Bates Motel: La verdadera historia de Psicosis

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Pese a haber transcurrido cincuenta años desde que Alfred Hitchcock estrenó Psicosis, la imagen que presenta este artículo sigue despertando nuestros miedos más profundos. Una película denostada por la crítica, autofinanciada y que cambió la forma de ver cine en la sociedad de la época, poco acostumbrada a contemplar tales horrores en la gran pantalla. La vulnerabilidad que sentimos mientras estamos en la ducha se ve reflejada en la célebre escena de la ducha en el Motel Bates. Tras el salto, os dejamos con la verdadera historia de Psicosis.

Hablamos del film por excelencia del maestro director y su mayor éxito. Hoy en día, medio siglo después, la película se ha convertido para muchos en una película de culto, llegando a estar casi a la altura de películas como "Casablanca" o "Lo que el viento se llevó".

Psicosis es cine en estado puro en la que el director marcó los cánones que se usarán hasta la saciedad en las películas de terror. Psicosis es un ir y venir continuo de pistas erróneas como ese equívoco comienzo en el que, todo aquel que haya visto "Psyco" creerá erróneamente que los acontecimientos se revelarán hacia un terreno más sexual que horrendo. Pero el director no tuvo un camino de rosas a la hora de llevar al cine a Norman Bates y su historia.

Conexión con la realidad: Ed Gein.


Ed Gein (27/8/1906 - 26/7/1984) fue un asesino y profanador de tumbas estadounidense. Aunque, a ciencia cierta, solo pudieron comprobarse dos asesinatos cometidos por Gein (Mary Hogan y Bernice Worden), se cree que pudieron ser más dada la afición de Gein por conservar los cadáveres de sus víctimas, tanto las que desenterraba como las que asesinaba. Pero la locura de este hombre le llevaba incluso a realizar con los restos mortales de las mujeres todo tipo de mobiliario y ropa para uso propio. Este asesino sirvió de fuente de inspiración para otras películas como "La matanza de Texas" o para los libros de Harris, basados en la historia de Hannibal Lecter.

La localidad de residencia de Ed Gein, Plainfield, conoció la locura cuando, en 1957, las autoridades locales dieron luz a los terribles crímenes cometidos por este individuo. Bernice Worden se encontraba en paradero desconocido y, una vez que la policía entró en casa de los Gein, se dio de bruces con la locura. Se encontraron diez cabezas de mujer a los que se les había retirado la parte superior, asientos y pantallas de lámpara hechas con piel humana, infinidad de calaveras en cada rincón de la casa, órganos humanos en su frigorífico, un collar de labios humanos y hasta nueve vaginas escondidas en una vieja caja de zapatos. Tras ser descubierto, admitió profanar tumbas de mujeres y, una vez robado el cadáver, curtía las pieles para sus artículos. Llegó a admitir su culpabilidad en el caso de Mary Hogan, desaparecida años antes pero nunca pudo probarse este hecho ni relacionar la historia con el caníbalismo. De la misma manera, se supo que su madre, Augusta, fue la culpable de su locura ya que le prohibía cualquier influencia exterior y mantenía a sus hijos bajo una exagerada sobre protección. Una vez enjuiciado y encarcelado, Ed Gein vio como su casa ardió hasta los cimientos, quizás en un incendio provocado y su furgoneta fue subastada para convertirse en un negocio en el cual, su nuevo dueño, se lucró llevándola de ciudad en ciudad para que las gentes viesen in situ la caravana de la locura. ¿No os recuerda a la historia de Bates?  Alfred Hitchcock ya tenía su historia.



Un libro que marcó un antes y un después.

El afamado director leyó durante un tiempo un libro del casi desconocido Robert Bloch. Desde un primer momento, el director vio las posibilidades de llevar al cine esta historia novelesca y, inspirándose de igual modo en la historia de Gein, comenzó a gestar su película más famosa: Psicosis.

Todo fueron problemas para Alfred Hitchcock. Los responsables de las grandes industrias del cine no veían viable que el director se basase en las historias antes mencionadas y no confiaron nunca en el proyecto. Y llegados a este punto, el director tuvo que apoyarse en la única persona que compartía su ilusión: su esposa Alma quién ayudó a hacer real la historia. Hitchcock llegó a autofinanciar la película y, movido por el interés de hacer algo nunca visto, ordenó a sus allegados que se hiciesen con todos los ejemplares posibles de la novela inspiradora para evitar que la gente conociese el giro de tuerca final. Los derechos de la novela fueron adquiridos por él. La leyenda había nacido.

Psicosis.

El rodaje de la película se mantuvo en total secreto. En un juramento de palabra, todas aquellas personas que pertenecían al equipo, tanto técnico como artístico del film, debieron jurar ante el director no desvelar nunca detalles del argumento bajo la pena de ser despedidos y la parte del giro final de la cinta fue guardada personalmente por el cineasta hasta el día de filmación. 


La famosa escena de la ducha.


Janet Leigh, la actriz que dio vida a Marion, la mujer de la ducha, solo hizo algunas tomas de la escena. Se habló que, su doble en la ducha, Myra Davis sustituyó en esta parte a la actriz pero esto fue negado por Leigh en reiteradas ocasiones.

Pese a parecer sencilla, esta famosa escena dio quebraderos de cabeza a los responsables. Esta escena estaba llena de cambios de cámara, cortes y cambios de plano hicieron que se tardase una semana en rodar esta escena. Una vez estrenada esta película y en concreto la escena, muchos fueron los que dijeron ver como el cuchillo usado por Bates atravesaba la carne de Marion y, a su vez, muchas otras personas creyeron ver sangre de color rojo en la mítica escena. Todo esto ha sido negado hasta la saciedad y, según muchos expertos, el cuchillo no llega a tocar a la actriz y la idea de ver sangre roja era imposible ya que se había usado chocolate para simular la sangre, dado que la película estaba rodada en blanco y negro. Y, como veremos después, nadie quedo impasible ante la precipitación de acontecimientos después del estreno de la película. 


Censura y éxito.
La película estrenada en 1960 fue un éxito. Aunque las productoras auguraron un negro futuro para el proyecto, pronto felicitaron a Hitchcock tras la enorme acogida por parte del público. Pero la censura apareció en escena. Los censores que pretendían el cumplimiento del Código de Producción para MPAA dijeron adivinar un pecho en la escena de la ducha y, el director, tras hacer creer que había cambiado esas escenas, volvió para la aprobación y, sorprendentemente, los que decían ver un seno de Leigh en la ducha, pasaron a no ver nada, mientras que los que no vieron nada en el pase inicial, vieron el pecho. El director mantuvo la promesa de que, si le permitían dejar la escena íntegra de la ducha, cambiaría planos en las escenas iniciales para que resultase mas recatada la escena romántica que abre el film.

Pero hasta de un retrete hablaron en un intento de frenar al director. Jamás se había mostrado en el cine un retrete directamente. Si visionamos los extras del DVD, sabremos también que la palabra "travesti" fue objeto de censura y finalmente, Joseph Di Stefano mostró un diccionario y demostró que la palabra travesti no era usada en el contexto que ellos creían.

Alrededor del mundo, Hitchcock se vio obligado a censurar escenas. Así pues, en Gran Bretaña se limitó la escena de Norman tras el crimen y en Singapur, el asesinato de Arbogast y la fotografía del cadáver de la Señora Bates fue retirado.



Antes del estreno y creando expectativas se llegaron a ver fotografías de una silla con el nombre de la Señora Bates y el director prohibió cualquier entrevista en plena promoción a los actores principales.

La película ganó numerosos premios como el 'Edgar Allan Poe' en 1961 o un Globo de Oro para Leigh en ese mismo 1961. 

Aquellos que denostaron la idea se subieron al carro y felicitaron al director que había conseguido su sueño y, sin saberlo, marcaba un antes y un después en la historia del cine.
 

Curiosidades de la película.

  • La cantidad que Marion robaba es de 40.000 dólares que es lo que Anthony Perkins cobró por el film.
  • El presupuesto era de 810.000 dólares y recaudo 50 millones alrededor del mundo.
  • La sangre usada en el film era chocolate, en vez de salsa de tomate que era lo común en la época.
  • El director usó agua helada para dar realismo a los gritos de la actriz en la escena de la ducha. Sin previo aviso, la actriz encontró esa sorpresa. Aunque ha sido negado este detalle, conociendo lo bromista del director, podría ser cierto.
  • Originalmente, Hitchcock no quería que la escena del asesinato tuviera una banda sonora en específico. Fue hasta que su compositor de cabecera, Bernard Hermann lo convenció y fue así como nació uno de los scores más representativos del cine de terror. Tiempo después, el mismo Hitchcock declaraba que "33% del efecto de la cinta se debe a la banda sonora". Como dato curioso, Hermann utilizó solamente un ensamble de violines debido al bajo presupuesto de la cinta, lo cual no permitía tener una orquesta completa a su disposición. 
  • El ruido del cuchillo penetrando en la carne de Marion es, en realidad, el sonido de un cuchillo cortando un melón.
  • El nombre real de Norman es Norman Francis Bates. Un homenaje a "Birds" del director ya que Francis es el patrón de los pájaros.
  • El personaje interpretado por Janet Leigh se llamaba inicialmente Mary Crane. 
  • La primera escena que se rodó fue la de Janet Leigh y el policía que la despierta en medio de la carretera.
  • Cuando los actores y el equipo de la película comenzaron a trabajar tuvieron que reunirse y darse la mano, prometiendo no revelar nada acerca de la historia. De todas formas Hitchcock y Stephano mantuvieron en secreto hasta el último momento el final de la película.
  • El sueldo de Anthony Perkins fue de 40.000 dólares, exactamente la misma cantidad de dinero que roba Marion Crane.
  • Para implicar a los espectadores como “voyeurs” Hitchcock usó lentes de 50 mm. en cámaras de 35 mm. (lo que proporciona una aproximación cerrada de la visión humana), en la escena en la que Norman espía a Marion.
  • Los pechos y las partes más sensibles de Janet Leigh fueron tapadas con prendas similares al color de la piel para asegurarse de que en pantalla no se podía ver ninguna.
  • Hitchcock insistió en que no se dejara entrar a nadie a las salas de cine que llegara tarde. La razón era que la protagonista moría en la primera parte de la película.
  • Hitchcock tenía una silla con el rótulo “Mrs. Bates” en la parte trasera, que no dudaba en colocar en los sets de rodaje con el fin de aumentar la confusión acerca de quién sería la actriz que sería Miss Bates.

Realidad

La película provocó un descenso en los alquileres en moteles y mucha gente se sumó a una especie de psicosis colectiva que hizo incluso que la actriz que hacía de doble de Marion, muriese asesinada tiempo después e incluso la gente temía ducharse recordando la escena de la ducha. El director quitaba hierro diciendo que podían teñir las cortinas para evitar recordar la escena. El fenómeno dura hasta hoy.

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