LOST: NO NECESITAMOS OTRO HÉROE
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Fuente: CBC
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La sexta temporada de "Lost" ya ha empezado. Tras estar confundidos durante cinco años por los giros y demás de la serie, los fans van a descubrir finalmente qué coño ha estado pasando durante todo este tiempo.
Para algunos, "Lost" es una alegoría religiosa, una especie de Pilgrim's Progress con macizos. Otros lo ven como un lugar de juego de fantasía para los inconscientes - la serie tiene asuntos paternos que no podrían ser expresados ni con un dueto entre Sigmund Freud y Cat Stevens. Absorbiendo la historia de la folosofía occidental, literatura, religión, música y arte, "Lost" es tan abusiva como la obra de T.S. Eliot "The Waste Land", y desempaquetar sus referencias culturales es igual de divertido. [Continúa tras el salto].
Para algunos, "Lost" es una alegoría religiosa, una especie de Pilgrim's Progress con macizos. Otros lo ven como un lugar de juego de fantasía para los inconscientes - la serie tiene asuntos paternos que no podrían ser expresados ni con un dueto entre Sigmund Freud y Cat Stevens. Absorbiendo la historia de la folosofía occidental, literatura, religión, música y arte, "Lost" es tan abusiva como la obra de T.S. Eliot "The Waste Land", y desempaquetar sus referencias culturales es igual de divertido. [Continúa tras el salto].
El niño mimado del productor JJ Abrams (Felicity, Alias) y los guionistas / productores Damon Lindelof y Carlton Cuse, "Lost", se estrenó en septiembre de 2004 con una actitud "O triunfas o nos vamos a ver CSI". Los primeros segundos del piloto son un estudio sobre el arte de desafiar las expectaciones de la audiencia. Ese ritmo dramático de fuego rápido consiguió una base de fans casi histéricos para la serie. El genio narrativo de los escritores ha sido capaz de mantener siempre pendientes a los espectadores.
Aquí está lo que podemos aseguraros: el 22 de septiembre de 2004, el vuelo 815 partió de Sydney, Australia, con destino Los Angeles. En algún lugar cerca de Fiji, se estrelló en una isla aparentemente desierta. Casi 50 pasajeros sobrevivieron, aunque sólo conocimos a unos pocos. Cosas inexplicables comienzan a ocurrir en esta isla mágica: Una enferma de cáncer terminal se cura mágicamente, un hombre paralítico camina, un muerto vive. Los nativos de la isla incluyen gente aterradora llamada "others", osos polares y un monstruo de humo negro. Y eso es sólo la primera temporada.
Los antecedentes de "Lost" incluyen ofertas tan dispares como "Gilligan's Island" y "Twin Peaks". Pero ningun drama ha desafiado a las convenciones sobre el heroísmo en TV como ésta. La serie es, de muchos modos, una historia sin héroe, o, al menos, sin uno reconocible.
Ningún personaje del cast parece más héroe que el Dr. Jack Shephard, interpretado por el actor Matthew Fox. Y ningún personaje hace más por subvertir los moldes del héroe tradicional. El guapo doctor es una figura muy familiar en la TV, pero en otras series, Fox sería el apoyo moral, una fuerza establizadora. En "Lost" no. Este prototipo de héroe es un desastre. JAck es iracundo, obstinado, auto-absorbente y afligido con una necesidad compulsiva de arreglar las cosas. No tiene noción de la situación en la que se encuentra, e incluso menos conocimiento propio.
El lema de Jack, "live together, die alone", es heróica, pero sus motivaciones no son tan simples. Hace cosas porque siente que necesita hacerlas, no porque sean inherentemente buenas o sabias. Eso no es decir que Jack no se haya alzado ante el desafío, puesto que ha tenido momentos gloriosos, pero no han sido nunca consistentes. Jack es demasiado humano para ser el virtuoso McDreamy, demasiado interesante para ser Horatio Caine (¿Mc-Diculous?).
La casi fanática conversión de Jack a la idea del destino en la temporada cinco - una noción a la que se oponía violentamente - nace largamente de la dolorosa emoción por la descorazonadora pérdida del amor de su compañera náufraga Kate (Evangeline Lilly), y de su completo fracaso por ser remotamente heróico en la isla. Como tú y yo, Jack filtra la realidad a través de unas lentes subjetivas, y consecuentemente, comete errores. Empatizas con un personaje como Jack, pero no lo idealizas.
La competición por ser el más fuerte de la manada es una constante en la serie. John Locke (Terry O'Quinn) es el mayor rival de Jack por el papel de macho alfa, y le ha desafiado repetidamente por el control de los supervivientes y su destino. El maquillaje psicológico de Locke es incluso más complicado que el de Jack. De hecho, la mayoría de personajes proncipales, desde Kate, la fugitiva, hasta el enamorado Desmond (Henry Ian Cusick), pasando por el antiguo torturador irakí Sayid (Naveen Andrews), han tenido un momento de sacrificio o valentía. Pero entonces, como Jack o LOcke, hacen algo cruel, destructiivo, o revelan las egoístas razones personales que hay detrás de sus acciones, rompiendo de nuevo el balance. Al final de este eterno ciclo, la audiencia y los personajes se encuentran de nuevo en ese barco sin control.
Los guionistas también hacen un intento con la conocida trayectoria del antihéroe o chico malo. En "Lost", ese papel recae sobre el estafador sureño Sawyer (Josh Holloway). El freno al superego de Jack, Sawyer es autodestructivo, egoísta y avaricioso. Su lema es "every man for himself", pero para el final de la cuarta temporada, parece haber madurado considerablemente. Estable, inteligente y súbitamente preocupado por la comunidad, Sawyer toma muchas de las características del auténtico héroe. Como un buen líder, estaba al mando de la historia, pero no por mucho tiempo. Al final, queda claro que tampoco Sawyer sabía qué estaba haciendo.
La perpetua lucha por el dominio entre los personajes centrales, y sus subsecuentes fracasos en ser "el elegido", son una historia por sí mismas. Tras cinco temporadas, está claro que nadie controla la historioa, y no hay una sóla persona, perspectiva o acercamiento a la superviviencia. La lección que aprendemos es que una multitud de voces y puntos de vista son necesarios para salir de ese mundo salvaje, como poco. Más globalmente, el retrato de la naturaleza humana creado por los guionistas y el reparto muestra una visión alterna del heroísmo: el coraje que necesita la egoísta humanidad para "intentarlo de nuevo, fallar mejor".
"Lost" no es sólo el título, es una acertada descripción de un fantásticamente emocionante producto donde una historia de aventuras y una trama espiritual pueden coexistir sin la red de sujección que proporcionarían los héroes convencionales.
Aquí está lo que podemos aseguraros: el 22 de septiembre de 2004, el vuelo 815 partió de Sydney, Australia, con destino Los Angeles. En algún lugar cerca de Fiji, se estrelló en una isla aparentemente desierta. Casi 50 pasajeros sobrevivieron, aunque sólo conocimos a unos pocos. Cosas inexplicables comienzan a ocurrir en esta isla mágica: Una enferma de cáncer terminal se cura mágicamente, un hombre paralítico camina, un muerto vive. Los nativos de la isla incluyen gente aterradora llamada "others", osos polares y un monstruo de humo negro. Y eso es sólo la primera temporada.
Los antecedentes de "Lost" incluyen ofertas tan dispares como "Gilligan's Island" y "Twin Peaks". Pero ningun drama ha desafiado a las convenciones sobre el heroísmo en TV como ésta. La serie es, de muchos modos, una historia sin héroe, o, al menos, sin uno reconocible.
Ningún personaje del cast parece más héroe que el Dr. Jack Shephard, interpretado por el actor Matthew Fox. Y ningún personaje hace más por subvertir los moldes del héroe tradicional. El guapo doctor es una figura muy familiar en la TV, pero en otras series, Fox sería el apoyo moral, una fuerza establizadora. En "Lost" no. Este prototipo de héroe es un desastre. JAck es iracundo, obstinado, auto-absorbente y afligido con una necesidad compulsiva de arreglar las cosas. No tiene noción de la situación en la que se encuentra, e incluso menos conocimiento propio.
El lema de Jack, "live together, die alone", es heróica, pero sus motivaciones no son tan simples. Hace cosas porque siente que necesita hacerlas, no porque sean inherentemente buenas o sabias. Eso no es decir que Jack no se haya alzado ante el desafío, puesto que ha tenido momentos gloriosos, pero no han sido nunca consistentes. Jack es demasiado humano para ser el virtuoso McDreamy, demasiado interesante para ser Horatio Caine (¿Mc-Diculous?).
La casi fanática conversión de Jack a la idea del destino en la temporada cinco - una noción a la que se oponía violentamente - nace largamente de la dolorosa emoción por la descorazonadora pérdida del amor de su compañera náufraga Kate (Evangeline Lilly), y de su completo fracaso por ser remotamente heróico en la isla. Como tú y yo, Jack filtra la realidad a través de unas lentes subjetivas, y consecuentemente, comete errores. Empatizas con un personaje como Jack, pero no lo idealizas.
La competición por ser el más fuerte de la manada es una constante en la serie. John Locke (Terry O'Quinn) es el mayor rival de Jack por el papel de macho alfa, y le ha desafiado repetidamente por el control de los supervivientes y su destino. El maquillaje psicológico de Locke es incluso más complicado que el de Jack. De hecho, la mayoría de personajes proncipales, desde Kate, la fugitiva, hasta el enamorado Desmond (Henry Ian Cusick), pasando por el antiguo torturador irakí Sayid (Naveen Andrews), han tenido un momento de sacrificio o valentía. Pero entonces, como Jack o LOcke, hacen algo cruel, destructiivo, o revelan las egoístas razones personales que hay detrás de sus acciones, rompiendo de nuevo el balance. Al final de este eterno ciclo, la audiencia y los personajes se encuentran de nuevo en ese barco sin control.
Los guionistas también hacen un intento con la conocida trayectoria del antihéroe o chico malo. En "Lost", ese papel recae sobre el estafador sureño Sawyer (Josh Holloway). El freno al superego de Jack, Sawyer es autodestructivo, egoísta y avaricioso. Su lema es "every man for himself", pero para el final de la cuarta temporada, parece haber madurado considerablemente. Estable, inteligente y súbitamente preocupado por la comunidad, Sawyer toma muchas de las características del auténtico héroe. Como un buen líder, estaba al mando de la historia, pero no por mucho tiempo. Al final, queda claro que tampoco Sawyer sabía qué estaba haciendo.
La perpetua lucha por el dominio entre los personajes centrales, y sus subsecuentes fracasos en ser "el elegido", son una historia por sí mismas. Tras cinco temporadas, está claro que nadie controla la historioa, y no hay una sóla persona, perspectiva o acercamiento a la superviviencia. La lección que aprendemos es que una multitud de voces y puntos de vista son necesarios para salir de ese mundo salvaje, como poco. Más globalmente, el retrato de la naturaleza humana creado por los guionistas y el reparto muestra una visión alterna del heroísmo: el coraje que necesita la egoísta humanidad para "intentarlo de nuevo, fallar mejor".
"Lost" no es sólo el título, es una acertada descripción de un fantásticamente emocionante producto donde una historia de aventuras y una trama espiritual pueden coexistir sin la red de sujección que proporcionarían los héroes convencionales.
Fuente: CBC
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grande
ResponderEliminarGenial análisis.
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