24 9x01 / 9x02 - 'Day 9: 11am - 1pm': Review
"24" vive otro día. O medio, para ser exactos. Y los fans no podemos ser más felices. Ya hemos podido vivir las dos primeras horas del noveno día... y, joder, qué bien se siente uno al volver a casa.
"24" es una veterana de la televisión, una de las series precursoras de la oleada televisiva de la última década, y que, en cierto modo, cambió el modo de narrar una historia. Hace 12 años ya, que se dice pronto, que sorprendió a propios y extraños con su propuesta: un día por temporada, 24 horas en tiempo real, en las que el agente Jack Bauer se enfrenta a una terrible amenaza contra su país. La mezcla de acción cinematográfica e intriga política de la que hacía gala la serie le garantizó 8 temporadas en antena, un lujo considerable para un producto tan arriesgado.
El 24 de Mayo de 2010, tan sólo un día después de terminar "Lost", "24" llegó a su fin. Fue doloroso para un frikazo como yo, ver terminar mis dos series favoritas en dos días consecutivos. Y por eso, ahora es tan emocionante vivir el regreso de una de ellas. Pero, al mismo tiempo, asusta. ¿Y si no está a la altura de mi recuerdo?
Por suerte, "Live another day" empieza como un cañonazo. Nos lanza en mitad de Londres, junto a un equipo de la CIA que está tratando de capturar a un sospechoso. Quien es, cómo no, Bauer. Y la serie, sintiéndose cómoda y demostrando su veteranía, nos enseña todo eso en una gran secuencia que hace un uso fantástico del famoso recurso de las múltiples ventanas de imagen. Vemos a Jack, vemos al centro de control de la CIA, vemos a través de los visores de los agentes, quienes van cayendo uno a uno, en la típica escena de acción dentro de un edificio abandonado que tanto gusta a los guionistas de esta serie. 5 minutos, y ya nos sentimos de nuevo como en casa.
Seguro que más de uno ha sentido el mismo escalofrío que yo al escuchar estas palabras y ver estas pantallas. Esto es puro "24", señoras y señores. Comprimido en 12 episodios, sí, pero con el resto de ingredientes intactos. ¿Qué significa eso? Escucharemos "Damn it!", viviremos momentos de acción trepidante, tensos interrogatorios, intrigas políticas, inminentes ataques terroristas...
Bauer es capturado por la CIA, y aunque su rostro inescrutable no deja entrever nada, algo es bastante raro. ¿Por qué, tras 4 años sin un sólo rastro, de repente aparece en Londres justamente cuando el presidente de los EEUU, nuestro viejo amigo James Heller, está allí? Hay algo raro, y del mismo modo que nosotros lo sospechamos, la agente Kate Morgan, una especie de contraparte femenina de Bauer, hace lo propio.
Por desgracia, Morgan está siendo trasladada fuera de ese centro de la CIA por culpa de unos eventos pasados que tienen que ver con la venta de información clasificada por parte de su novio, así que ninguno de sus superiores hace caso a sus sospechas. ¿Y por qué digo que es una especie de Jack Bauer femenina? Porque, al verse imposibilitada para ejercer su trabajo debido a dicha situación, hará todo lo posible, dentro o fuera de las reglas, para detener el plan de Bauer, sea el que sea.
Y, la pregunta es, ¿qué pretende Bauer? ¿Por qué se deja capturar por la CIA, arriesgándose a ser torturado por la división de "actividades especiales" (qué simpáticos son con el uso de eufemismos)? Bien... ¿qué no haría Jack por una vieja amiga?
Y por Chloe, por su fidelidad y sus habilidades, Jack se mete en la boca del lobo. Es un fugitivo, considerado traidor y terrorista por sus acciones, por sus sacrificios por el bien mayor, perseguido por los rusos, los chinos y por su propio país. Y, por si fuera poco, Mark Boudreau, jefe de personal de la Casa Blanca, y marido de Audrey (quien ya está completamente recuperada del trauma en el que estaba sumida al final de la sexta temporada) está considerando entregar a Bauer a los rusos, para así deshacerse de él.
¿Por qué razón quiere hacer eso? Aparentemente hay dos: no quiere que el problema que Bauer supone afecte al Presidente Heller en un momento crucial como ese, un momento de debilidad (según entendemos, Heller comienza a tener dificultades para desempeñar su cargo, por un aparente comienzo de alzheimer.); pero además, Boudreau culpa a Jack del trauma sufrido por Audrey, quien pasó 3 años en un estado casi catatónico tras haber sido capturada y torturada por los chinos. Por ello... para proteger a su esposa y su suegro, está dispuesto a hacer desaparecer a Jack para siempre.
¿Y qué pinta el Presidente en Londres, por cierto? Pues bien: Heller está allí para defender el uso de drones militares, un tema polémico que, como vemos, cuenta con una gran cantidad de detractores. Algunos de ellos, tan detractores, que pretenden utilizar uno de esos drones para acabar con la vida de Heller, y así matar dos pájaros de un tiro: hacer ver a la opinión pública lo peligroso de esos artefactos, y acabar con uno de sus defensores más importantes.
Y ahora sabemos qué busca Jack, ahora sabemos por qué está en Londres, por qué necesita a Chloe, por qué ha arriesgado su vida y su libertad de esa manera. Una vez más, él es el único que puede evitar el desastre, y cómo nos gusta, coño. Una vez más, hace gala de sus recursos para conseguir su objetivo, y mediante algún transmisor subdérmico y la ayuda de un silencioso pero efectivo mafioso serbio llamado Belchek, consigue burlar la seguridad de la CIA (y a la insistente Kate Morgan) y volver a ser un fugitivo libre.
Pero, evidentemente, no se van a ir de rositas. Y Jack tendrá la dificultad añadida que supone tener a Kate siguiéndole el rastro, una mujer que fue capaz de anticipar algunos de sus movimientos, y que, al igual que él, no tiene miedo de quebrantar las normas.
¿Y a qué ha estado Chloe dedicándose todo este tiempo, aparte de a tatuarse y teñirse el pelo? Pues según se nos revela enseguida, la que en otro tiempo fue técnico informático de la UAT, ahora forma parte de un grupo de hackers que se dedica a hacer públicos secretos de agencias gubernamentales. El tiempo que pasó trabajando en ese tipo de agencias, todas las atrocidades que vivió, toda la gente a la que vio morir... todo eso le hizo cruzar al otro lado.
Y Jack... también ha cambiado. Cuatro años solo, perseguido, viviendo en la sombra... le han vuelto aún más desconfiado. Porque, antes, si había alguien en quien Jack confiaba ciegamente, esa era Chloe. Si había alguien a quien podía llamar amiga, esa era Chloe. Pero ahora ni siquiera ha podido confiar en ella para pedirle ayuda. "Yo no tengo amigos", esas son sus palabras.
Además, había otro foco de peligro: uno de los integrantes del grupo de Chloe, Derek Yates, está implicado en el intento de asesinato contra Heller. Quizá Jack temía que Chloe fuese fiel a Yates. Pero no. Yates, quien actúa movido por el dinero (a diferencia de sus ex-compañeros, quienes buscan una especie de justicia), ya no trabaja junto a ellos. Y Chloe, como demuestra inmediatamente, sigue siendo fiel a Jack. Sigue llamándole amigo.
Yates está vendiendo sus servicios al mejor postor, y quien los paga es Catelyn Stark Margot, una misteriosa mujer que quiere un dispositivo capaz de interferir y controlar los drones militares sin dejar rastro.
Como demostración, Yates hace que un drone en Afganistán dispare sobre un convoy, acabando con la vida de varios militares, incluidos dos británicos, lo cual tiene repercusiones políticas inmediatas, creando tensión entre el gobierno británico y el estadounidense. Creando una situación que probablemente Heller no pueda manejar, puesto que, aunque mantiene su capacidad de palabra... su memoria le juega constantes malas pasadas, y eso hace que no esté preparado para afrontar esta grave crisis.
Yates tiene bastantes defectos: es demasiado ambicioso, no es leal... y es un bocazas. Está en medio de un intento de asesinato, y no tiene reparos en presumir de ello ante su ¿novia?. Esa bocaza podría facilitar que Jack le dé caza, ya que no resulta difícil obtener su paradero. Aunque, antes de eso, deberá enfrentarse a un grupo de criminales, quienes, si bien no son rivales para él, le distraen los segundos suficientes para que el hacker y la chica escapen. Por si fuera poco, la agente Morgan aparece justo en ese momento, frustrando definitivamente el intento de Jack de detener el asesinato.
Bauer consigue escapar, pero las cosas se complican para nuestro héroe, y por tanto para Heller y para la paz mundial. La tensión política va en aumento por la muerte de los militares, y si a eso le sumásemos la muerte del Presidente... sería el inicio de la tercera guerra mundial. Y si tenemos en cuenta que la aparentemente inofensiva chica de Yates resulta ser la hija de la misteriosa Margot, y que la ambición de Yates y su idea de buscar otro comprador para el dispositivo provocan que sea asesinado por esta, todo pinta peor. El único que podría hacer algo por detener el control de los drones está muerto... y la mujer que pretende usarlo lo tiene en su poder.
¿Qué busca Margot con eso? ¿Por qué quiere asesinar al Presidente? Con eso termina la presentación de este noveno día, y seguro que la mayoría de los fans no podemos estar más contentos. Todo lo que hizo grande a "24" parece seguir presente, y podremos disfrutarlo una vez más.
¿Qué hay de las novedades? La ambientación londinense le sienta bastante bien, aunque por el momento no se nota demasiado, ya que los pocos escenarios que hemos visto podrían encontrarse en cualquier ciudad del mundo. Pero es pronto para juzgar eso.
¿Los nuevos personajes? Aunque algunos pasan bastante desapercibidos, Boudreau promete dar juego con su odio hacia Jack y su presión hacia el presidente; Adrian Cross, el líder de los hackers, también es prometedor, y Kate Morgan, tan parecida al Jack Bauer de la primera temporada, es el personaje más interesante, ya que podría ser perfectamente tanto una gran aliada como una gran contrincante para Jack.
En resumen: "Live another day" parece ser lo que promete: una nueva oportunidad para disfrutar de la añorada "24". Por el momento, los miedos se disipan, y el volver a escuchar el reloj avanzar es una sensación maravillosa.
COMPÁRTELO
0 comentarios :