The Big Bang Theory 7x19 - “The Indecision Amalgamation”: Review


Por Alex Crespo: La vida nos pone delante de vez en cuando opciones ante las que tenemos que tomar una decisión: ¿Acepto este trabajo o espero a que salga uno mejor? ¿Comprar o alquilar? ¿Xbox o PlayStation?

Es este último dilema el que tiene en vilo a la autoproclamada mente más brillante del planeta. Bueno, de su propio planeta, que todavía no tenemos muy claro cuál es. Claro que hay que decir que ese dilema lo está viviendo ahora mismo el ochenta por ciento de la población consolera mundial, así que en parte le comprendemos. No tanto como para casi mearse encima intentando llegar a una decisión, pero casi. La trama de  Sheldon está divertida, pero en mi opinión no tanto como para comerse tiempo de otras, como la de Penny, por ejemplo. Lo mejor con mucha diferencia lo aporta Amy, con el momentazo brutal de la cena en su apartamento fingiendo interesarse por el dilema de Sheldon de forma tan exagerada y ese ¡PÁSAME LA MANTEQUILLA! que acongojaría a cualquiera. Hacía tiempo que no me reía tanto con un gag en Big Bang Theory. Por supuesto, lo que todo el mundo va a destacar va a ser ese beso introducido al parecer recientemente en el Contrato de Noviazgo. Lo más curioso es que Sheldon, lejos de rechazarlo, incluso parece disfrutarlo. Muy bueno también la breve encuesta entre la panda sobre las distintas consolas. Como no, Bernadette opta por la Wii. Chiste friki por excelencia sobre la opinión que tienen los “gamers” sobre la popular consola de Nintendo.


¡Noticia! ¡Aleluya! ¡Albricias! ¡Un episodio sobre Raj en el que la gracia no ha sido humillarle! ¡Alabado sea el Señor Chuck Lorre! No sólo eso, sino que por fin hemos podido ver a Raj comportarse de manera natural con una mujer. El reencuentro con Emily ha salido razonablemente bien. Claro que la chica, o le van las emociones fuertes o cree firmemente en lo de las segundas oportunidades. Porque concederle una cita a Raj tras la “gloriosa” aparición que hizo unas semanas atrás, es tenerlos cuadrados. Pero lo cierto es que el asunto no ha sido tan desastroso como podía preverse dados los antecedentes del señor Kouthrappali. También la predisposición favorable de Emily ayuda, pero el que Raj se comporte como una persona normal y sobre todo sea sincero ayuda bastante. Y es que en un episodio en el que la línea argumental son las dudas e indecisiones, Raj parece tenerlo bastante claro ante el mensaje de Lucy. Me hubiera gustado más que el dilema se le presentar “in person”, es decir, una aparición física de Lucy lo que habría dado bastante juego. Pero como siempre, la estructura de los capítulos no deja apenas espacio para desarrollar tramas. A lo mejor vemos este choque en futuros capítulos de aquí al final de temporada. Lo que importa es que por fin parece que Raj va a tener su merecida ración de felicidad. Lo debatible es si la felicidad sólo se puede conseguir de mano de una pareja. Pero esa es otra historia.


Otra a la que las dudas le corroían era a Penny. No es de extrañar, porque la perspectiva de ser la protagonista de Chimpansino en Serie 2 es como poco desalentadora. Pero es o eso o volver al Cheescake Factory. Ahora, quiero conocer al autor de tan inenarrables diálogos. O saber qué se toma. En mi opinión, los guionistas están enfocando esta trama “larga” para que desemboque al final de temporada o para la siguiente con el éxito de Penny que supondría ese dilema con Leonard que aventuraba Raj en su noche de juegos el capítulo anterior. Pero no adelantemos acontecimientos. Lo único real es que Penny ha decidido tragarse su orgullo y aceptar el papel en la peli, y teniendo como compañero ni más ni menos que al inefable Will Wheaton vestido de orangután con bikini. Say no more. Precisamente la conversación entre ambos y Leonard en la cafetería me parece lo más destacable de esta parte de la trama, con el relato del pobre Will de lo que ha tenido que ser a veces su carrera. Quién dijo que ser estrella infantil fuera fácil. Para terminar, esta semana la pareja Howard-Bernadette no es que tuvieran mucho protagonismo precisamente (hay que repartir), pero aunque breve, la historia de Bernadette y la tarjeta de felicitación no estuvo nada mal. A Bernie sólo le falta llevarse el meñique a la comisura del labio para ser la versión femenina del Doctor Maligno de Austin Powers. Que miedito da, madre mía.


Otro episodio que, sin estar mal, tampoco es nada del otro mundo. Me asusta esta tendencia que está tomando la serie de cumplir el expediente, sin más, sobre teniendo en cuenta que nos quedan como mínimo tres años más de recorrido. Algo tendrán que hacer para que remonte.

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