Dexter 5x02 - 'Hello, bandit': Análisis
Tras el aclamado "My Bad" que era inmediata continuación del impactante final de la cuarta temporada, ahora este 5x02 - "Hello, bandit" nos devuelve a algo más similiar a la normalidad, dentro de lo posible, y nos presenta los primeros pasos del camino que Dexter recorrerá esta temporada, que seguro será difícil, tortuoso, y plagado de sorpresas e impacto. ¿Qué os ha parecido lo que este episodio nos muestra y lo que plantea? ¿Os ha gustado? ¡Pasad y comentad con nosotros sobre todo lo que Dexter está experimentando!
"Hello, bandit" es un título que irremediablemente nos hace pensar en ese "Hello, Dexter Morgan" de la cuarta temporada, pero que no tiene nada que ver. Quizá podemos encontrar un pequeño paralelismo en el hecho de que en aquel episodio, Trinity iba descubriendo poco a poco la verdadera identidad de Dexter, mientras que en este, Dexter hace lo mismo con la identidad de un tal Boyd Fowler, que resulta ser un terrible asesino, pero nada más. De todos modos, aún no es hora de decir hola a ese misterioso bandido del título (que finalmente resulta no ser algo demasiado importante, pero sí una escena destacada). Vayamos paso a paso sobre las diferentes tramas.
Siguiendo adelante.
Dexter, pensando, habla de las famosas siete etapas del duelo psicológico, que serían, en este orden, negación, regresión, ira, culpa, desolación, valoración, y aceptación. Pero la psicología de Dexter no entra en los límites de la normalidad, y aunque, como vimos al final del episodio anterior, ha cruzado la etapa de la ira y de la culpabilidad, no le hemos visto pasar el resto de ellas. Pero nuestro querido asesino pretende saltar ya a la aceptación, dejar todo atrás. ¿Está sobrevalorando su capacidad de lidiar con el duelo? ¿De verdad ha superado todas esas etapas? De eso tratará este episodio, y seguramente sea un tema general de toda la temporada.
Un nuevo caso.
¿Qué sería de nuestra gente de Miami Metro sin un extraño caso de asesinatos que resolver cada año? Esta vez, parece que se enfrentarán a alguien que practica el culto mexicano de la Santa Muerte, o al menos eso es lo que sugiere la agente Cira Manzón, interpretada por April Lee Hernández, uno de los sonados fichajes de actores invitados para esta temporada, y el segundo que se presenta en este episodio, tras el de Boyd Fowler (Sean Hathosy).
Debra no parece muy contenta con que una policía de barrio le informe y sugiera posibilidades sobre el asesinato, pero tendrá que rendirse a la evidencia cuando todas sus sugerencias, especialmente la del machete, que un asqueado Masuka consigue demostrar, encajen.
La aparición de un segundo cadáver les da la identidad del primero, pero invalida las pistas sobre Santa Muerte, ya que no encaja en el panorama completo. Además, todo esto no hace si no desesperar a Masuka, quien desea con toda su alma que Dexter regrese y así él no tener que hacer todo el desagradable trabajo.
El matrimonio Batista.
El bueno de Ángel encuentra por casualidad una carta del banco dirigida a su esposa, la cual le parece sospechosa. En ella, podemos ver que María tiene una gran cantidad de dinero en una cuenta de la que él no tenía conocimiento.
Eso hace que Ángel empiece a comerse la cabeza, pidiendo consejo a sus compañeros. Como todos ellos le dicen lo contrario a lo que desea oír, defendiendo que la cuenta esté oculta, decide finalmente plantearlo ante su esposa.
La cosa no va bien, y Ángel se da cuenta de que es mucho más soñador que su esposa, mientras que ella le considera poco práctico e irresponsable. Ofendido, Ángel se va a beber con sus compañeros, lo cual desemboca en una violenta pelea con un conocido que habla de modo despectivo de su esposa. Ángel pierde el control, y probablemente esta agresión le traiga problemas.
Sospechas.
Dexter asiste al interrogatorio del FBI del cuál había huído en el anterior episodio, y, después de un pequeño susto de esos que tanto les gusta a los guionistas darnos, vemos que tiene una coartada para el asesinato, lo cual le libera de culpa a ojos de los federales, quienes ahora están buscando un motivo por el que Trinity acabó con la vida de Rita. Dexter simplifica todo ante ellos, toda la psicología que él mismo conoce, con un "¿porque es un asesino en serie?".
De todos modos, no todo son buenas noticias para Dexter, porque el FBI aún tiene una pista que seguir para encontrar a Trinity: Kyle Butler. Un nombre que fue el alias de Dexter, y que, por desgracia, despierta una cantidad de sospechas de que algo no encaja cuando los agentes recuerdan que, unas semanas antes, encontraron el cadáver de un hombre con el mismo nombre, destrozado a martillazos.
Quinn, tras el encuentro sexual con Deb, parece estar bastante obsesionado con ella, y le ofrece quedarse con él a dormir. Cuando Debra, necesitada de descanso, acepta, Quinn intenta besarla, pero ella le rechaza una y otra vez. De cualquier modo, esa conversación deriva en una sobre trabajo, y cuando surge el nombre de Kyle Butler, las sospechas de Quinn se alimentan, tanto que consigue hacerse con unos retratos robot proporcionados por la familia de Trinity.
Esos retratos en manos del insistente y tenaz Quinn no significan nada bueno para Dexter, ya que el agente parece reconocer su rostro en ellos.
Un nuevo comienzo.
Para Dexter, dejar atrás todo requiere empezar de cero, en una nueva casa, pero Astor, quien sigue culpándole por la muerte de Rita, no acepta eso. Mientras, la situación en el apartamento, con la comida que les da la gente, las cosas de los niños y demás, comienza a hacerse insoportable, por lo que la necesidad de un nuevo hogar crece.
Además, los niños necesitarán ayuda, una ayuda que ni Dexter ni sus búsquedas de información en internet podrán darles. Por eso, Dexter pide cita con un psicólogo para ello, sabiendo que de ningún modo podrá compensar lo que pasó con Rita. La culpa sigue presente.
Pese a todo, llega un momento en que Astor parece hacer un intento de superar todo, pero acaba volviendo a explotar, y a discutir con Dexter, algo que está haciendo mucho daño a Cody, y que empieza a marcar el principio del fin. Dexter confía en que una terapia ayude a los niños, mientras él necesita la suya propia... que todos sabemos cuál es.
Una necesidad.
Por desgracia para Dex, dejar todo atrás y comenzar de nuevo con sus hijos no le va a resultar sencillo. En el anterior episodio le vimos destruir su vida pasada, borrar y quemar casi todo rastro de lo que fue, de lo que hizo. Ahora intenta seguir con su vida, manteniendo encerrado al pasajero oscuro. Pero eso fue algo que, como se ha repetido varias veces en la serie es "nacido en sangre. Es el destino". Y la sangre vuelve a ser lo que lo hace renacer.
Durante el episodio le vemos luchar una y otra vez con su obsesión, o mejor dicho su necesidad, su urgencia por matar. Quiere anteponer a los niños a eso, aferrarse a ellos y humanizarse, pero en el momento en que alquila el camión con la sangre... sabemos que no podrá dejar de ser quien es... que volverá a intentar compaginar a su familia con su inseparable y monstruoso compañero, el Pasajero Oscuro.
¿Y ha superado la fase de la ira? Él cree que sí... nosotros sabemos que no, y nos queda claro cuando Elliot, el vecino que besó a Rita, aparece por la casa con intención de ayudar, y Dexter, después de mostrarse hostil con él, llega a plantearse asesinarlo allí mismo.
Esta vez sí que consigue vencer el impulso, pero el hecho de que lo haya sentido nos indica que esa ira sigue dentro, que, pese a sus buenas intenciones, seguirá necesitando matar para saciar su necesidad. Aunque afirma "seré un buen padre, puedo hacer sacrificios, centrarme en los niños", lo hace delante de la mancha de sangre, que se está convirtiendo en una obsesión para él.
Esa misma noche, incapaz de dormir, termina yendo al camión para asegurarse, llevándose a Harrison, a quien narra un aterrador cuento sobre un malvado ogro que asesinó a una princesa dejando una salpicadura circular de tres pies de alto. Una escena muy "Dexter", genial. En ese momento, Harry hace acto de presencia, recordando a Dexter que está haciendo todo lo contrario de lo que se ha prometido en voz alta. Dexter se justifica diciendo que tiene que satisfacer sus necesidades para no perder el control, pero Harry le revela lo que él lleva pensando un tiempo... que los niños son el único camino para dejar todo atrás.
De cualquier manera, ni siquiera Harry es suficiente para convencerle, y Dexter sigue escarbando en el caso, llegando desde una gota de sangre hasta un nombre, un nombre que se convierte en una sospecha cuando la sangre resulta ser humana. Las sospechas aumentan en el primer encuentro entre ambos, preparado por Dexter quien coloca un mapache en mitad de la carretera. El hombre es lo que Dexter define como "peculiar", y las pocas palabras que cruzan aumentan su suspicacia. "Hola, bandido", adiós, mapache, y Dexter sigue a la caza.
Su siguiente búsqueda ofrece más datos a Dexter, consiguiéndole una dirección de su presa. De nuevo, sin darse cuenta, está metido en su rutina de exhaustiva investigación previa a un asesinato, algo que, de nuevo, justifica ante Harry, diciendo que ser mejor asesino le hace mejor padre, extendiendo de ese modo su necesidad a la de los niños.
Una furtiva investigación en la casa de Fowler revela inquietantes características del sujeto, como un bidón lleno de animales muertos, una extraña decoración, unos peculiares gustos culinarios, la constante repetición de una cinta de autoayuda, cerraduras reforzadas, y, finalmente, unos sospechosos mechones de cabello numerados. Todo indica que estamos ante un psicópata.
La caza no cesa, pero Dexter parece estar luchando esta vez en sentido contrario. Aunque tiene bastantes indicios, intenta convencerse de que no hay nada extraño, y cuando está cerca de la verdad... entonces recibe de Deb la noticia de que los niños han desaparecido, y elige regresar con ellos, abandonando la caza.
Un adiós.
Dexter inmediatamente sabe a dónde han ido los niños, los encuentra en su antigua casa, ante la bañera donde su madre fue asesinada. El pobre Cody parece destrozado, y Astor se da cuenta de que ir allí no ha cambiado nada, que se siente del mismo modo... y que el único modo de que eso cambie es alejarse de Dexter, aquel que hizo que todo cambiase, que les hizo creer en algo que resultó una mentira. Cody le ruega que no culpe a Dexter... pero ella no puede dejar de hacerlo, y elige marcharse con sus abuelos.
Eso supone un gran dolor para Dexter, quien ve cómo su lazo más fuerte con la humanidad, con la normalidad, se va. Aún le quedan Deb y Harrison, pero quizá eso no es suficiente para motivarle a seguir intentando cambiar, intentando volverse humano.
Cody no quiere marcharse, pero Dexter le pide que lo haga, para no separarle de su hermana, sabiendo que él y Deb siempre se han necesitado el uno al otro, y los niños harán lo mismo.
La escena de la despedida entre Dexter y Cody es de una tristeza inmensa, y ver al niño sufriendo así nos deja con una sensación de desolación, y nos hace darnos cuenta que el pequeño es el que más ha sufrido y sufrirá con la muerte de Rita.
En cambio, la despedida con Astor es de una frialdad extrema por parte de la niña, quien apenas responde con un cambio de gesto al visible esfuerzo de Dexter por abrirle su corazón y contarle que la amó, del mismo modo que Rita la amaba. Mientras Dexter ve alejarse el coche con un destrozado Cody, se da cuenta que su lazo más fuerte a esa intención de cambiar ha desaparecido... y el Pasajero Oscuro puede volver con toda su fuerza. Como el propio Dex le dice a Deb un rato antes, es hora de enfrentarse a la realidad.
Un despertar.
Ni siquiera sabemos si llegó a estar dormido, pero Dexter se planteó con gran intensidad dejarlo atrás, así que probablemente sea así. Ahora, sin los niños, con menos razones para cambiar, aun sabiendo que le importaban los pequeños, que aún queda algo de humano en él, Dexter vuelve a ser el que era antes, frustrado su intento de cambio, regresa al lugar donde se alejó de Fowler por última vez, y abre el bidón, revelando lo que esperaba encontrar... y quizá mucho más que eso.
Varios bidones, 8 al menos, según el número del mechón de cabello, más probablemente. La obra de un monstruo, ante los ojos de Dexter, asomando en ese oscuro pantano, huesos de un horrible pasado que vuelve a resurgir.
Ahora el débil intento de disuasión de Harry es inútil, Dexter lo ignora. El Pasajero Oscuro vuelve a actuar, aunque Dexter sienta que eso no cambiará nada, que no le hará sentir mejor... es quien es, lo acepta, y se deja llevar. Boyd Fowler... se acabó tu coleccionismo. "Tonight is the night, and it will happen again, and again".
Opinión.
Un muy buen episodio, no tan evocador de sensaciones como el anterior, pero sí muy interesante en el sentido de que nos muestra a Dexter luchando consigo mismo, planteándose en serio abandonar sus oscuras prácticas, pero perdiendo una y otra vez la lucha contra ese impulso.
La salida de los niños de su vida, el caos que eso puede llegar a suponer, la pérdida de control ante la falta de lazos con la normalidad, harán que Dexter se vea en una nueva situación en la que tendrá más "libertad" para sus cacerías. Toda su vida será un caos, como lo está siendo la del resto, con la extraña e incómoda relación entre Deb y Quinn, las disputas entre Laguerta y Batista, el nuevo trabajo de Masuka... todos tienen su parte de caos en sus vidas.
Para Dexter, quizá Boyd Fowler represente la etapa del duelo correspondiente a la regresión, en la que, ante la pérdida de Rita y los niños, vuelve a un estado anterior, a ser quien fue... pero con una diferencia. Esta vez, trata de volar solo, de justificarse ante Harry e ignorar las sugerencias de éste. De ese modo, Dexter se engaña a sí mismo, se convence de que necesita suplir su necesidad, de que lo hace por su propio bien y por el de los que le rodean.
En definitiva, una muy buena continuación para "My bad", que nos plantea algunos hilos para esta temporada, y nos muestra un Dexter un poco más consciente de sus retazos de humanidad, que se plantea profundamente todo lo que ha sido y lo que es. Magistral Michael C. Hall como siempre, y hoy está claro que el pequeño Preston Bailey (Cody) se merece una mención, porque su actuación en la escena ante la bañera y en la despedida encogen el corazón de tristeza.
El episodio nos deja con ganas de más, y marca una línea para esta temporada en la que Dexter parece emprender una especie de autoexploración de las partes más ocultas de su personalidad, de aquellas partes que él mismo siempre se negó. Es algo que puede resultar muy interesante, al ir aceptando estos retazos de humanidad mediante la interacción con otros personajes.
COMPÁRTELO
Capitulazo!
ResponderEliminarMe quedo con el momento en el que recoge el cuchillo del suelo y se queda fijamente mirando a Elliot...
Fue un capitulo muy genial..!!! da como un reposo de la tension y emocion que plateaba "my bad" y Lo que es preocupante de "Hello Bandit"es que muestra a Quinn como alguien que se esta empezando a obsesionar con dexter, que nos hace recordar a Doakes y al igual que este puede llegar a tener un final cruel al tratar de revelar la verdad de dexter.. Muy impotente la sensación que dejan los niños al irse, por un momento pensé que Astor llegaría a reponerse, pero esa alegría no duro mucho. Y dexter empieza a perder su humanidad esto se hace a notar en la ultima escena cuando simplemente dice "no significa nada".. Muy buen analisis. espero con ansias el proximo capitulo y el proximo analisis..
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