The Big Bang Theory 6x18 y 6x19: Review

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Por Alex Crespo: Mudanzas de piso. Parones que te vuelven loco para saber cuándo hay capítulo y cuándo no. Eso y mi descoloque habitual -para el que ya hay poco remedio- han hecho que la semana pasada no tuvierais review de The Big Bang Theory. Pero como no hay mal que por bien no venga, hoy tenemos ración doble. ¿Al lío?

La semana anterior, “The Contractual Obligation Implementation” nos presentaba tres tramas, de las que sin duda la más interesante a priori es esa primera cita entre Raj y Lucy. Anhelantes esperábamos todos qué resultaría de ese encuentro entre los dos seres más socialmente estrafalarios posibles. Y la verdad es que a mí esa parte me ha gustado mucho. Me ha parecido muy enternecedora la idea de la cita en la Biblioteca (otra cosa es que en la realidad eso fuera posible sin que te echaran a patadas de la misma en cuanto sacas el mantelito a cuadros), y la conversación por WhatsApp es una idea brillante. ¡Pero si incluso da para comentarios picantes! Lástima de ese ataque de pánico a última hora que le deja sin beso de despedida, pero admitimos que Raj lo cuente como una victoria. De verdad que espero que Lucy aparezca con frecuencia. Me parece un personaje entrañable y del que se puede sacar mucho juego. ¡Ah, y me declaro muy fan de Kate Micucci! En su web podéis ver su faceta creativa, tanto como dibujante, como música como escultora de castillos de arena. Si, habéis leído bien. `Nuff said.



Lo bien que resulta la cita de Raj tiene más mérito aun si cabe si tenemos en cuenta la “excelente” ayuda prestada por las tres chicas. Vamos, que pasan del pobre Raj, que les había pedido consejo, para planificar una excursión a Disneylandia en la que acaban hechas unas princesitas Disney. ¡Y escapándose del trabajo! Hay que ver qué mala influencia son este par para Amy. Y qué creatividad ha desarrollado para elaborar una mentira. Me recuerda a la de su novio Sheldon cuando montó todo el rollo del primo toxicómano para no ir a una actuación de Penny, allá por la primera temporada. Ay Amy, si tu madre te viera. Si le estás dando la razón: cada día más cerca de los porros y el jazz. Esta trama sirve para constatar tres cosas: 1) Que en su pasado, Penny no se ha privado de casi nada. Sexualmente hablando. Y no, no cuela lo de que es una broma. 2) Lo chunga que es Bernadette. Será pequeñita, pero ni se te ocurra tocarla las narices o puedes verte en un serio problema, amigo. Y 3) Los tíos tenemos un serio problema de fetichismo con las princesas de las películas de Disney. Salvo Sheldon, que tiene un problema con todo en general.



Por su parte, Leonard, Howard y Sheldon se embarcan en una de las misiones más arriesgadas de su vida: enfrentarse a chicas adolescentes de instituto, con la idea de motivarlas a que se interesen por las Ciencias. Y dada la impresionante alocución de los tres científicos, creo que podemos dar por seguro que al menos esa clase no va a pisar un laboratorio en su vida. Porque si tenemos que confiar en las habilidades docentes de Leonard en plan “profe guay”, o en el autobombo de Howard con su aventurilla espacial, apañados vamos. Increíblemente, esta vez es Sheldon, el menos interesado en el tema, el que tiene las mejores ideas. Está claro “quién es la nutria y quienes son las piedras”. Y si ya añadimos la fición de Leonard por sacar a relucir sus traumas infantiles en público en los momentos menos oportunos, unido a lo que supone al trío volver a un lugar donde seguro que pasaron los peores años de su vida, pues ya la tenemos montada. No ha estado mal, pero creo que se le podría haber sacado mucho más jugo a esta trama. Algún experimento desastroso, o algo así, porque al final ha quedado un tanto sosita la cosa.



Si el 6x18 ha sido un capítulo ligero, de esos agradables de ver pero que tampoco desata grandes carcajadas, el siguiente, “The Closet Reconfiguration”, lo podemos poner sin duda como uno de los más dramáticos y profundos de toda la serie. La historia de Howard y la carta de su padre tiene empaque suficiente como para dejar apartada por un momento la comedia, aunque evidentemente siempre tiene que haber algún alivio cómico. Una prueba de la relevancia que los guionistas le querían dar a esta trama es que ha sido la primera vez en bastante tiempo que el episodio ha constado de una única historia, sin subtramas paralelas que distraigan la situación. Si os dais cuenta, en esta temporada es en la que más hemos visto reflejados los miedos e inseguridades de los personajes principales. Sheldon y su odio a la Navidad por la muerte de su abuelo, Penny y su incapacidad de comprometerse, los problemas de relaciones de Raj… Son esos detalles que hacen más humanos y cercanos a los personajes y constatan su evolución. Si siguiéramos teniendo a la Penny o al Howard de las dos primeras temporadas seguro que estaríamos protestando porque la serie se habría vuelto repetitiva y esquemática. Precisamente la evolución de Howard ha sido la más acusada, circunstancia que señala el propio Leonard. Lo que no acabo de comprender es cómo te puedes hacer amigo de alguien al que la primera vez que conoces hace “eso” que comenta Leonard. Encantador.  No me avergüenza confesar que me emocioné con la escena del grupo de amigos contándole su versión de la carta a Howard. Más allá de lo acertada o no que pueda ser esa idea, me pareció un momento de esos que define qué es la verdadera amistad. Claro que por supuesto, un capítulo de The Big Bang Theory no puede irse sin su buen puñado de gags. Y para mí el mejor ha estado al final, con Penny corriendo y gritando “¡Se acabó la fiesta, se acabó la fiesta!” antes de que Sheldon pueda revelar el “interesante” juguetito encontrado en el armario de Penny. Sutiles. Muy sutiles. Y Sheldon usando de escudo humano a Amy ante la furia de Howard: “parecía que se había hecho más alto de repente”. Con novios así, qué chica no se siente protegida. La madre que lo parió…



Dos capítulos completamente diferentes entre sí, que nos dan buena idea de cómo ha ido avanzando la serie durante estas seis temporadas. No volveremos a ver a la panda hasta abril, si es que la locura que se va a apoderar de todos nosotros ese mes con Game Of Thrones nos deja acordarnos de que existen más cosas en el mundo. A mí me va a resultar difícil…

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