How I Met Your Mother 8x16 - “Bad Crazy”: Review

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Por Alex Crespo: Tras el grandisimo “P.S. I Love You” de la semana pasada, difícil lo tenía este episodio de How I Met Your Mother para igualar el nivel. ¿Vemos si lo ha conseguido?

Bad Crazy. Traducción: como una p**a cabra. Así es como está Jeanette, el último ligue de Ted. No loca en plan “mira qué graciosa, qué desinhibida es”. No, loca en plan “porfavorporfavornomemates”. Vamos, que es una psicópata de tomo y lomo. En el currículum amoroso de Ted, Jeannete ocupará un lugar de honor en la lista de los mayores desastres cometidos. Currículum que tienen el detalle de mostrarnos en un fugaz repaso. Venga, un No-Premio al que sea capaz de identificarlas a todas sin recurrir a internet (yo no he podido, lo confieso). Y, si todo ocurre como se muestra en la primera imagen del capítulo, esta última mala decisión de Ted va a traer consecuencias explosivas. Literalmente.


Vamos, que de buenas a primeras Ted se encuentra con Jeanette atrincherada en su habitación, y gracias al “nedflanderismo” de Ted, con provisiones y recursos más que suficientes para instalrse allí largo tiempo. Nos reiremos de Ted, pero si algún día tengo que vivir un asedio tipo King’s Landing en Juego de Tronos, es al tipo al que quiero a mi lado. Eso sí, no pienso utilizar ese retrete…  Insisto: queda claro que Jeanette es una pirada peligrosa. Y encima para más inri es policía (lo que dice muy poco de la selección de personal del Departamento de Policía de Nueva York). Por eso, la resolución del capítulo me chirría tanto. El que Lily, sempiterna voz de la razón y Pepito Grillo oficial de la pandilla le anime a seguir en brazos de esa tarada simplemente porque Ted necesita “cometer locuras” es tan ilógico como el que le dijese a Marshall que se liara con una animadora de instituto. De Lily esperaba algún tipo de jugada como las que acostumbraba a hacer tiempo atrás para romper relaciones desastrosas de Ted. Sí, sabemos que prometió que no lo haría nunca más, pero esta situación es lo suficientemente grave como para desatar a la Lily maligna metomentodo. En sus buenos tiempos habría sacado a Jeanette de la vida de Ted sin despeinarse siquiera.

La historia con Jeannete da para una serie de gags divertidos, pero no sé si da para alargarlo por más de uno o dos capítulos. Mi sensación es que, desaparecido el elemento sorpresa con Jeanette, ya que cada vez que aparezca sabemos que podemos esperarnos cualquier cosa -y a cual peor-, es un personaje y una relación que pierde su sentido en la serie, salvo para empujar a Ted a la búsqueda definitiva de “The One”. Sí, estoy seguro que va a dar pie a algunas buenas escenas, y en este capítulo hemos visto unas cuantas: Barney y el reloj de cuco, Ted acorazado a lo Bobba Fett, Jeanette reventando la tele de un botellazo… pero no acabo de ver que su aportación pueda ir más allá. Eso sí, Jeanette con las míticas botas rojas hace perder la cabeza a cualquiera…


La otra trama del capítulo es la que enfrenta Robin con uno de sus mayores temores: coger en brazos a un bebé. Por mucha habilidad e imaginación que le eche para evitar coger al pequeño Marvin, más tarde o más temprano tendrá que hacerse cargo de él. Gracias a la intervención de “esa abuela con tatuajes faciales”, como describe Barney inocentemente el cameo del boxeador Mike Tyson, Robin logrará vencer sus miedos y acabará, por casualidad eso sí, por tener en brazos a su sobrino. Ahora lo que va a costar va a ser despegarla de él. Aunque ya se encargará de eso Marvin y sus “regalitos”. No es que aporte mucho más esta trama, más que momentos como la primer visita de Marvin a un strip-club, y los flash-forwards con Lily y Robin, recurso gracioso al principio pero del que acaban abusando. Con sacarlo sólo un par de veces hubiese quedado mejor.


Buen episodio, que sin ser brillante contiene buenos gags -como esa inclusión de a qué se dedica Barney dentro de las cosas que es mejor no saber nunca, y sobre todo la sucesión de trastos que Barney y Marshall van dejando en casa de Ted-, pero cuya resolución me deja algo frío. Nos vemos la semana que viene, donde viviremos un fin de semana con Barney. Y mientras tanto podéis ir pensando: ¿con cuál de todos los trastos de casa de Ted os quedaríais? El traje de Bobba Fett no vale, que ya me lo he pedido yo.

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