The Walking Dead 2x08 - 'Nebraska': Review


La segunda temporada de "The Walking Dead" ha retomado su emisión marcando cifras récord de audiencia en USA. Con sus 8,1 millones de espectadores se ha convertido en la emisión de drama más vista de la historia del cable básico. Son unas cifras espectaculares, pero la pregunta es, ¿ha estado este 2x08 - "Nebraska" a la altura de lo esperado? ¿Ha mejorado respecto a esa estirada y en su mayoría aburrida primera parte de la temporada? Contadnos vuestra opinión en los comentarios, aquí viene la nuestra.

Consecuencias.

Una lluvia de balas remató el final de la primera mitad de esta temporada, pero ahora que se hizo el silencio y se disipó el olor de la pólvora, es hora de afrontar las consecuencias de este violento acto de rebelión.


Evidentemente la primera en ceder al dolor es Carol, quien acaba de ver al zombie de su hija recibir una bala en la sesera. Pero no es la única destrozada, ya que Hershel y su familia, quienes creían que aún existía una cura para sus familiares, acaban de ver cómo todos ellos han sido destrozados en un tiroteo delante de sus narices por las armas de este grupo de gente que no han dado más que problemas desde su llegada.

Por eso, no es extraño que quiera que se marchen.


El suceso, como era de esperar, acentúa la brecha entre Rick y Shane, y al mismo tiempo deja ver en Carl una dureza y frialdad desconcertantes. Rick siente que ha fracasado en su papel de líder, y Daryl, quien dedicó cada gramo de su esfuerzo a intentar encontrar a Sophia, ha perdido esas ganas de colaborar. Ahora vuelve a ser arisco y peligroso. Todos están enormemente afectados, salvo quizá Shane y Andrea, quienes no muestran demasiado cambio respecto a su actitud anterior, y, en el caso del primero, sigue tratando a Dale de modo despectivo y amenazante.

Además, la relación entre Glenn y Maggie demuestra que ha alcanzado una considerable solidez, y ni este horrible suceso consigue romperla.



Shock.

Un silencioso funeral es el último momento en que vemos a todos los supervivientes, granjeros y viajeros, reunidos por última vez en el mismo sitio. Luego de eso, cada uno va por su lado, unos a trabajar eliminando los cadáveres, otros llorando su pena en silencio.


Eso sí, nadie hace ni puñetero caso a Hershel sobre la invitación a marcharse.

Por eso, el hombre se marcha de esa granja que ha sido toda su vida, huyendo del daño, del desastre que esos invitados no deseados han provocado.

Pero su familia le necesita. Su hija pequeña entra en estado de shock, tras el tiroteo y casi ser asesinada por el zombie de su madre, y nadie sabe cómo ayudarla. Por eso, quien si no, Rick y Glenn parten en busca del hombre para traerle de vuelta.


Carol también tiene su propia crisis, lo cual nos permite ver a Shane preocupado y cuidando de ella, algo que ya parecía difícil de ver. Parece que el gritón y violento ex-policía tiene aún cierta humanidad dentro.

La que también debe estar en shock es Lori, porque no se entiende la estupidez de su decisión. Si Rick y Glenn acaban de marcharse, ¿qué necesidad hay de enviar a nadie a buscarles? ¿Y por qué va ella, sola, y se pone a mirar un mapa sabiendo que, tras el apocalipsis, puede haber cualquier obstáculo, vehículo o, en este caso, zombie, en mitad de la carretera?



Cowboy.

En el bar del pueblo, que tiene una apropiada decoración que sumada al abandono debido al apocalipsis le da cierto aspecto de taberna del Salvaje Oeste, Glenn y Rick encuentran a Hershel.


Un Hershel hundido y destrozado, que ha recaido en un alcoholismo olvidado décadas atrás, y que culpa a los supervivientes de haber destrozado como una plaga el lugar en que vivía, y que sobre todo está aplastado por la realización de que estaba equivocado... que nunca hubo cura, que su esposa murió tiempo atrás, y que está viviendo en un mundo sin esperanza.

Después de hablar de creencias y tratar de encontrar una razón para seguir adelante, dos inesperados invitados entran al bar.


Cuanto menos, esa repentina entrada es sospechosa, y mientras Glenn parece contento con los recién llegados, y a Hershel simplemente no le importan una mierda, Rick se mantiene vigilante a cada movimiento de los sospechosos hombres, quienes, a cada palabra que dicen, evidencian más que no tienen buenas intenciones. Parecen demasiado interesados en saber dónde están, y en sus mujeres. Demasiado.

El sentido del peligro de Rick está al rojo vivo, y la escena va creciendo en tensión. Los hombres no aceptan un no por respuesta, e incluso uno de ellos llega a perder los nervios, amenazándolos con "pegaros tres tiros y quedarme vuestra granja".


Rick les sugiere que se vayan a Nebraska, y como ellos se lo toman mal y tratan de dispararle, desenfunda a toda velocidad en medio del bar, y les ahorra el viaje, enviándoles al infierno.

Entre saqueadores muertos, zombies ardiendo y la música de Clutch, nos despedimos de la serie hasta el próximo domingo.


Opinión.

"The Walking Dead" regresa a las pantallas de todo el mundo tras casi tres meses de parón, con un episodio que marca una audiencia espectacular, y que, retomando la historia inmediatamente tras el final de "Pretty much dead already", lidia con las consecuencias de lo ocurrido cuando los supervivientes masacraron a los zombies del granero y descubrieron que Sophia era uno de ellos. Esto ha supuesto un duro golpe para muchos de los personajes, que, como explicamos más arriba, afrontan el hecho como buenamente pueden.

El episodio sigue la misma estructura del séptimo, ocupando casi todo su tiempo en el supuesto desarrollo de los personajes, para terminar con su impacto final. Algo que, seamos sinceros, no es bueno. Este capítulo se hace pesado en ocasiones, e incluso algunas de las situaciones hacen decir "¿otra vez?".

El recorte de presupuesto resulta cada vez un poco más evidente, cuando vemos menor atención a los detalles. Pongamos como ejemplo la escena en la que un brazo se cae del camión. El momento en el que el brazo se parte es absolutamente artificial y horrible.

Aparte, cada vez la serie está más llena de silencios, y los pocos diálogos son genéricos, vacíos y repetitivos. ¿Acaso el recorte afecta también a las hojas en las que escribir los guiones? Los diálogos son muy importantes en una serie que se vende como "de personajes", y cuando son como estos, algo falla. No por gritar más o por hacer énfasis con expresiones forzadas van a mejorar si son tan vacíos y triviales. Y no hablemos de las decisiones absurdas, como las de Lori. Para ser una serie de personajes, hay muchos defectos e inconsistencias en su construcción.

Los silencios en cuestión son importantes, y serían un buen recurso para completar los diálogos en el caso de que los actores supiesen transmitir con sus expresiones. Por desgracia, pocos tienen esa capacidad en este reparto.

En la parte positiva, la historia necesita renovación, avance, y hay algunos indicios interesantes que podrían apuntar a eso. Carl y Rick comienzan a hacer gala de la oscuridad que les caracteriza en los cómics, y quizá la presencia de "nuevos enemigos", esta vez humanos, cambie un poco la dinámica.

Amé la primera temporada, e incluso aquí la pusimos en el primer puesto de las mejores series de 2010. Pero, desde entonces, ha sido una decepción tras otra. Eso sí, a la vista de los resultados de audiencia, quizá estoy equivocado. Cifras récord, millones de fans por todo el mundo... pero yo cada día pierdo un poco más la fe en esta historia que me encandiló y fascinó en su primera temporada. Una pena.

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