porque
no soporto a esos bichos, y que cuando Howard cogió el extintor todos sabíamos
lo que iba a pasar, pero aun así esta trama contiene los mejores gags del
capítulo. Y como moraleja, cuando lo has intentado todo y sólo has conseguido
cagarla más, nada mejor que una discreta retirada a tiempo y que nadie te pueda
echar las culpas. Enseñanza digna del mismísimo Homer Simpson. Alabado sea.
Y con este capítulo
despedimos 2014 en The Big Bang Theory. Nos volvemos a encontrar en enero.
Mientras tanto, ¡pasad unas estupendas fiestas seriéfilas!
COMPÁRTELO
0 comentarios :