Breaking Bad 4x06 - "Cornered": Review

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"Acorralado" es un título ideal para este episodio. Acercándonos ya a mitad de la cuarta temporada de "Breaking Bad", todo se complica, el cerco se va cerrando, la tensión va en aumento, y en cualquier momento todo estallará por algún resquicio. ¿Quién es el eslabón débil? ¿Quién cometerá errores y hará que todo se tambalee? ¿Quién está acorralado, y quién siente que lo está? Comentemos, una semana más, otro genial episodio. ¿Qué os ha parecido este 4x06 - "Cornered"?

Aprendiendo de los errores.

Los primeros asaltantes a un camión de Pollos Hermanos pagaron con sus vidas sus errores. Mike se salvó por los pelos, y ahora todos han aprendido para un nuevo asalto.

Dos guardias armados con rifles de asalto custodian esta vez el vehículo... pero están en desventaja, ya que se encuentran encerrados en un pequeño espacio sin visibilidad exterior. Llevan las de perder, y evidentemente eso es lo que ocurre. El cártel mexicano gana esta vez, y quizá este duro golpe haga reaccionar a Gus esta vez. Porque, como vemos más adelante, esto no es un robo... es el modo de dar un mensaje: "Conocemos tu via de distribución, y podemos interceptarla cuando queramos. ¿Qué te parece si hablamos?".

Una cruel guerra de la droga está en marcha.


Sospechas.

El discurso alcoholizado de Walt durante la cena familiar no sólo devolvió a Hank tras la pista de Heisenberg, si no que ha contagiado su miedo y paranoia a Skyler. A la mañana siguiente Walt se levanta no sólo con una horrible resaca, si no con mucho con lo que lidiar y enfrentarse.

Skyler claramente no es estúpida, y enseguida ata cabos, creyendo que Walt tiene algo que ver en la muerte de Gale. El ex-profesor trata de evitar las respuestas directas a las preguntas de su esposa, intentando ignorar el asunto. Pero cuando ella le acusa de estar asustado, de desear que le capturen, de poner fin a todo eso, Walt estalla, furioso.

Cínico y violento, Walt no quiere escuchar los intentos de Skyler de proteger a su familia, se niega a admitir que está en peligro, y se muestra engreído. Se considera imprescindible. "No sabes con quién estás hablando". "Yo soy el peligro". Walt se repite esas cosas en voz alta, intentando enganarse, hacerse creer que es un duro criminal, que le necesitan, que nadie se meterá con él. Pero de lo que quiere creer a lo que es, hay un paso. Y la verdad es que está acorralado.

Cuatro esquinas.

Pero no es el único. Skyler, al descubrir esa peligrosa y aterradora cara de su marido, se da cuenta de que su coqueteo con el crimen, esa excitante idea de formar parte de algo ilegal y secreto... le han conducido a estar atrapada dentro de algo que le supera y asusta.

Está atrapada en su esquinita en Nuevo México.

No sabe qué hacer con su futuro... si soportar esa dura situación, o si escapar de ella, dejar atrás ese mundo de oscuridad que se extiende ante sus ojos. Y, por un instante, decide dejarlo al azar. La moneda dice Colorado. Dos veces. Le está diciendo "huye, Skyler. Vete, y no mires atrás". Pero, al final, sigue siendo su decisión. Y sus hijos, su familia, tienen mucho peso, así que hace trampas... y coloca la moneda en Nuevo México, regresando así a esa esquina, pequeña, aterradora, pero suya.

Daños colaterales.

Bogdan no está demasiado contento con haber tenido que desprenderse del lavadero, y menos aún con entregarle las llaves a Walt, así que aprovecha esa oportunidad para menospreciarle, burlarse y tratar de hacerle sentir mal, continuando con lo de "tu mujer es la dura".

Walt se mantiene frío ante las provocaciones, pero luego trata de golpear al hombre donde le duele, en la parte sentimental. Cuando éste se dispone a llevarse un único recuerdo, el primer dólar ganado por el lavadero, Walt utiliza el preciado billete para sacar un refresco de una máquina. El Sr. White tiene una actitud de matón cada vez más prominente.

Pero, si Walt actúa como un matón, Jesse se está convirtiendo en uno, y la relación entre ambos se deteriora a toda velocidad. Walt intenta advertir a Jesse, acertadamente, ya que su idea de que le están manipulando, aunque suene paranoide, no se aleja mucho de la realidad. Pero Jesse, quien parece haber encontrado su lugar por primera vez desde que disparó a Gale, se niega a escuchar. Esta serie está llena de cabezotas que no escuchan al resto. Y que el egocéntrico Walt diga "todo esto lo están haciendo por mí" no ayuda lo más mínimo.

Walt intenta devolver el golpe a Gus. Paga a unas trabajadoras de la lavandería para que le ayuden a limpiar el laboratorio, y mientras ellas lo hacen, él se queda sonriente, mirando a la cámara, como diciendo "quítame a Jesse, no me importa. Me las arreglaré".

Pero su triste intento de venganza le sale por la culata, y las mujeres serán las que paguen por su osadía, siendo expulsadas del país. Ahora eso está sobre su conciencia, o lo que queda de ella.

Meth-head.

Mientras tanto, Jesse continúa siendo entrenado / engañado por Mike. Aunque el juego de fingir, manipular y volverle en contra de Walt que se trae Gus sigue en marcha, comenzamos a notar en Mike cierta simpatía por el sufridor chico, que está atravesando lo peor del síndrome de abstinencia.

Además, Jesse tiene ganas de acción. Aún conserva parte de su acostumbrada inconsciencia, y se sale del plan de Mike, intentando hacer las cosas a su manera. ¿Qué puede aportar el chico al modo de trabajar del veterano matón? ¿Qué puede saber Jesse que Mike no haya conocido en todos sus años haciendo eso? Pues Jesse tiene cierta idea de cómo funciona la mente de un adicto al crystal meth.

Y sabe utilizar eso a su favor, aunque pronto se encuentra con algo diferente, algo que aún no sabe manejar del todo bien: el peligro, el riesgo, lo imprevisible, la muerte.

Pero, de nuevo, eso es algo que le hace sentir vivo. Una vez más, sale airoso, y quizá comienza a sentirse poderoso, invencible. Eso es peligroso para él, pero el orgullo que Mike parece sentir hacia él, la sensación de enfrentarse al peligro, de hacer algo útil, le empujan a seguir hacia adelante. Siente que marca la diferencia, que hace un buen equipo con Mike. Por eso, cuando el gran jefe se dirige directamente a él y le dice que ha visto algo en él, Jesse ya está completamente dentro, a sus órdenes.


Algo bonito.

Walt intenta ganarse el favor de Walter Junior, y en su nueva faceta de engreído ostentoso, sin dudarlo decide comprarle un potente y deslumbrante Dodge Challenger, sin pararse a pensar en las consecuencias.

Es el coche de los sueños del chico, pero es caro, llamativo y estridente. Y Skyler, quien parece ser la única a la que ya le preocupa que les descubran, enfrenta a Walt y le hace ver lo que está haciendo con esa actitud arrogante, descuidada, enloquecida.

Aunque eso suponga quedar como la mala de la película, la bruja, Skyler está dispuesta a poner límites a Walt, a pararle los pies antes de que todo se descontrole más. Ahora, Walt justifica su ego con la excusa de "estoy protegiendo a mi familia", una excusa que ya no sirve... porque lo que está haciendo es poner a todos en peligro. Necesita que alguien le pare, antes de que lo haga la policía, o una bala.


Opinión.

"Breaking Bad" parece no tener techo. Estos tres últimos episodios han sido una gran muestra de la calidad que tiene, y seguro que seguirá creciendo a medida que se acerca el final de la temporada. "Cornered" nos ha mostrado a la aterrorizada Skyler, quien está viendo en lo que se ha convertido su marido.

Nosotros hemos ido conociendo gradualmente a Heisenberg durante estos años, pero para ella es la primera vez que aparece, por eso, si miramos a través de sus ojos, veríamos todo lo que ha cambiado Walt, en lo que se ha convertido, la oscuridad que está generando a su alrededor.

Jesse también sigue una nueva evolución, y es una bomba a punto de explotar. Cree que por fin alguien confía en él, alguien le está dando la oportunidad de dedicarse a algo que cree hacer bien... pero cuando descubra que sólo es una marioneta usada para herir a Walt... seguro su furia se desatará.

En resumen, pasito a pasito, la temporada se va hilando, va avanzando, cada vez más y más interesante. ¡Qué ganas de más!

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