Breaking Bad 4x13 - "Face off" [Season finale]: Review

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Para nuestra alegría, pero también para nuestra desgracia, la cuarta temporada de "Breaking Bad" ha terminado. Alegría por este espectacular episodio, un cierre perfecto para una temporada sublime. Desgracia porque faltan meses y meses para la quinta temporada... y queda un poquito menos para el fin. 16 episodios. Pero, como siempre, es hora de mirar al presente, y ahora que tenemos fresco este 4x13 - "Face off", comentarlo. ¿Qué os ha parecido el final de temporada?

Face off.


Vince Gilligan y sus guionistas son aficionados y maestros de los dobles sentidos, las pistas sutiles, los juegos de palabras y los indicios futuros de lo que ocurrirá. "Face off" está plagado de estas cosas, empezando por el título del episodio, el cual podemos entender de tres maneras: real, literal y metafórica. A continuación, dividiremos el episodio en estas tres "Face off".

Real: Enfrentamiento.

"Face off" se traduce como "enfrentamiento", una descripción perfecta de lo que hemos podido ver esta temporada entre Walt y Gus. Los guionistas y actores la han definido como una partida de ajedrez, pero en esta confrontación Gus siempre ha ido un paso por delante. Su plan ha sido elaborado, meditado, psicológico, mientras que los de Walt han sido como correr y estrellarse contra un muro una y otra vez.

El plan más elaborado de Walt, el de atraer a Gus fuera de su guarida y colocar una bomba bajo su coche, fue un fracaso. Era la primera vez que Walt conseguía cierta ventaja, una situación que difícilmente podría repetirse. Por eso, el Sr. White emprende una frenética carrera en busca de una nueva oportunidad para acabar con su contrincante. Por desgracia, el FBI se lleva a Jesse justo cuando va a sugerir algo, por lo que Walt decide recurrir al que probablemente es el otro único aliado que tiene: Saul.

Pero Saul ya está lejos de allí, y todo lo que Walt se encuentra en la oficina es una puerta cerrada. Pero, ¿desde cuándo una puertucha puede detener al "hombre que llama"? La derriba, regalándonos una escena bastante cómica, pero con un claro mensaje: las acciones de Walt, más allá de los evidentes cadáveres que han quedado atrás, tienen malas consecuencias sobre los que le rodean, ya sean cercanos o simplemente pasen por allí cerca. Como ya se ha dicho muchas veces, Walt es un cáncer para el resto.

Walt movió ficha: bomba en el coche. Gus escapó por los pelos. Gus mueve ficha: asesinos en casa de Walt. Walt escapa por los pelos.

Así que, otra vez, turno de Walt.

Literal: Sin rostro.

La ficha que Walt mueve esta vez es Saul. Gracias al abogado, consigue el resto de la frase que Jesse estaba pronunciando, lo que le lleva hasta el torturado Héctor, conocedor de la enemistad entre él y Gus.

La mirada de odio de Héctor hacia quienes provocaron la muerte de su sobrino Tuco lo dice todo, pero lo que Walt tiene que decirle es algo mucho más importante, una oportunidad que no podrá rechazar.

Nuestro Heisenberg convence al anciano matón del Cartel para formar parte de su plan. El odio es un combustible muy poderoso, y Héctor entra al trapo sin dudarlo. Y, ya sea de modo consciente o casual, este plan de Walt toca uno de los puntos débiles de Gus, muy probablemente el único que el hombre se ha permitido conservar durante todos estos años fraguando su imparable venganza hacia el Cartel: el honor.

Puede que Gus y el Cartel sean despiadados criminales, pero existe cierto código de honor entre hombres que dicta que no pueden delatarse a las autoridades. Las cosas en la frontera de México se arreglan a tiros, señores.

Héctor no rompe dicho código, ya que lo único que dice a los agentes son amables palabras como "Que te jodan" o "Chúpamela". Pero eso Gus no lo sabe. Todo lo que sabe es que Héctor es un hombre lleno de odio y rencor hacia él, y eso podría haberle hecho traicionar ese honor.

Gus está enfadado. Él, ese hombre siempre reflexivo, cauteloso y meditabundo, está enfadado. El enfado es una emoción, y las emociones nublan el raciocinio. Cuando eso ocurre, uno comete errores. Y, en el mundo de "Breaking Bad", un error puede suponer la muerte.

Creyendo que ha sido delatado, Gus envía a Tyrius para que rastree la habitación de Héctor en busca de micrófonos. No hay nada, por lo que Gus ve su oportunidad de acabar con la molestia que es el anciano. Sólo que... lo que debería preocuparle no es ningún micrófono.

¿Será posible que ese hombre aparentemente indefenso pueda suponer su caída? La furia de Gus es aparente incluso detrás de su rostro siempre inescrutable, y se planta ante Héctor dispuesto a continuar con la tortura que le ha estado inflingiendo. "Una pequeña rata lisiada, esa es la reputación que dejas", le dice, hiriente, dándole una última oportunidad antes de morir. "Mírame", le pide una vez más. Y esta vez, Héctor lo hace. Pero en su rostro no hay miedo o desesperación. Hay odio, furia. Venganza.

¡Boom! Héctor, un hombre que lo ha perdido todo, ha decidido dejar este mundo, llevándose por delante a aquel que acabó con su sangre, aquel que le ha torturado durante años, asesinando a los suyos uno a uno. Walt le ha dado la posibilidad de acabar con su peor enemigo.

Y, aunque por un instante se nos pone la piel de gallina y creemos que Gus ha sobrevivido a la explosión, enseguida vemos el horrible destrozo que la bomba casera ha hecho en el hombre.

Lo que queda de Gus, sin cara, se ajusta la corbata y se desploma. Con estilo hasta el final.

Metafórica: Fuera máscaras.

Walt recibe la noticia con evidente alivio, pero la cosa no ha terminado. Jesse está cautivo de los hombres de Gus, quienes le obligan a cocinar, y seguramente se deshagan de él cuando tengan noticia de la muerte de su jefe. Y, al mismo tiempo, Hank no cesa en su empeño con la lavandería, descubre una instalación eléctrica sospechosa, y se acerca a la verdad.

Pero Walt está en racha, y esto no es problema para él. El cargador de un revólver, varios cientos de litros de productos inflamables, y asunto arreglado. Probablemente ahora Hank piense que Gus era Heisenberg, y que su asesinato y la destrucción del laboratorio son consecuencia de un ajuste de cuentas con el Cartel. Y Walt y Jesse son libres.

Pero, pese a todo, claramente los problemas no han terminado. La secretaria de Saul lo dijo por nosotros: Walt y Jesse seguro volverán a ponerse en peligro después de meterse en algo arriesgado. Y más teniendo en cuenta que esa escena final del episodio nos confirma lo que nos teníamos: Heisenberg está tomando el control. Su risa histérica, su determinación asesina, cosas como utilizar a una pobre anciana para que revise su casa por si hay trampas o asesinos... todo eso sería suficiente para aplicar el nombre de la serie, "volviéndose malo", pero hay algo más.

Después de que el anteriormente atormentado profesor de química llame a su esposa para decirle que están a salvo, con un críptico "he ganado", una escena nos muestra que la jugada de Walt viene un poco más atrás de donde muchos creíamos. Sí, yo me tragué su historia, como quedó claro en la review anterior, pero no me quejo de nada, porque eso me ha permitido disfrutar más la sorpresa.

Remontándonos al episodio 12, comentábamos aquella escena en la que Walt, esperando a la muerte junto a la piscina (como bien comenta nuestro lector escagedo en dicha review giraba su pistola, y el último giro parecía apuntar hacia ninguna parte. Falso. Apuntaba hacia el lirio del valle, dándole la idea para todo el plan.

Después de eso, Huell cachea a Jess, le cambia el paquete de tabaco (confirmado por Vince Gilligan), y el resto es historia. Probablemente un hombre de Saul envenenase al niño, ya que Walt estaba atrincherado. No lo sabemos, pero no dudo que cabe la posibilidad de que en futuros episodios nos muestren uno de esos característicos flashbacks iniciales, como aquel de Gale en "Box cutter".

Entonces, pasemos a Jesse: Walt se ha quitado la máscara, algo que hemos podido ver desde nuestra posición privilegiada de espectadores. Del mismo modo que Gus, ha manipulado al pobre chico, ejerciendo de marionetista para ponerle en contra de Gus, del mismo modo que Gus le puso en contra de Walt. Eso sí, esto es un peligro. Huell, y seguramente Saul sepan lo de Brock, y si Jesse lo descubre, Walt tendrá un nuevo enemigo.

¿Cuál es la situación entonces? Walt y Jesse vuelven a ser compañeros, pero los oscuros secretos permanecen entre ellos. Skyler ahora tiene la convicción de que su marido ha asesinado a tres hombres (y son más en realidad), y Walt ha perdido el control. Sin Gus, no tiene contendiente. Puede hacer lo que quiera, por lo que Heisenberg está suelto en Nuevo México. Y eso es un peligro. Ese hombre es veneno.

Opinión.

Poco podemos decir de este "Face off" que no se haya dicho ya. Es el broche perfecto para una intensísima, sorprendente y genial temporada, que ha dado a varios actores la oportunidad de lucirse y maravillarnos. Enorme.

Este episodio ha tenido de todo, desde grandes momentos de tensión y emoción, hasta instantes de alivio cómico, como el "lo vi en House" de Jesse, o Héctor en la DEA. Magistral guión, actuaciones, escenografía, música y dirección que nos dejan este episodio, en la cima de lo mejor del año. Un final ejemplar.

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