The Walking Dead: Andrew Lincoln, el Gary Cooper del infierno zombie

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Ahora que se estrena la nueva serie de la AMC, “The Walking Dead”, coincidiendo con la noche de Halloween, sus actores se hallan embarcados en plena promoción de la serie. En este caso, el actor británico  Andrew Lincoln, quien interpreta a Rick Grimes, el protagonista de la serie, el sheriff de un pequeño pueblo que se despierta de un coma tras haber recibido un disparo para encontrarse con un mundo invadido por los zombies, es quien nos habla sobre la experiencia de trabajar en esta esperadísima serie, y mucho más. Tras el salto, sus palabras.

¿Qué te intrigó más de la idea de interpretar a Rick Grimes en “The Walking Dead”?

Pensé que era un título aterrador, y entonces descubrí que era sobre zombies. Pensé, vale... AMC, zombies... entonces vi a la gente implicada, y eso me intrigó. Leí el guión, y me impactó. No sabía nada sobre los cómics, así que con eso fue cuando me enganché. Me encantó el extremismo del mundo, y el cómo la gente reaccionaba a eso. El modo en que lo veo es una mirada sin censura a la grandeza de la humanidad, pero también a lo peor de ésta. En el corazón del piloto, siendo la razón por la que quise hacerlo, hay una historia muy humana y silenciosa en medio de ese mundo inoperativo. Frank, cuando hablamos por primera vez, dijo que son esos bolsillos de humanidad en medio de este infierno los que lo mantienen con vida, básicamente. Esa era una de las cosas más atrayentes del personaje de Rick. No quería que fuese un héroe impenetrable e impasible. Se encuentra en situaciones. Hay una cita que dice, "un héroe es un hombre que hace lo que puede". Siento, por completo, que Rick es un hombre para todo que se ve forzado a una posición, y parece poder tener lo que hace falta.

Tienes mucho tiempo en pantalla en el piloto. ¿Fue una perspectiva emocionante para ti como actor, o pareció algo demasiado grande?

Me gusta pensar que somos el caballo y yo. Me paso la mayor parte del tiempo hablando con un caballo, una radio o los zombies, y no obtengo demasiada respuesta. Tenemos que trabajar muy duro para hacer que ese mundo sea real. Es una de las cosas geniales sobre la serie a la que realmente respondí, es casi como una tragedia griega, porque son situaciones a vida o muerte continuamente. Tienes escenas increíblemente combustibles entre los personajes debido a la situación, y eso crea un gran drama. Es salvaje, es lo que es. La mayoría del trabajo que hicimos fue cimentarlo en la verdad, y como mucho de ello era silencioso, tenía que sentirse, y cada ritmo debia sentirse, porque de otro modo se convierte en una sóla emoción, y se vuelve lamentable.

Las imágenes en las que te despiertas en el hospital y vagas por la ciudad son muy reminiscentes de "28 Days Later”. ¿Viste películas de terror para prepararte? ¿O evitaste intencionalmente ese tipo de influencias?

Reí la novela gráfica y dejé de hacerlo porque no quería adelantarme, ni quería saber mucho. Rick es casi la audiencia en cierto sentido, se presenta el mundo a través de sus ojos y oídos. No quería saber mucho porque creo que es muy importante que descubra lo que ha ocurrido a través de los personajes que conocen, y no queríamos mostrar algo que no estaba ahí. Para hacerme una idea del lugar, fui a la locación antes. Para meterme en la cultura, leí “A Man in Full" de Tom Wolfe, que trata de Atlanta. Leí “Midnight in the Garden of Good and Evil”, “The Last of the Savages”, una novela de Jay McInerney sobre el sur. Usaré la ficción y otras influencias culturales para meterme en el lugar, pero no especialmente del género, porque entonces creo que empiezas a repertirte, y se vuelve un poco aburrido. Lo que intento es hacer que mi personaje y yo seamos tan reales y fieles como sea posible.

¿Habías montado a caballo antes?

Mi esposa es una buena jinete, y ella diria que no. En “Wuthering Heights” monté; en nuestra luna de miel fuimos a Sudamérica, y con los gauchos también montamos algo. Tenía un caballo llamado Blade. Venía al trabajo, me ponía botas de cowboy, un sombrero Stetson, una mochila con armas, me subía a un caballo llamado Blade, y cabalgaba por una Atlanta apocalíptica. Ese fue mi trabajo unos días, y fue asombroso. Me hacía parecer bueno, ese caballo, me hacía parecer extremadamente bueno. Cuando le llamas por su nombre, viene. Es como un perro. Yo tenía habilidades pasables como jinete, pero él me hizo parecer más Hollywood de lo que merecía.

Frank Darabont dijo que le recordabas a Gary Cooper en esas escenas.

Vi películas de Gary Cooper para prepararme. Vi mucho de Gary Cooper. Hay cierta sensibilidad de la vieja escuela que es parte de Rick que realmente admiro, que es bastante honorable y honesto. Se siente como una brújula moral de la serie que se va erosionando con el tiempo; por eso miré a esa edad de Hollywood como punto de referencia.

¿Cómo describirías el viaje que tu personaje afronta en esta primera temporada?

Es bastante intenso. Creo que no es un secreto que le disparan al principio, queda en coma y despierta en una pesadilla kafkiana. No sabe si está soñando o no. Le sigues hasta Atlanta, y está desolada. Conoce a un hombre y a un chico, y en cierto modo le salvan la vida, y descubre que esa plaga, sea lo que sea, esa cosa que ocurre a la humanidad, es pandémica. Su primer instinto obviamente es encontrar a su esposa y su hijo, así que entra a su casa - es donde se encuentra con el tío - y luego va hacia Atlanta, porque hay un centro de refugiados, aparentemente, y entonces los busca... eventualmente los encuentra. Es una odisea. Así es como se siente. Es una búsqueda continua, y entonces, en el episodio 3, se convierte en una fascinante reconstrucción de la sociedad. Trata sobre quién toma el control, quiénes son los líderes. ¿Será liderado por el poder? ¿Por la inteligencia? ¿Por los instintos maternales? Es sobre cómo empezamos de nuevo cuando no queda nada. Es como volver a la edad de piedra y seguir evolucionando. La serie es difícil de situar. Se siente como un viaje continuo, porque los personajes están constantemente bajo amenaza. Emocionalmente, comienza en un lugar muy intenso, salvaje, y sólo va a peor. Dentro de eso hay momentos de increíble belleza, esperanza, humanidad y dignidad, pero, al mismo tiempo, también se ven suprimidos y oprimidos por la situación. Hay un par de risas, pero no muchas, tengo que decir. Pero cuando estaba... revisando las escenas, me hacía reír. Cuando lo haces, te olvidas de en qué estás, pero entonces lo ves y dices, "Oh, Dios... estábamos con eso".

¿Te sorprendió el modo en que el gore zombie toma parte en medio del drama?

Uno de los factores más importantes es el maquillaje y los efectos. Son muy reales. Le dije a Frank Darabont, una de mis primeras preguntas, dije... "Vale, zombies...", y él respondió, "Dos palabras. Greg Nicotero". Y lo que han conseguido ha sido espectacular. Sabía lo que venía cuando vi un par de escenas, y me reí, porque es tan aterrador, macabro, tan real que da risa. Aparece una risa nerviosa, la cual me encanta. La adoro. Estás impactado y asustado. Es incongruente con algunas escenas que son hermosas y emotivas, y de repente pasa a otras que te destrozan, te lo aseguro. Hay un par de puntos en los que quedé destrozado. Realmente no podía creerlo. Frank hace la edición, tiene una mano increíble, lo que consigue algunos momentos de comedia. Algunas de las escenas que consiguió han sido brillantes.

¿Cómo crees que reaccionará la audiencia a una serie que mezcla terror puro y duro con un drama basado en personajes?

Lo que espero para la serie es que la gente no lo vea necesariamente como un producto de terror. Espero que la gente tenga la misma reacción que yo tuve al leer el piloto. Lo principal que obtuve del guión fue la sorpresa, me sorprendió, y se sentía como algo nuevo. Y sigue cambiando, la serie, lo cual fue realmente impresionante. Me encantó el modo en que cada episodio siguió moviéndose y cambiando de forma. Uno nunca sabe cómo va a acabar, y esa es una de las cosas más emocionantes de mi trabajo - particularmente comenzar nuevas series - que no sabemos aún lo que hemos hecho. El mundo no sabe lo que hemos hecho. Nunca he estado implicado en nada parecido, y simplemente eso, tras 16 años como actor profesional, me mantiene emocionado, sea cual sea el resultado. Espero que la gente se divierta tanto viéndolo como nosotros haciéndolo.

Fuente: LA Times

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