How I Met Your Mother 8x17 - “The Ashtray”: Review

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Por Alex Crespo. Lo primero de todo, mea culpa. La semana pasada dije que esta nos tocaba “Weekend’s At Barney”, cuando en realidad será el próximo capítulo. Sorry. Pegadme flojito, porfa. Esta semana es “The Ashtray” el que centra nuestra atención, así que vamos a ver qué tal ha ido esa historia con un cenicero…

Tengo la sensación de que “The Ashtray” ha sido un capítulo que se han sacado de la manga los guionistas fruto del anuncio de renovación por una novena temporada. Lo creo porque ha sido un capítulo de relleno, en el que no ha habido casi ningún avance en la trama, cuando si nos estuviésemos aproximando al final de la serie tendrían que ir cerrando temas. Como el de Jeanette, por ejemplo, significativo el que ni se le haya mencionado en todo el capítulo.

Ojo, que cuando digo capítulo de relleno no digo para nada que haya sido un mal capítulo. Todo lo contrario. Sin ir más lejos, me ha parecido muy superior al “Bad Crazy” de la semana pasada. Y es que por un lado la aparición de El Capitán, y por otro el clásico y efectivo recurso de la historia contada desde distintas perspectivas, cada cual revelando una realidad más desastrosa, ha garantizado un buen número de risas. A cada vuelta de la historia del reencuentro con El Capitán en la galería de arte, mejor me parecía. Ese Ted colocado (¿qué tendrán esos “sándwiches” que comen tanto en la serie, pregunto inocente?) y la Robin como una cuba hacen que saquen a relucir su lado más payaso, y es algo que a ambos personajes les sienta de maravilla, y que tanto Josh Radnor como Cobie Smulders clavan. La recuperación de El Capitán también ha sido un acierto. Es el único personaje salvable de la, para un servidor, infame sexta temporada, y la vis cómica de Kyle MacLachlan le hace lucir mucho. Así que vemos de nuevo esa mirada y voz perturbadora, de la que no sabes si te va a dar un abrazo a coserte a puñaladas, o ambas cosas a la vez. Normal el acojone de Ted ante su inesperada llamada. Hablando de la sexta temporada, fijaos cómo había conseguido borrarla de mi memoria que ni me acordaba de Becky. Ha sido documentándome para esta review cuando he recordado que fue compañera de Robin y que salió con Ted brevemente. Que por cierto, Ted muy romántico y todas esas cosas, pero lleva un currículum de ligarse a pibones que ya lo quisiéramos muchos.


El cenicero al que hace referencia el título es un objeto supuestamente valioso de la casa del Capitán que descubrimos que Lily ha robado como castigo a su comportamiento grosero. Porque la llamada del Capitán, en vez de suponer las ansias de venganza o el propósito romántico que Ted y Robin imaginaban fruto de sus desvaríos fumeta-etílicos, acaba desembocando en un nuevo trabajo para Lily: consultora de arte para El Capitán. Sí, desde luego hay que tener un talento especial para recomendar un dibujo de un elefantito en una galería de arte. Aunque claro, con esto del arte moderno vaya usted a saber y luego resulte que el cuadro acabe valiendo una millonada. Total, que el cenicero no ha sido más que el macguffin para que Lily libere su frustración por no haber llegado a más en el mundo del arte, con final feliz. Aunque personalmente, el ser maestra de primaria me parece también satisfactorio al máximo.

Nos quedan Marshall y Barney. El primero no ha dado mucho juego este capítulo, más allá de ser él esta vez la voz de la conciencia de Lily y de ansiar como un niño pequeño pilotar el barco de El Capitán. Sigue soñando, Marshall. Barney, sin embargo, en su aparentemente escasa relevancia en la trama principal ha dejado los aportes más desternillantes del capítulo. Esas entradas triunfales (e imaginarias) en la galería a la voz de su mítico “Daddy’s Home!”, ese ansia infantil por figurar en la historia… Al hilo de esto, ya vemos que “Suitman” va a pasar mal el mono del compromiso y de los “sofocantes y anticuados principios de la monogamia”, pero que no se apure, que estoy seguro que todavía le quedan un montón de historias legen(insertar aquí la pausa habitual) darías por vivir, antes y después de casarse. Espero que los guionistas no recurran al manido argumento de las dudas antes de la boda, o al menos no más de lo necesario (algo ya hemos visto en los flashforwards), porque no tiene mucho sentido cuando sabemos de sobra que acaban casándose. Y por favor, pongámonos en pie y descubrámonos ante Su Excelencia el Archiduque Real de Gran Fenurick. Cada vez que empieza esa marcha turca de Mozart y veo una página del difunto y llorado Playbook, hago la ola. Como se merece. 


Como digo al principio, capítulo de relleno sin ningún avance considerable, pero que nos ha regalado momentos brillantes y buenas risas, que es de lo que se trata. La semana que viene terminaremos esta racha de capítulos seguidos antes de un prolongado parón (en marzo sólo tendremos dos episodios) con, esta vez sí (si Imdb no me engaña de nuevo) un fin de semana con Barney. Y quien sabe, a lo mejor vemos a un muerto resucitar de sus cenizas… (guiño guiño codazo codazo) 



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1 comentario :

  1. Me ha gustado muchísimo el capítulo. Reconozco que has ido de relleno, pero es una sitcom, no todos los episodios tienen que aportar a la trama principal, sino que a veces solo nos tienen que hacer reír. Y la verdad, este capítulo lo logró.
    El recurso de contar la misma historia desde distintos puntos siempre funciona en How I Met Your Mother, saben manejarlo bien. Y las pequeñas escenas de Barney se robaron muchas risas mías, además de la jugada del Playbook del final. ¡Muy gracioso!
    Me gustó que con este capítulo nos hayan hecho recordad episodios viejos, como en el que Lilly castigaba a todos robándole algo (como hizo esta vez con el cenicero), la reaparición del Capitán y hasta el odioso "Boats, boats, boats!". Y por supuesto, el amado Playbook que no es tan viejo.
    Me pareció bien que Lilly encuentre un nuevo trabajo, habían dejado olvidado el tema de su amor por el arte, que en las primeras temporadas era más importante (casi termina con la relación entre Marshall y Lilly).
    Admito que Marshall no se lució en este capítulo, pero los disfruté de todas formas.

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