LOST: UNA SERIE MONUMENTAL EN BUSCA DE UN FINAL QUE NO DEFRAUDE


Aquí os dejamos un insteresantísimo artículo de "El Periódico", dedicado a la serie "Lost", que, como todos sabemos, a finales de enero estrenará su sexta y última temporada. Aquí lo tenéis.

El fraile Guillermo de Ockham (1280-1349) lo planteó en latín. “Pluralitas non est ponenda sine neccesitate”. Traducido e interpretado --y también bautizado como La navaja de Occam--, el planteamiento del franciscano viene a decir que, en caso de duda, la explicación más simple es siempre la más recomendable. He aquí el reto de Perdidos, la monumental serie estrenada por la cadena estadounidense ABC en septiembre del 2004, que, tras acumular desde entonces decenas de enigmas como si de un pastel milhojas se tratara, debe intentar resolverlos satisfactoriamente el próximo año (16 horas de emisión pondrán fin en el 2010 a lo que bien podría considerarse una homérica odisea de las series de televisión) y, sobre todo, no defraudar.

Será su ser o no ser. La serie es, a estas alturas, un acontecimiento televisivo de escala planetaria que ha merecido la atención y el análisis de voces más que autorizadas en esto de la ciencia ficción. Stephen King mejor que nadie ha resumido lo que está en juego.

"Perdidos proyecta un sentido de verdadera sorpresa y misterio, algo totalmente inusual en un medio, la tele, más conocido por su predictibilidad y aburrimiento", sostenía el autor de una treintena larga de célebres novelas del género fantástico, vista la primera temporada. "Es la nueva televisión", añadía. [Continúa tras el salto].

Pero, ¡ay!, King temía ya entonces al habitual pulso entre los ejecutivos de las cadenas, reacios a matar a toda gallina de los huevos de oro, y los sabios padres de la criatura, que en este caso son J.J. Abrams, Damon Lindelof y Jeffrey Lieber. "Expediente X navegó a la deriva hacia un mar de aceite negro, y allí murió", proseguía King. Así es como llegaba a su conclusión, dirigida personalmente a los padres de Perdidos: "Vuestras responsabilidades incluyen saber cuándo escribir The end".

¿Qué es un buen final? Expediente X, ya ha quedado claro, no lo tuvo. ¿Un final abierto es recomendable? Los Soprano así acabó y aún perdura el sabor agridulce. Los creadores de Perdidos aseguran que no será su caso. ¿Sería posible una resolución sorpresa, tipo El planeta de los simios? Tampoco, porque la batería de incógnitas que acumula la serie requiere a estas alturas una meticulosa operación de desmontaje que deje bien visible, sobre la mesa, las mil piezas del reloj.

MACBETH. Macbeth, por buscar una referencia sólida, sí tiene un gran final. Las brujas plantean cluedos en apariencia irresolubles --"Macbeth seguirá invicto y con ventura, si el gran bosque de Birnam no se mueve, y, subiendo, a luchar con él se atreve, en Dunsinane, allá en la misma altura"-- y, en las últimas páginas, el bosque va y se mueve, y el sangriento rey escocés muere a manos de "ningún hombre nacido de mujer". Tres hurras por Shakespeare. Eso fue Perdidos en sus primeras tres temporadas. Profecías y acertijos en cada capítulo, pero sin brujas.

Cinco capítulos ha emitido Cuatro de la quinta temporada. Son casi 64 horas desde aquel ya lejano capítulo piloto inicial. Lawrence de Arabia, por poner un ejemplo de película considerada muy larga (se proyectaba con intermedio incluido), dura 216 minutos. Así es que los aficionados se han empapado con dos días y medio ininterrumpidos de un guión sin apenas tiempos muertos, en el que todo es pura filigrana. No hurtar a quienes han hecho ese sacrificio una resolución satisfactoria es la exigencia que plantea Stephen King. En la cuarta temporada, la hora de las primeras respuestas llegó. En la quinta, la gran ecuación despeja incógnitas en cascada.

UNA MIRADA AL PASADO. No está de más, antes de avanzar, echar una breve mirada atrás para quienes solo han oído hablar de Perdidos y jamás se han atrevido a sumergirse en la serie. El punto de partida es el vuelo 815 de la ficticia aerolínea Oceanic. El avión se parte en dos sobre una no cartografiada isla del Pacífico que es fuente de sobrenaturales secretos. De los pasajeros de cola nada se sabrá hasta la segunda temporada, pero el resto, en la primera, son protagonistas de una enorme obra coral en la que, de forma inmisericorde por parte de los guionistas, sólidos personajes mueren y desaparecen. Otros nuevos ocuparán su lugar en temporadas posteriores, y con ellos, sus respectivos flashbacks, pues ese es, en gran parte, el ingrediente imprescindible de la receta que ha hecho de Perdidos una obra con aspiraciones a maestra. Las miradas retrospectivas a la vida de cada personaje no tenían en las primeras temporadas como fin último dibujar su perfil. El flashback era, en los inicios, pieza de puzle.

Un oso polar en el trópico, un barco negrero del siglo XIX varado en mitad de la selva, una gigantesca escultura junto a la playa de la que solo queda un pie ¡de cuatro dedos!... Y así, hasta el infinito. Pero Abrams, Lindelof y Lieber, padres del enredo, cerraron la tercera temporada con un clímax sublime. Dejaron en el aire todas las preguntas pendientes, pero dieron, en el último capítulo, una buena muestra de hasta qué punto son conscientes también de que tienen entre manos una serie de culto.

FOROS DE INTERNET. Es un detalle sin importancia en la historia, pero jugoso para el debate que tras cada capítulo se abre en los foros de internet. Jack Shepard (Matthew Fox), personaje sobre el que pivotan buena parte de los acontecimientos, detiene su coche frente a una funeraria. Parece otro flashback. "Hoffs Drawlar", reza el cartel del establecimiento. Nada tardaron los más fieles aficionados a la serie en descubrir ahí un anagrama, flashforward, es decir, un relato del futuro. Porque así terminó la tercera temporada, con la revelación de que al menos Jack salió de la isla y que más que nada en el mundo lo que desea es regresar a ella.

La cuestión es, sin embargo, si esta arquitectura de obra maestra resistirá en pie o se desmoronará cual torre de Babel por incomprensible o, peor aún, por frágiles cimientos. Atrás han quedado ya, empequeñecidas incluso, las primeras teorías internautas que trataron de dar una explicación total y única al calvario de los protagonistas. En un capítulo pasado llegó a la isla un personaje de corta vida pero que hizo una revelación inquietante. No daba crédito a que aquel grupo de supervivientes a los que acababa de conocer en la isla fueran pasajeros del vuelo 815 de Oceanic, pues los restos de aquel avión, aseguraba, habían sido hallados en el fondo del mar, cadáveres incluidos. La reflexión de Guillermo de Ockham vino de nuevo al caso. ¿Estaban todos muertos? Sería decepcionante, pues Night Shyamalan ya quemó con un taquillazo ese final en El sexto sentido.

En la cuarta temporada se dio una respuesta creíble a ese aparentemente inexplicable enigma, e incluso fue una respuesta alejada de la ciencia ficción. Con todo, Perdidos, en esa búsqueda de un final redondo, es imposible que abandone el terreno de lo sobrenatural. Es la albahaca del pesto, un ingrediente indispensable tan acertado en su frescura que ha concedido a la serie ilustradas adhesiones.

HARUKI MURAKAMI. "Si una buena historia está en un libro o en la televisión, para mí es lo mismo; la admiro". Así se expresa Haruki Murakami, el menos japonés de los escritores japoneses contemporáneos, en su día adicto a Twin Peaks (otro caso de deriva hacia un mar de negro aceite). "No soy un tipo inteligente de gustos sofisticados", añade Murakami. Es un ejercicio de modestia, porque, otra singularidad de la serie es el exquisito gusto de los guionistas por la buena literatura.

El vuelo 815 de Oceanic era una biblioteca. Son frecuentes los planos en los que alguno de los protagonistas aparecen libro en mano. En la primera etapa, la fugaz visión de un ejemplar de El tercer policía, de Flann O’Brien, disparó las ventas en las librerías de EEUU y la imaginación entre los seguidores de la serie, pues concluyeron que, tal vez, todos los perdidos estaban tan muertos como el protagonista de la novela.

Ese diálogo en paralelo con los más fieles fans de la serie no es imprescindible para comprender la trama. Es un juego extra que a menudo requiere congelar la imagen. No es imprescindible, pero ha multiplicado el éxito de la serie en internet. Los foros y páginas especializadas (no es solo que haya varias webs monográficas, es que hay incluso una Lostpedia que emula la Wikipedia oficial) no se limitan al simple bla bla bla habitual en otras series, sino que son una fuente inagotable de nuevos datos e información.

¿Un ejemplo? En un capítulo de la cuarta temporada, en un televisor situado en segundo plano, puede verse fugazmente un clásico concurso de preguntas. La respuesta correcta, apenas audible, es Kurt Vonnegut, un excelente escritor norteamericano, conocido sobre todo por una de sus primeras novelas, Matadero Cinco. El quinto episodio de la cuarta etapa, La constante, fue una feliz adaptación de aquella novela y un anticipo de lo que será esencialmente la quinta.

Así son los guionistas de Perdidos. Les gusta la buena literatura. No solo la anglosajona. La invención de Morel, otro libro sacado de los restos del avión, merece también una breve aparición y, por qué no, su análisis, porque la novela del argentino Adolfo Bioy Casares acontece en una misteriosa isla del Pacífico. Así son los guionistas de Perdidos. Son geniales, pero se la juegan. Ante ellos se abre el reto de no caer en el abismo de la decepción.

HACIA UN BUEN FINAL. La solución serán los 18 capítulos finales que la cadena ABC comenzará a emitir en Estados Unidos durante el primer semestre del próximo año, el 2010. Decepcionará o no, eso ya se verá, pero tal vez lo más singular de Perdidos sea, sin haber concluido aún, su capacidad de transformar el entorno televisivo.

Primero: ha inspirado a terceros. FlashForward (también en Cuatro) pretende repetir la fórmula, aunque sea con la ambición de hacer crecer a escala planetaria lo que en Perdidos acontece solo en una isla.

Segundo: ha dejado en herencia personajes inolvidables. Michael Emerson (Ben Linus en la serie) se ha hecho ya un hueco en la galería del mal. Llegó aparentemente a la serie como un personaje menor, pero el nombre falso bajo el que ocultaba su identidad permitía ya entonces deducir que algo grande le habían reservado los guionistas. Se hacía llamar Henry Gale, el tío de Dorothy en El mago de Oz, un clásico de Hollywood revisitado a menudo por sus posibilidades casi lisérgicas de readaptación (véase, por ejemplo, Mullholland Drive, de David Lynch). Mucho de Oz hay en Perdidos.

Tercero y tal vez definitivo: Perdidos ha fundido como nadie lo había conseguido antes televisión e internet. No porque sea una de las series más descargadas en la red, que lo es, sino porque en internet está todo lo que no cabe en los 43 minutos que dura cada capítulo. Los guionistas ceban el anzuelo con guiños aquí, allá y acullá, y los internautas tiran de la caña. La pesca es abundante. La relectura de los capítulos en internet es adictiva. Es la nueva forma de ver televisión.

Fuente: El Periódico

COMPÁRTELO

Sobre los comentarios:
El equipo de Llegaron Para Quedarse se reserva el derecho de eliminar todo comentario que contenga:
- Agravios hacia comentaristas y/o responsables de la página.
- Links externos sin autorización.
- Cualquier contenido que pueda considerarse inapropiado.

1 comentario :

  1. Gran entrada como gran serie es Lost.
    Yo creo que es el principio o mejor dicho como debería de hacerse televisión, creo que con esta serie ahí un punto y aparte en todo lo relacionado con el tema de las series.
    Consiguen meter al mismo espectador en la isla de los misterios y que este interactue con ellos.
    Para mi es la mejor serie que hay y por desgracia que habrá en mucho tiempo, no solo por la realización, guion, interpretación y un muy largo etc. sino que a conseguido algo que no a conseguido ninguna, sorprender al espectador en cada uno de los capítulos que componen esta serie, han conseguido tenernos pegados a un televisor sin enseñarnos apenas nada, pero a la vez enseñándonos todo, con una sutileza y energia nunca vista en la tv.

    Gran serie Lost.

    un saludo desde crónicas-vakunas.

    P.D-Si estáis interesados en los libros que aparecen en Lost hace poco redacte un post sobre ello, para poder descargarlos.

    Aqui os dejo el enlace:
    http://cronicas-vakunas.blogspot.com/2009/10/los-libros-de-la-serie-de-perdidos.html

    ResponderEliminar