How I Met Your Mother 9x21 - “Gary Blauman”: Review

Por Alex Crespo: A estas alturas, poco se me ocurre que escribir en estas entradillas. Estamos tan cerca del final, que cualquier otra cosa me parece irrelevante. Así que lo mejor es entrar directamente al lío y comentar el capítulo. Claro que dentro de poco echaré de menos estas entradillas. No Álex, no empieces, contente…

Lo confieso. No recordaba para nada a Gary Blauman. Pensaba que se trataba de un personaje creado para el capítulo, y me doy cuenta de que no, que ya había aparecido en ocasiones anteriores. Muy brevemente, pero lo suficiente como para que los productores se acordaran de él para resultar ser la excusa argumental del capítulo. Bueno, también ayuda el que Taran Killam, el actor que interpreta a Blauman, sea el marido de Cobie Smulders. Como curiosidad, en este capítulo aparecen los tres esposos de los tres protagonistas de la serie que han contraído matrimonio. Además de Killam, podemos ver a Alexis Denisof (Sandy Rivers), marido de Alyson Hannigan, y a David Burtka (Scooter), esposo de Neil Patrick-Harris. Anécdotas maritales aparte, la introducción de Gary Blauman como ese invitado que aparece en la boda sin que nadie hubiera contado con él desata el pánico en la novia apenas dos horas antes de la boda, y hay que tomar medidas.

Esta trama es una sucesión de flashbacks  en la que los personajes principales, más algún casual que pasaba por allí, dan su veredicto sobre la permanencia o no de Blauman en base a la simpatía que sientan por él por experiencias pasadas. Como si de un reality show se tratase, el compañero de Barney es nominado para abandonar la boda o para quedarse mientras descubrimos anécdotas más o menos relevantes compartidas con los personajes principales, hasta que Marshall pone en marcha sus dotes judiciales para resolver el entuerto. La más divertida me ha resultado la de Ted y su teórica disputa por la chica de la fiesta, en una pelea de gallos compitiendo por quién sabe más de Teddy Roosevelt. No preguntéis, es Ted Mosby y su mundo. Lo mejor, ese grito desesperado de Ted tras enésimas horas de debate a la chica si va a tener sexo con alguno de los dos o no. Anda que no hemos tenido ganas todos de hacer eso alguna vez tras horas de flirteo incesante e infructuoso. Me ha gustado también la anécdota de Billy Zabka, reconociendo su faceta de poeta. Es que me cae muy bien el chico, con esa cara de buenazo, no puedo evitarlo, y quiero que le vaya bien. Más relevante (y un tanto forzado en mi opinión), es la revelación de que Gary fue el desliz que cometió James y que le costó su matrimonio con Tom. De todas formas, toda esta trama no deja de ser una mera excusa argumental para conducirnos a lo realmente importante del capítulo.

Y es que este penúltimo capítulo antes de la finale nos sirve para ser testigos de ni más ni menos que la primera cita de Ted y The Mother. Más allá de la magia que haya tenido o no, los seguidores de la serie una de las cosas que reclamábamos es que no nos valía con simplemente saber cómo se conocieron, sino que lo que realmente importa es cómo se enamoraron. Y afortunadamente, durante la temporada hemos tenido pinceladas de ello, y las apariciones de Cristin Milioti han hecho que prácticamente todos entendiéramos por qué Ted caería rendido a sus pies: porque la mayoría ya lo hemos hecho. Decía antes que la cita en sí no parecía nada especial, sobre todo en comparación con otras primeras citas de Ted. Pero es que es el propio Ted el que de forma más o menos sucinta nos lo explica: no necesita grandes discursos, no necesita robar tubas azules, no necesita organizar citas de dos minutos. No, con ella todo es natural. No forzado. Dos personas que van caminando y charlando y que simplemente con eso encuentran esa conexión que les hace saber que esa es la persona indicada. La persona por la que no respetas la regla de los tres días antes de llamar desde que obtienes su número. La persona con la que, pese a que en la primera cita la quieras llevar a un restaurante mexicano-escocés (sin palabras), hallas ese algo que te lleva a ese primer beso. Así que podemos decir que, resumiendo mucho, Gary Blauman ha sido la coartada para el primer beso entre Ted y The Mother.

No sólo eso. En una serie por la que han desfilado tantos personajes más o menos secundario o casuales, siempre que se llega al final gusta echar una ojeada hacia atrás, hacia el pasado, o más concretamente, hacia el futuro. Porque como Ted bien nos dice, hay gente con la que, pese a lo mucho que pudo significar en su momento, acabas perdiendo contacto, y otra con la que no mantienes ese contacto tan asiduo pero más o menos te enteras de qué ha sido de su vida. Nosotros tenemos aquí lo mismo con una serie de personajes que han pasado por la serie y de los que, en cinco minutos geniales, vemos su futuro. A unos les irá mejor, a otros peor, otros seguirán igual, a otros les irá genial pese a que alguien continúe gritando su nombre exasperada (¡¡¡Patriiiiiice!!!!) y de otros conoceremos por fin su nombre (aunque Carol seguirá siendo Blah Blah por siempre). El repaso es bastante completo, y ha sido una alegría volver a ver a gente significativa de anteriores temporadas a las que no se había vuelto a hacer mención, aunque por supuesto siempre faltarán algunos. Es de agradecer este pequeño regalo de Bays y Thomas de ofrecernos una última pincelada de estos personajes y permitirles hacer un último saludo al público antes de que el telón caiga definitivamente. Se han ganado nuestro aplauso.