How I Met Your Mother 9x17-“Sunrise”: Review

Por Alex Crespo. Tras el emotivo capítulo de la semana pasada, tenemos nueva entrega y parón de tres semanas para encarar la recta definitiva. Así que a apurar los últimos sorbos de How I Met Your Mother.

Me ha sabido a muy poco. El (enésimo) cierre definitivo de la historia de Ted con Robin creo que merecía bastante más espacio para ellos dos solos que andar incluyendo a las ex de Ted, por mucho que siempre me agrade volver a ver a Victoria (me encanta esa chica, tiene un algo que hace que me llame mucho la atención). Y mucho menos que el cierre se lo tenga que dar la psicótica de Jeanette, el más desafortunado ligue de la historia, tirando el broche al rio. A la temporada le venía faltando (entre otras cosas) una mayor dosis de Ted y Robin actuando juntos, porque por mucho que a la mayoría ya nos haya conquistado The Mother, el centro de la serie siempre han sido ellos dos. Por eso, la sensación que me ha dejado este Sunrise ha sido un tanto de decepción, quizá porque yo estaba esperando más de ello. Por supuesto que había que concluir la subtrama del broche, pero me hubiera gustado más que hubiesen contado alguna historia entre ellos dos que no conociéramos hasta ahora, o un repaso a los mejores (y peores) momentos que vivieron juntos, o algo parecido. Cualquier cosa que nos hubiera permitido disfrutar, probablemente por última vez, de la interactuación entre ambos y de la química que siempre han desprendido. A ver, que entiendo lo que han hecho de que sean las ex de Ted las que le vengan a decir que qué narices está haciendo y que suelte ya de una vez a Robin, cosa que le viene diciendo todo el mundo desde hace años. Y me parece muy emotivo el discurso de Ted sobre lo que es estar enamorado más allá de todo raciocinio, pero me hubiera gustado mucho más que se lo dijera directamente a Robin. Sí que me quedo con ese “tú siempre has sido la nº 1”, que es lo que pensamos todos los que hemos estado siguiendo la serie durante estos años. Pero lo que me parece lamentable, y desde luego que me rompe cualquier magia que pudiera tener un momento tan especial como la despedida entre Robin y Ted, es esa ridícula imagen de Robin alejándose como el globo-amigo de Ted de pequeño. De verdad, abochornante. La peor manera de cerrar la que ha sido quizá la mejor historia de amor de la televisión desde Rachel y Ross. Una pena.

También era hora de cerrar la pelea entre Marshall y Lily. Aquí sí que he de decir que esta parte del capítulo me ha parecido ciertamente entretenida. Las conversaciones de Marshall con las Lilys fantasmas, especialmente genial  la Lily de 2006, sirven sobre todo para clarificar la estupidez de convertir una relación en una competición de a ver quién mea más lejos y la convivencia se llena de reproches y resentimientos mal guardados. La forma más rápida de destruir una pareja, garantizado. La cuestión es que el regreso de la lily real diciendo que se quedan en Nueva York nos lleva a pensar que en ese coche en el que se marchó no sabemos todavía con quién (sigo apostando por Mike, aunque también podría ser el propio Capitán) ha pasdo algo que le ha hecho reflexionar, y que nos mostrarán en próximas entregas. Mucho más floja me ha parecido la historia de Barney con los dos jovenzuelos a los que pasa el testigo de “awesomithy” (toma ya palabro que me he sacado de la manga), en la que sólo rescato la frase de que todo momento será legendario si es compartido con los amigos. Amén a eso, Suit-Man. Por cierto, aclarar que Justin y Kyle no serán los protagonistas del spin-off de la serie, How I Met Your Father, como se había rumoreado por ahí.

Por supuesto un capítulo como este, y como todos los que nos quedan imagino, ha estado plagado de guiños y referencias al pasado de la serie. Pero ninguno mejor que el final, esa revelación de que Robin realmente le había mandado la señal Ted para que le besara en su primera cita, tal y como el resto de la panda le dijeron en el primer capítulo. Allá por 2005. Cómo hemos cambiado desde entonces.