Sons Of Anarchy 5x12 - “Darthy”: Review

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Por Alex Crespo. Ya no queda casi nada. Un capítulo más y habremos cerrado esta temporada. Mientras esperamos la season finale de la semana que viene, para calmar la impaciencia podemos ir leyendo la review de este el duodécimo capítulo, “Darthy” ¿Entráis?

Hacía tiempo que no abríamos un capítulo de Sons Of Anarchy escuchando la voz en off de Jax. Cual Ted Mosby en HIMYM, les va narrando en “modo epistolar” al Abel y Thomas del futuro todas las movidas en las que estuvo metido su padre, lo que daría para varios tomos de la Enciclopedia Británica. Porque si tras la magistral jugada del capítulo anterior, Jax pensaba que la vida iba a ser más tranquila a partir de ahora, se equivocaba de plano a plano.

Y es que esa es la tónica principal de este penúltimo capítulo de la temporada. Aquello que parecía atado y bien atado, se le pone en contra otra vez. Clay, el cartel, los irlandeses, Tara, Wendy… Y francamente, no sé cuántos reveses más será capaz de aguantar este Jax al que le veo como una olla a presión a punto de explotar.

Si encima la primera en la frente viene dado por tu hombre de confianza, pues apaga y vámonos. Y es que no hemos tenido ni que esperar a los títulos de crédito para conocer el resultado de la conversación entre Bobby y Clay con la que cerramos la semana pasada. Reconozco que una vez más mis dotes de futurólogo se han visto arrastradas por el fango, porque estaba seguro que todo era parte del plan de Jax. Pero no. Bobby de verdad quiere salvarle la vida a Clay ¿Por su antigua amistad? No. Lo hace por Jax. Por mucho que éste no lo quiera ver. He leído en varias partes comentarios que tachaban a Bobby de miedoso y de que no podía estar en un sitio como SAMCRO con esa actitud. El mismo Jax se expresa en parecidos términos. Pero yo no estoy de acuerdo con eso. De hecho, Bobby me parece el personaje con más cabeza (y cabezón, porque vaya almendro se gasta el colega) de todo el Club. Es el único que es capaz de ver más allá del ansia de venganza de Jax, y de lo que esto le haría tanto a los Sons como a sí mismo. Porque Bobby le suelta a Jax lo que todos llevamos pensando en voz alta toda la temporada: que se está convirtiendo en Clay. A pasos agigantados además. Y precisamente, no tiene miedo a actuar para evitar eso. Aunque sea a costa de perder toda la confianza y el respeto de Jax.

Porque en cierto modo también es comprensible el cabreo de Jax. La acción de Bobby le ha robado el que iba a ser su gran momento: desenmascarar a Clay delante de la mesa, dándole ésta vía libre para ejecutar de una vez por todas su tan ansiada venganza. Pero la confesión de Clay acordada con Bobby anula todo eso. Ya no se puede dar ese gustazo de ser él el que derribe definitivamente a su padrastro, y encima por el voto negativo de Bobby tampoco puede cargárselo con la autorización del Club. Y el que la mesa expulse a Clay no es satisfacción suficiente, lo que demuestra emprendiéndola a golpes con él, desahogando su rabia y frustración a puñetazo limpio. Tanta sed de sangre tiene Jax que hasta le pide consejo a Damon Pope sobre cómo deshacerse de Clay sin comprometerse. La solución de Pope es sencilla, digna de un hombre de negocios como él: subcontrata. Si no puedes hacerlo tú, haz que otro lo haga por ti. Claro que Jax debería saber que cuando subcontratas algo, tienes que contratar a alguien eficaz para el asunto en cuestión. Y desde luego, si se trata de matar a Clay, Juice no es ni de lejos la mejor opción.

Toda esa rabia le impide ver a Jax lo que realmente ha logrado: Clay ha perdido su parche. Ya no es un Son Of Anarchy. Ha sido deshonrado ante todo el Club. Es un paria, repudiado por la gente que hasta hace poco satisfacía su sed de poder. Para un tipo como Clay, eso es casi peor que la muerte. Y sus lágrimas así lo demuestran. Clay está acabado, derrotado. Y por fin, tras cinco temporadas, se derrumba. Confieso que ver a todo un Hellboy llorar de esa manera me impactó. Y si encima le añadimos esa escena final tachándole del parche, escenificada cual ceremonia de harakiri, más aun. Por supuesto, y como casi siempre desde el principio de la serie, Ron Perlman se sale en su interpretación.

Fuera de SAMCRO, y con la amenaza latente de recibir un tiro de Jax entre ceja y ceja en cualquier momento, Clay tiene que jugar sus bazas para simplemente seguir con vida. Bazas que como hemos estado viendo todos estos capítulos, ha estado preparando para asegurarse su jubilación (y llegar vivo a ella). Ya que Jax y el Club han votado deshacerse del tráfico de armas con los irlandeses, pues es Clay el que se ofrece para hacerse cargo del negocio. Y si además le dan protección y refugio en Belfast, pues bienvenido sea. Pero lo que parecería una salida digna, me da que Clay la va a arruinar a causa de su talón de Aquiles: Gemma. Gemma es su auténtica debilidad, por la que pierde cualquier sentido común con tal de estar de nuevo junto a ella. Cegado ante la creencia de que realmente ella le ha vuelto a amar, ese empeño en que se vaya con él a Belfast estoy convencido de que va a ser su perdición. Porque Gemma ya ha elegido. Y es a Nero.

Nero Padilla vuelve a ejercer esta semana de ángel salvador de SAMCRO. Un papel del que, honestamente, creo que los guionistas están abusando demasiado esta temporada. Porque si al principio le veíamos como un tío legal en el que se podía confiar, ahora mismo lo que más me parece es un pardillo. Que ya está bien de sacarle las castañas del fuego a Jax constantemente en asuntos en los que él no ha tenido que ver. Por mucho giro pandillero que los guionistas le quieran dar (con la presencia del músico Dave Navarro, de Jane´s Adicction), creo que es un personaje que o corre un riesgo tremendo de caer en la parodia. Si ya incluso lo de “nunca debí meterme en esta mierda” suena casi a chiste. Creo que va a ser la baja gloriosa de final de temporada, ya que creo que como personaje se le ha sacado todo el jugo que se le podía sacar, salvo giro espectacular.

La intervención de Nero viene dada porque la otra ilustre estrella invitada de la serie, Danny Trejo como Romero Parada, se la ha jugado bien jugada a Jax. Estaba claro que ni de coña le iba a perdonar la del otro día, y su forma de vengarse es poner en su contra a los irlandeses. Encerrona, robo de armas y dinero a los del trébol, más un par de cadáveres por ahí, y pasarle todo el marrón al club ¿Qué querías salirte? Vale, pero este es mi regalo de despedida. Así que toca encerrarse todos en el taller como si fuera una fortaleza medieval hasta que los irlandeses se calmen. Muy bonitas se las prometía Jax tras el trato de la semana pasada, pero la realidad le ha devuelto los pies a la tierra con una sonora bofetada. SAMCRO ha esto metido en demasiados asuntos turbios como para que todos desaparezcan así como así.

También hay que decir que los irlandeses han demostrado no ser unos lumbreras precisamente. Estoy más que seguro de que podrían tener una fotografía de Tara por ahí como para dársela al tipo que va a secuestrarla para presionar a Jax. Pero no, lo mejor es ir allí a ciegas y a la primera mujer que veamos con el hijo de Jax (porque este sí sabemos quién es, claro), la secuestramos. Y así, en vez de Tara, los irlandeses se llevan a Wendy, la ex de Jax que estaba de visita (ahora comentaré porqué). Soy Jax, y me estoy partiendo la caja durante semana y media.

Porque dado la guerra que ha dado la buena chica, casi daban ganas de dejarla una temporadita con los irish. Claro que hay que decir que la culpa de que Wendy reaparezca en escena la ha tenido Tara. Tara está algo más que asustada con el tema de lo que sucedió en la prisión, y más después de la visita del barbudo misterioso de la semana pasada que aquí se presenta como el hermano de la enfermera asesinada, y antiguo U.S. Marshall. Más acongojada se hubiera sentido si hubiera visto el arsenal que tiene preparado el amigo en su habitación. Ante el panorama que se le avecina, su abogada le recomienda que empiece a dejar cosas atadas por si ella o Jax faltan algún día (ahí, transmitiendo optimismo). Y por supuesto, la mejor ocurrencia posible es nombrar tutora de sus hijos a Wendy, la misma que lleva semanas danzando por ahí intentando recuperar a Abel. Siiii, claaaro, buena decisión, Tara. Muy coherente. Sobre todo cuando ves la que te va a preparar Wendy cuando se entera de todas las cosas que le han pasado a Abel en este tiempo y te dice que va a ir al juez a recuperar la custodia de su hijo. Os juro que pensé que en ese momento o Jax o la misma Tara le pegaban un tiro. Aunque la respuesta de Jax me ha parecido incluso más cruel aún. Inyectarle un chute de heroína a una exyonqui es una represalia nivel Soprano mínimo. Espero que esto sirva para que no volvamos a ver a Wendy, porque la verdad es que es una trama que se me hace muy cansina.

¿Qué nos queda para la gran season finale de la semana que viene? Muchas cosas todavía: Tig-Damon Pope; Clay-Gemma-Nero; Tara-Marshall; Jax-todo el mundo… Y con Bobby cada vez más alejado del Club. Ya veis, después de este intensísimo episodio, de los mejores de la temporada para mí, aun queda mucha tela por cortar en Charming. Se podrían hacer apuestas sobre los personajes que van a palmarla al final de la temporada. Por supuesto, como siempre, seguro que nos equivocaríamos. Pero por jugar que no quede. Ahí van la mía: Nero, Juice ¿Original, a que sí? Pues ale, a hacer vosotros las vuestras en los comentarios. Procurad no comeros mucho las uñas hasta la semana que viene.

Y mientras, para hacer tiempo, podéis escuchar la música del capítulo:

YATCH – Dystopia

William Elliot Whitmore – Old Devils

Moonalice - Coconut Wireless

Rival Sons -Jordan

The White Buffalo – The Whistler