Dexter 7x12 - 'Surprise, motherfucker!' [Season finale]: Review

La séptima temporada de "Dexter", que ha hecho que la serie vuelva a ganarse el favor de crítica y público tras la controvertida sexta temporada, ha llegado a su fin. Se nos prometía un episodio en el que ocurriría algo grande, y finalmente hemos podido verlo. ¿Qué os ha parecido este "Surprise, motherfucker!"?

La caza llega a su fin, pero, en un ejercicio de contrastes, para asistir a su fin, tenemos que conocer su principio. Y para ello, este final de temporada cuenta con un invitado de excepción, Erik King, quien vuelve a meterse en la piel del añorado sargento James Doakes en una serie de flashbacks que nos permiten conocer un poco mejor los inicios de esta persecución que ahora está llegando a su fin.

 

Los flashbacks en cuestión muestran una investigación que tuvo lugar antes del comienzo de la serie. En un primer instante nos sorprende que Doakes y Dexter, cuya relación siempre fue tensa, aparecen como compañeros cordiales e incluso sonriendes. Pero Doakes probablemente es, si no el mejor, uno de los mejores detectives que pasaron por Miami Metro, y Dexter no era ni por asomo tan experto como ahora mostrando emociones humanas y ocultando su "gusto" por la sangre. Después de todo, ahora sus emociones son reales. Antes no lo eran.

 

"Eres como invisible", "Te gusta demasiado toda esta mierda de la sangre", "Te deslizas... como un puto lagarto sobre hielo", "Eres un hijo de puta muy raro". En cada una de esas escenas, Doakes describe, a su peculiar manera, pero con precisión, la máscara de Dexter, el modo en el que algo oscuro se esconde bajo su superficie. Y ahí es donde comienza esa persecución, que no terminó con la muerte de Doakes... sólo durmió durante un tiempo... hasta que LaGuerta la desenterró.

 

Dexter  no tarda en visitar a Hannah, porque la extraña, porque, pese a todo, no es capaz de odiarla, porque necesita verla. Pero, aparte, hay otra razón. Necesita asegurarse de que ella no le delatará.

 

Esos días en prisión han supuesto un enorme cambio en Hannah, que demuestra un gran trabajo interpretativo de Yvonne Strahovski. Su expresión es fría, dura, amenazante. Enseguida confiesa que ella envenenó a Debra, y, en esa intensa conversación entre ambos, la dura Hannah, el emotivo Dexter, ambos se sinceran. Ella esperaba que fuera él quien acabase entre rejas... y ahora ninguno de ellos puede confiar en el otro.

 

Ambos, que se ven guiados por esos instintos, el de supervivencia en caso de Hannah, y la necesidad de matar en caso de Dexter, descubrieron esta temporada a otra persona que realmente les importaba. Y cuando las cosas se torcieron, actuaron como animales acorralados. Hannah trató de matar a Debra para que no la separase de Dexter... y Dexter encerró a Hannah para que no matase a Debra.

 

Hannah enseñó a Dexter que tiene la capacidad de elegir, y creyó que, por eso, cuando tuviese que elegir entre ella y Debra, la elegiría a ella. Pero Dexter escogió a su hermana, y ahora no puede echarse atrás en esa decisión, por mucho que Hannah le ofrezca la nueva alternativa de ayudarla a escapar. El único modo de que Debra esté a salvo, es que Hannah esté encerrada. Aunque hay otra alternativa, que Dexter no considera: alejarse de su hermana, porque, seamos sinceros, él es el causante de la mayor parte de su sufrimiento. ¿Por qué no se planea eso ni por un solo instante? Porque, ahora, Dexter es más humano. No está dispuesto a huir. Quiere luchar por lo que tiene: su familia, su trabajo, su vida. Antes, su máxima era "que no te atrapen". Antes, todo era falso, era una tapadera. Ahora es real. Ahora él es humano. Ahora todo es mucho más complicado.

 

No piensa huir, por mucho que haya visto el fin de cerca. La tan temida escena que todo fan de la serie deseaba que jamás ocurra... ha ocurrido. "Dexter Morgan, tienes derecho a guardar silencio". Y vemos a nuestro protagonista caminar por la zona común de Miami Metro, esposado, ante la sorpresa de todos sus compañeros. Pero, por suerte para él, y por desgracia para LaGuerta, la capitana se ha dejado vencer por su ansia de limpiar el nombre de Doakes y se ha apresurado en efectuar dicha detención, sin pruebas definitivas, y sin contrastar lo poco que tiene. Joder, si Estrada ni siquiera está muerto. Dexter pronto se da cuenta de ello, y, con sus habilidades para la manipulación hace que todo se vea como un delirio de la Capitana. Y un par de pruebas bien colocadas, tras ser analizadas por Masuka, suponen los dos últimos clavos del probervial ataúd de María.

 

Todo el mundo cree que LaGuerta ha intentado incriminar a Dexter, y tiene que rebajarse a suplicar a Matthews por su ayuda y dedicarse al que realmente es su trabajo, el cual peligra debido a que lo ha descuidado por su vendetta. Pero, al retomar sus obligaciones, se encuentra con algo que la devuelve a la caza, y, aunque no ha podido tocar a Dexter, esto le ofrece una oportunidad de hacer caer a Debra.

 

Y mientras LaGuerta reanuda su caza, Dexter hace lo propio con la suya. Estrada es un cabo suelto, un peligro para él, y además es la última pieza del puzzle que supuso el nacimiento del monstruo. Y aunque en principio fue una trampa, la necesidad es más fuerte que Dexter, y no puede dejar pasar esta oportunidad. Además... cuando Debra le cuenta que LaGuerta sigue tras ellos... Estrada puede servirles como solución a ese problema.

 

De nuevo, Dexter elige un contenedor del puerto. Es un poderoso símbolo, y todo debe terminar para Estrada como comenzó. Lo que no sabe es que todo va a ser más similar aún que lo que creía.

 

Antes de acabar con el asesino de su madre, Dexter tiene la conversación de rigor con el hombre. Y él ofrece las razones por las que asesinó a Laura Moser: "Era una chivata, era ella o yo, cuestión de supervivencia". Casi, casi... la misma razón por la que Dexter será allí esperando a LaGuerta. Supervivencia. La suya, y la de Debra. 40 años después, va a matar allí a una inocente por la misma razón. Va a matar por "las razones normales". Por sobrevivir, como Hannah.

 

Pero, cuando está preparando el asesinato, cuando tiene todo listo para que parezca algo que les aleje de toda sospecha... ocurre lo mismo que ocurrió en nuestras pantallas hace un año. Aparece Debra, pistola en mano, encontrando a su hermano con las manos en la masa. Sólo que esta vez, su víctima aún respira. Y Dexter y Debra son dos personas muy diferentes a las que eran entonces. Él sabe que puede elegir... y sabe que elegirá a su hermana por encima de todo. Ella sabe la verdad sobre él... pero aún tiene que tomar su decisión. ¿Buena hermana, o buena policía?

 

Por un lado, LaGuerta, la mujer que puede hacer que termine entre rejas. Por el otro, su hermano, el asesino en serie. Debra se enfrenta a la decisión más dura de su vida, y Dexter se da cuenta de que no puede pedir a su hermana que le elija. Se da cuenta de que prefiere dar su vida antes de permitir que Debra deje entrar la oscuridad en su corazón. "Haz lo que tengas que hacer", otra de las cosas que aprendió de Hannah.

 

Y pese a la dura conversación en la que Hannah la tacha de hipócrita, pese a haber vivido toda su vida según las leyes, Debra elige a su hermano, a la persona que más ha amado durante toda su vida. Desgarrada por el dolor, se derrumba. Y ahora, en un escenario similar a aquel en el que Dexter "nació en sangre" décadas atrás, es Debra quien experimenta ese doloroso bautismo. Otro Morgan experimenta algo parecido. ¿En qué se conviertirá la teniente ahora que ha segado la vida de una mujer inocente para salvar la suya y la de su hermano? ¿Cambiará algo en Dexter darse cuenta de lo que ha provocado? ¿Le cambiará el haber acabado con Estrada? Esas son las preguntas que nos deja la finale, y que Dexter nos resume en esos últimos instantes del episodio.

"Todos creamos reglas para nosotros mismos, unas reglas que nos ayudan a definir quiénes somos. Pero cuando rompemos esas reglas, nos arriesgamos a perdernos y convertirnos en alguien desconocido. ¿Quién es Deb ahora? ¿Quién soy yo? ¿Es esto un nuevo comienzo? ¿O el principio del fin?".

Pero no son las únicas. Hay muchas más que seguro nos planteamos. ¿Sospechará Matthews de Dexter debido a la muerte de LaGuerta? ¿Tendrá consecuencias la llamada de Debra al 911? ¿Qué trama Hannah, si es que volvemos a verla? ¿Esa flor negra es algún tipo de mensaje? Sé que una rosa negra significa "Eres mío hasta la muerte", así que podría ser algo parecido.

 

Echando un vistazo atrás, ha sido una temporada sensacional, con sus altos y bajos, con sus aciertos y fallos, pero llena de momentos para el recuerdo. Con grandes personajes como Isaak, o incluso Hannah en algunos momentos en estos últimos episodios. Con una fascinante evolución por parte de Dexter y Debra, con mucha emoción y tensión. Y, personalmente, creo que, pese a todos los spoilers que me trago llevando el blog, es la primera vez que llego a una season finale pensando "no tengo ni la menor idea de lo que puede pasar". Y quizá lo ocurrido no ha sido tan sorprendente, pero no por ello hay que restarle méritos.

 

Sí, la finale tiene 52 minutos de duración, pero no nos engañemos, casi todo de lo que vamos a hablar es la escena del contenedor. Dexter y Estrada. Dexter y LaGuerta. Dexter y Debra. Debra y LaGuerta. En esa escena convergen tantas tramas, tantos momentos, tantos recuerdos, que da hasta vértigo pensar en ello. La muerte de Laura Moser. El nacimiento del Pasajero Oscuro. El comienzo de todo. Doakes. LaGuerta. El Bay Harbor Butcher. Muchas cosas se cierran, y un nuevo capítulo se abre, con Debra en el centro. Impresionante escena, culminación de años de historias, que demuestran un trabajo brillante por parte de los guionistas, atando tantas cosas en este punto, que da una sensación cíclica muy satisfactoria. Este séptimo año ha estado lleno de miradas al pasado, algo que se agradece, del mismo que se agradece haber podido volver a ver a Doakes una vez más.

 

Impresionante actuación de Jennifer Carpenter, quien, además, añadió su propio toque personal a la escena. Según contaba Scott Buck, se rodó en un tráiler dentro del estudio, y probaron algo inusual que no habían hecho antes. Tras acabar de rodar, dejaron las cámaras encendidas, y entonces Jennifer se acercó a LaGuerta tras haberla disparado, algo que no estaba en el guión. Sintieron que ese momento era muy poderoso, que ciertamente impactó a los productores, así que decidieron incluirla. Impresionante Jennifer Carpenter, que cada año se supera. Y no olvidemos a Michael C. Hall, quien, simplemente, con la expresion de su rostro es capaz de decirlo todo.

 

Finalmente, Dexter conduciendo a una anonadada Debra por entre una multitud de gente desconocida puede darnos una pista de por dónde irá la siguiente temporada. ¿Tratará Dexter de "moldear" la oscuridad que probabemente vaya a florecer en Debra, de conseguir lo que Harry no pudo lograr con él?

 

Esta séptima temporada ha hecho que Dexter, y nosotros, aprendamos sobre el amor, la supervivencia, y la justicia dentro de las reglas que uno mismo crea para definirse. Y, al final, Dexter y Debra, ambos casi igual de protagonistas, se han guiado por su amor mutuo. Y parece que es algo que pagarán muy caro. Pero, quién sabe, quizá merezca la pena. Por eso, me despido con una frase de gran Isaak Sirko.

"El amor puede ser inconveniente, quizá inapropiado. Puede ser peligroso. Puede hacernos hacer cosas que ni soñaríamos con hacer. Pero, ¿estar mal? Eso sólo depende de dónde terminemos, ¿verdad?".